Los cinco pazos más bellos de la provincia de Pontevedra

Según el refranero popular gallego, “Si tiene palomar, capilla, ciprés, pazo es”, hablamos de los bellísimos palacios que solo se pueden disfrutar en Galicia.

Castelo de Soutomaior
Castelo de Soutomaior / Irene González

Esta especie de casa solariega, con un profundo sabor señorial, se construyeron, entre los siglos XVI a XIX para ser residencia de personalidades importantes. Son auténticos tesoros arquitectónicos rodeados de los jardines más bellos de Europa. Te proponemos un paseo por los cinco pazos más bellos de Pontevedra, donde disfrutar de sus antiguas estancias y deleitarte con el aroma de sus inmensos jardines. ¡Pasen y vean!

Pazo de Oca

Pazo de Oca.

/ Irene González

1 Pazo de Oca

Al oeste de Santiago, en A Estrada, se encuentra esta maravilla arquitectónica medieval con uno de los jardines más bellos del viejo Continente. Propiedad de la casa ducal de Medinaceli, Oca parte de una torre medieval del  XV hasta que en el XVIII configuró su fisonomía actual. Este pazo barroco forma parte de La Ruta de la Camelia, un circuito de 13 jardines sorprendentes. El epicentro de Oca es su gran plaza presidida por la fachada y su torre medieval. Al fondo, en ángulo recto con la vivienda, está la espléndida capilla barroca comunicada con el pazo por un precioso corredor de arcos. Los históricos jardines del Pazo de Oca, rodeados por una compacta muralla de piedra, recrean varios ambientes y poseen un importante valor botánico. El llamado Versalles gallego cuenta con magnificas especies autóctonas y foráneas, donde las camelias brillan con luz propia.

Pazo de Fefiñáns

Pazo de Fefiñáns.

/ Irene González

2 Pazo de Fefiñáns

En pleno centro histórico de Cambados, en la Plaza de Fefiñans, se encuentra el majestuoso Pazo del mismo nombre, hasta donde al parecer, en el siglo XVIII, llegaba el mar. Fefiñáns fue construido en el XVI por un consejero de Felipe II, en el XVII fue remodelado por el vizconde Gonzalo Valladares, y ahora pertenece a los marqueses de Figueroa. Está compuesto por dos cuerpos neoclásicos con forma de L, rematados con unos curiosos balcones circulares. En la parte superior de cada una de las alas del edificio están los escudos de armas de la familia, y en la parte derecha, su torre almenada. El pazo tiene una de las bodegas más antiguas de Galicia donde crea el valorado Albariño de Fefiñáns. Sus jardines son un auténtico bosque escondido repleto de camelias, especies autóctonas y bojes centenarios. Se cree que la primera cepa del Salnés se plantó aquí.

Pazo de Quinteiro da Cruz

Pazo de Quinteiro da Cruz.

/ Irene González

3 Pazo de Quinteiro da Cruz

En Ribadumia, a 10 kilómetros de Pontevedra, se encuentra esta casa solariega del XVIII con patio interior, capilla un hórreo de quince metros, un palomar y un estanque. Interesantes los aperos de labranza catalogados patrimonio histórico-artístico de Galicia, y su amplia bodega de cotizados blancos albariños. La finca cuenta con 7 hectáreas, de las que una mitad están dedicadas a viñedo, y la otra, a jardines y bosques. Quinteiro da Cruz tiene mucha historia gracias a Victoriano Piñeiro, padre de los actuales propietarios, que al parecer le gustaba reunir en su finca de Ribadumia a intelectuales y personajes de la actualidad política y social de Galicia. En su jardín botánico destacan 900 especies de camelias, y recorrer el Bosque de las Palabras es una delicia. No hay que perderse su albariño  Quinteiro da Cruz, y su té verde, de cosecha propia.

Pazo Museo Quiñones de León

Pazo Museo Quiñones de León.

/ Irene González

4 Pazo Museo Quiñones de León

Su origen es de 1670 y arquitectónicamente es uno de los más sobresalientes de Galicia. El parque de Castrelos y su pazo pertenecieron hasta 1918 a la familia Gago de Mendoza Oca hasta que Fernando Quiñones de León lo donó al Ayuntamiento de Vigo. Tiene una de las mejores colecciones de pintura y de arqueología. Conserva la ambientación de antigua residencia de los marqueses con mobiliario y decoración de época, lo que da una buena idea de cómo se vivía en aquel tiempo. Magníficos su jardín francés e inglés, su rosaleda, la pradera del té y el magnolio más grande de Galicia.

Castelo de Soutomaior

Castelo de Soutomaior.

/ Irene González

5 Castelo de Soutomaior

Alejado de la costa y a salvo de los piratas que asolaban la región, se construyó en el XII un primitivo castillo que poco a poco fue ganando fuerza y se erigió un gran centro feudal. Los Reyes Católicos mandaron rebajar la altura en unos metros del torreón, pues este era más alto que suyo, lo que da una idea de la importancia que debió adquirir esta fortaleza. En el XIX, se remodeló para darle el estilo neogótico actual. Magníficas sus murallas, galerías, estancias y su pozo, donde, según cuenta la leyenda, Pedro Madruga mantuvo encerrada a una princesa mora.

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