Peugeot 308 SW Sport 1.6 HDi

Todos los modelos de la marca del león se han caracterizado siempre por equipar unos motores de excelente rendimiento y bajo consumo y por su bastidor excepcional, que los ha llevado a un comportamiento dinámico estupendo. En los últimos tiempos, a los atributos ya citados se ha unido el de la calidad. Cuando uno entra en un Peugeot percibe sin ninguna duda un ambiente acogedor con unos materiales agradables al tacto y a la vista y muy bien rematados. El modelo que nos ocupa no iba a ser menos. Se trata de un familiar que en principio sorprende por su enorme espacio en relación a sus dimensiones. Tanto es así que pueden viajar hasta siete pasajeros sin agobios, o bien cinco quedando un más que notable volumen de maletero. Además, los tres asientos independientes de la segunda fila se pueden abatir de forma individual, al igual que desmontarlos de una manera muy cómoda y fácil. De esta forma facilita cargar objetos de tamaño considerable. Desde luego, no hay ningún familiar en el mercado que con 4,50 metros de longitud ofrezca tanta versatilidad. Eso sí, la tercera fila de asientos no viene de serie y cuesta 540 €.

Como hemos comentado al principio, manejar el 308 resulta fácil por su estabilidad. Es muy extraño que pierda la trayectoria indicada, salvo que nos adentremos en un circuito y lo llevemos a mucha velocidad. El motor diésel es suave y consume muy poco. Por otra parte, el equipamiento de serie en materia de seguridad y de comodidad es bastante amplio en esta versión con un acabado sport. Lleva radio CD con MP3, volante de cuero, techo panorámico de cristal, mando de apertura a distancia, control de estabilidad, varios airbags, mandos de radio en el volante, climatizador bizona, asientos deslizantes...