El superviaje de Run Chen: de Madrid a China en bicicleta haciendo 50 kilómetros al día
Más de 18 meses y de 15.000 kilómetros. Son las cifras del recorrido épico de Run Chen en su viaje de Madrid a China en busca de sus orígenes. Él lo explicó con mucho humor en las Jornadas Iati de los Grandes Viajes.
Run Chen llegó en bicicleta a sus charlas en las Jornadas Iati de los Grandes Viajes 2024, que se celebraron el 1 de junio en el Espacio Rastro Madrid, con el patrocinio de Iati Seguros, Lonely Planet, Instax y la revista VIAJAR. Y es que Run Chen es desde hace unos años un hombre a una bici pegado. Todo empezó cuando decidió que quería llegar en bicicleta desde su casa de Madrid, donde vive desde los ocho años, hasta Qingtian, en China, la ciudad donde nació. ¿Logró su objetivo? Vamos a averiguarlo.
Run empezó contando, con el humor que le caracteriza, cómo empezó todo. "Siempre me han gustado mucho las aventuras, estudié una ingeniería. Emprendí un negocio y con el COVID todo se complicó y decidí irme de viaje. La idea era conectar el lugar donde nací con el lugar donde crecí. Cruzaría la mayor parte de Europa y Asia."
Lo curioso es que Run "nunca había montado en bici tanto tiempo, nunca había dormido en una tienda de campaña, nunca había sentido la soledad…". Por eso, su viaje "ha sido el viaje de los aprendizajes o de los ‘yo nunca". Run dejó su trabajo en 2020 y en 2021 inició un nuevo proyecto de vida, al que llamó 50 al día (en referencia a los 50 kilómetros que cada día quería hacer en la bici).
Pero cuando se decidió a partir se encontró con la primera dificultad: el estrés y la preocupación de encontrar dónde dormir cada día durante su trayecto en bici. "A la semana me volví a casa. Acampaba todos los días y me agobiaba pensar dónde dormir al siguiente día, dónde ducharme… Me creaba angustia y ansiedad", revela Run. Así que volvió a casa, pero no tenía trabajo, por lo que decidió darse una segunda oportunidad con la bici. "Hice un pacto con los colegas: lo intento hasta Soria y si no, venís a por mí." Spoiler: llegó mucho más lejos que Soria.
Un viaje de 18 meses
Run comenzó contando algunas curiosidades de este largo camino en bici de 18 meses. Por ejemplo, como en la zona de los Balcanes le daba miedo encontrarse con osos por el camino, decidió hacer un voluntariado en un refugio de osos para saber a qué atenerse. También explicó que empezó a usar Warmshowers, la comunidad de intercambio gratuito de alojamiento para cicloturistas, pero que hubo mucha gente que se encontró por la calle y que le ofreció un lugar para dormir: "La hospitalidad en el camino es increíble".
Una aventura turca
"En Turquía, la forma de socializarse cambia. Cambiamos el café por el té. En un día paré 13 veces porque me invitaban a té. Me encontré con dos chicos franceses viajeros al entrar en el país. Y viajé con ellos. Casi 2 meses pedaleando con ellos. En una pequeña ciudad turca nos grabó la televisión. En Konya, la ciudad más conservadora de toda Turquía, estamos en un restaurante y de repente el dueño nos pidió una foto con nosotros porque éramos ya famosos. La gastronomía turca conecta Asia y Europa. Me encanta comer, pero acabé en el hospital por probar algunas cosas. Ahí descubrí: he rentabilizado mi seguro."
Su paso por Irán
Run quería ir hacia Irán, pero por el COVID no estaban todos los países abiertos. "Tuve que ir a Georgia y Armenia hasta que se abrió Irán. Conocí a muy buena gente", explica. "La hospitalidad de la gente era espectacular, nos invitaron a dos bodas, nos invitaron al ayuntamiento, nos invitaban a todo, celebramos la Navidad con ellos… Estuve 89 días en Irán tras hacer muchos papeleos complicados para estar allí tanto tiempo. Estuve de noviembre a febrero. Es un país muy diverso. Pude dormir en un caravanserai..."
Cruzando la carretera del Karakórum
Tras Irán, Run siguió su ruta por Pakistán. "Pensé: Es el país que ya conecta con China; si lo cruzo, ya llego a China". "Me impactó la pobreza, lo conservadores que son…" Para entrar en China había que cruzar la carretera del Karakórum, "la más peligrosa del mundo, y la zona donde estaban los talibanes en el norte. Fue la parte más intensa del camino. Acabé durmiendo dos veces en estaciones de policía porque no me dejaban pasar y me planté allí. Tuve días de ¿qué hago aquí con una bici de 60 kilos?".
"Un mes en India y lo odié"
"Era 2022, llegué a la frontera con China pero no me dejaron pasar. Decidí quedarme en Asia algo más para ver si abría China con el COVID y me fui a India. Estuve un mes en India y lo odié", confiesa Run.
"De ahí me fue a Nepal. Hice el circuito del Annapurna en bici, algo que no volvería a repetir en mi vida. La dureza del camino fue fatal. Subir una bici a 5.000 metros y por esos caminos no fue fácil", explica.
Rumbo al Cabo Norte
"Después de Nepal, no me quería volver a España volando ni pedaleando. Decidí llegar al Cabo Norte desde Helsinki en bici. Fueron 2.500 kilómetros en bici. Cuando llegué a Helsinki y entré en un baño y salía agua caliente, dije: ¡ahhhh! Las pequeñas cosas que tenemos en el día a día son lujos. Un viaje así te ayuda a colocar mejor cada cosa en su sitio y a ti mismo."
Enseñanzas del viaje
Run lo tiene claro: "La generosidad humana es lo más importante que me llevo del viaje. Todo lo que me han ayudado y todo lo que me han dado sin recibir nada a cambio. En todas las culturas, todos los países". También descubrió la libertad que te da viajar en un medio de transporte como la bicicleta: "Te da la libertad de viajar a la velocidad que quieras, puedes hacer los kilómetros al día que quieras".
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