Arte rupestre europeo que es Patrimonio de la Humanidad
España, Francia, Italia, Portugal... son algunos de los países que cuentan con joyas rupestres patrimonio de la humanidad
Gruta de Font-de-Gaume en el valle del Vézère, Francia
En el Dordoña, entre Les Eyzies-de-Tayac-Sireuil y Montignac, se encuentran los sitios prehistóricos y cuevas decoradas del valle del Vézère. Ocupan unos 40 kilómetros del citado valle y son Patrimonio de la Humanidad desde 1979. Es difícil destacar unas pinturas sobre otras, pero las de la cueva de Lascaux, con sus vacas, sus bisontes y sus ciervos, son espectaculares. También destacan las encontradas en la gruta de Font-de-Gaume, que mostramos en la imagen y que gestiona el Centre des monuments nationaux francés, como otros enclaves rupestres. En ellas aparecen bisontes, mamuts, caballos y hasta un león, un rinoceronte y un reno. Su realización se atribuye a individuos del Magdaleniense, una de las últimas culturas del Paleolítico superior.
Parque Nacional de Gobustán, Azerbaiyán
Más de 6.000 pinturas rupestres, de entre hace 5.000 y 20.000 años, se han encontrado en el Parque Nacional de Gobustán, en Azerbaiyán. Se incluyeron en 2007 en el listado de Patrimonio de la Humanidad y entre ellas hay hombres primitivos, camellos, imágenes del sol y las estrellas... Muy curiosos son los petroglifos con escenas de danza, que junto a otras de caza, nos brindan información sobre la vida de los prehistóricos en el Cáucaso.
Val Camonica, Italia
El arte rupestre de Val Camonica consiguió ser, en 1979, el primer lugar italiano en incorporarse a la lista de Patrimonio de la Humanidad. Incluye más de 140.000 figuras y símbolos esculpidos en la roca a lo largo de 8.000 años que muestran escenas de faenas agrícolas, navegación, guerra y magia. Muchas de ellas están al aire libre y están conservadas gracias a los ocho parques nacionales que se han creado a su alrededor para protegerlas.
Vale do Côa, Portugal
El Parque Arqueológico do Vale do Côa, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1998, está en la región nordeste de Portugal y es uno de los mayores templos al aire libre con muestras de arte paleolítico. Este fue realizado entre los 22.000 y los 10.000 años a. C. e incluye grabados de caballos, bóvidos y otras figuras animales, humanas y abstractas.
Siega Verde, España
El comité del Patrimonio Mundial de la Unesco añadió como extensión al sitio de arte rupestre prehistórico del Valle del Côa el sitio arqueológico de Siega Verde en 2010. Situado en la provincia de Salamanca, Siega Verde es una de las mayores galerías de arte rupestre al aire libre de toda Europa. Sobre las rocas de pizarra que vemos en esta imagen, ubicadas junto al río Águeda, artistas del Paleolítico Superior y de época Finiglaciar dejaron inmortalizadas para siempre sus huellas en forma de animales y signos abstractos.
Alta, Noruega
También en 1985 se incorporaron al listado de Patrimonio de la Humanidad las rocas con arte rupestre de Alta, en la provincia noruega de Finnmark. Estos perfectamente conservados petroglifos fueron descubiertos en 1972 y datan desde el 4200 al 500 a. C. Entre las imágenes podemos reconocer a cazadores-recolectores, pero también hay representaciones de barcos, pesca y rituales chamánicos. En la zona se encuentra el Museo de Alta, que contiene reproducciones de las imágenes y organiza visitas con audioguía a las mismas.
Tanum, Suecia
Patrimonio de la Humanidad desde 1994, los grabados rupestres de Tanum representan escenas de caza, temas agrícolas, barcos... Los encontrados más al sur están realizados sobre losas rocosas y datan de la Edad del Bronce. Eso sí, hay que decir que muchos de ellos están coloreados posteriormente, probablemente para su atracción turística, pero no se sabe realmente si en origen estaban policromados. Uno de los lugares más visitados es el de Vitlyckehällen, que se encuentra a 200 metros del Museo Vitlycke, donde se encuentra la talla más famosa de Bohuslän: la novia y el novio.
Cueva de Covaciella, España
Las pinturas de bisontes, caballos y ciervos del periodo magdaleniense, hace más de 14.000 años, son las estrellas de la cueva de Covaciella, en Cabrales. Forman parte del arte rupestre paleolítico de la cornisa cantábrica, que se declaró Patrimonio de la Humanidad en 2008. Aunque la cueva no se puede visitar, en Carreña de Cabrales está su centro de interpretación.