¿Cuál es el origen de la Ruta 66? Lo desvelamos
Antonio Mayorgas, autor de '3939 kilómetros. Solo Ruta 66', nos cuenta la historia de la famosa carretera que cruza Estados Unidos
Rectas interminables y un muscle car descapotable… o mejor, una Harley-Davidson para emular a Dennis Hopper y Peter Fonda —con Born to Be Wild, de Steppenwolf, sonando como banda sonora—. ¿Quién no ha soñado con experimentar esa sensación de libertad mientras se conduce a través de la popular Ruta 66?
Pero no siempre fue así. Como sucede con otras muchas leyendas, los orígenes de la Ruta 66 son totalmente prosaicos. Cyrus Avery (1871-1963), considerado el padre de la Ruta 66, era un hombre de negocios de Tulsa (Oklahoma), quien en 1923, cuando empezaban las conversaciones sobre una red nacional de carreteras, defendió la necesidad de una vía que uniera Chicago con Los Ángeles, atravesando Oklahoma. El objetivo era conectar mediante carreteras públicas las comunidades urbanas y rurales para dar salida a sus productos.
En 1925 se aprobó el sistema de numeración de carreteras estadounidenses, que contemplaba asignar números pares a las que tienen un trazado horizontal (de este a oeste) y numeración impar a las que tienen un trazado de norte a sur. Las pares de mayor importancia terminaban en cero y las impares, en uno o cinco. Como miembro de la State Highway Commission, Avery colaboró en el plan de numeración de carreteras, acuñando en 1926 el sobrenombre de “Main Street of America” para la recién designada US 66. Aunque el acuerdo para denominarla US 66 se realizó en Springfield (Misuri), el 30 de abril de 1926, su establecimiento oficial se retrasó hasta el 11 de noviembre de 1926. Nacía así la que también se denominó como “The Mother Road” —apodo concebido por John Steinbeck en Las uvas de la ira—, “The Will Rogers Highway”, “The Way West”, la carretera de la fuga... El mito no había hecho más que comenzar.
Originariamente, el trazado tenía una longitud de 2.448 millas (3.939 kilómetros), los que separaban las ciudades de Chicago y Los Ángeles, aunque el tiempo ha ido modificando su extensión por los sucesivos cambios de trazado. Pero nada de esto afecta al corazón de la ruta, a su recorrido a través de los estados de Illinois, Misuri, Kansas, Oklahoma, Texas, Nuevo México, Arizona y California.
No solo la longitud ha ido evolucionando, la señalización y asfaltado también fueron modificándose a lo largo del tiempo. Es más, la señalización corresponde a 1927, un año después de su establecimiento, y no es hasta 1938 cuando se acaba su asfaltado, fruto de los trabajos realizados entre 1933 y 1938 por cientos de jóvenes desempleados contratados dentro de las acciones puestas en marcha para paliar los efectos de la Gran Depresión mediante el New Deal.
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Lo que inicialmente se esperaba fuese un vehículo para mejorar la comercialización de los productos de los distintos estados del trazado se convierte pronto, tras el crac de 1929,en la carretera hacia las oportunidades, la de la huida de las familias granjeras arruinadas, que transportan sus escasas posesiones a bordo de furgonetas camino de El Dorado, de las fértiles tierras californianas, y que debían soportar el rechazo, la humillación y explotación por parte de sus propios compatriotas. Se estima que unas 210.000 personas emigraron hacia California durante este período de la historia.
Durante la Segunda Guerra Mundial, con Estados Unidos luchando en los dos frentes de la contienda —Europa y el Pacífico—, la carretera se convierte en el medio de transporte de tropas y materiales desde las bases situadas en el centro del país hacia ambas costas, así como el camino de regreso a casa al final de la contienda. Este es el motivo que mueve a Jack D. Rittenhouse a lanzar en 1946 la primera guía de la ruta, A Guide Book to Highway 66.
El boom llegaría en los años 50 cuando, paradójicamente, una carretera que recogió innumerables lágrimas disfruta ahora de una época dorada de felicidad camino de las vacacionales costas californianas. Este flujo trajo consigo la necesidad de satisfacer las necesidades de los viajeros: tiendas, gasolineras, restaurantes, moteles, talleres...
Paradójicamente, el crecimiento del tráfico de la ruta fue en paralelo a un creciente proceso de decadencia en favor de la nueva Red de Autopistas Interestatales de Estados Unidos. En algunos casos, la nueva red de autopistas no se ejecutó paralela a la Ruta 66, sino sobre el propio trazado.
El 13 de octubre de 1984 se abre la circunvalación del último trazado de la I-40 alrededor de Williams (Arizona), lo que supone el arrinconamiento de la antigua Ruta 66. La Ruta 66 (US 66) fue cerrada; dejó de formar parte de la Red de Carreteras de Estados Unidos el 27 de junio de 1985. Muere la carretera y el mito cobra fuerza. En febrero de 1987, Ángel Delgadillo (Seligman, Arizona), cuyo negocio, una barbería, sigue hoy día a pie de carretera, el “ángel guardián de la Ruta 66”, junto con otros propietarios de distintos negocios ubicados en el trazado, funda la Route 66 Association of Arizona y comienza su lucha por mantener vivo el espíritu de la carretera.
Tras unos años complicados por la pandemia, la ruta se revitaliza. Cambios en la propiedad de algunos negocios e inversión institucional para recuperar rótulos y apoyar nuevas iniciativas. Todo con la vista puesta en la gran celebración que llegará en 2026 cuando “The Mother Road” celebrará su centenario. ¿Quién sabe si entonces hablaremos de “The Grandmother Route”?