Cinco hoteles maravillosos para dormir al menos una vez en la vida

Elegantes, sofisticados, con buen gusto, ubicados en lugares de ensueño y con un servicio exquisito. Hay hoteles que son un destino en sí mismo, el lugar al que se llega a pasar unos días… pero en el que uno querría quedarse la vida entera. Recorremos buena parte del mundo en busca de los alojamientos más especiales.

Niyama Private Islands

MALDIVAS

La realidad supera la ilusión cuando se trata de Maldivas y sus miles de atolones posados sobre un mar con todos los matices del azul. Pero mucho más si se duerme en este hotel que se extiende sobre dos islas gemelas (Play y Chill) y que a menudo se cuela en los primeros puestos del ranking de los mejores resorts del mundo. Tanto en sus villas a pie de playa como en sus suites sobre el agua, el lujo elevado a la máxima expresión proporciona una calma como de rincón apartado del mundanal ruido.

Aquí la paz pasa por dejar pasar las horas en la piscina privada o por recibir un reponedor masaje en el spa o por una exquisita cena en un restaurante flotante o en otro que se yergue sobre las copas de los árboles. También los más activos pueden nadar con tiburones y rayas o entregarse a los deportes náuticos (submarinismo, windsurf, catamarán, seabobbing, paddle surf…) o dar un trepidante paseo al atardecer sobre una moto de agua. Después siempre quedará su discoteca bajo el agua que transparenta la vida submarina mientras se disfruta de una copa.

Amangiri Hotel

GRAN CAÑÓN DEL COLORADO (EEUU)

Para quienes no crean que el paraíso ha de estar junto al mar está ideado este alojamiento en pleno desierto de Utah, en Estados Unidos, justo en el epicentro de las reservas naturales del país (el Gran Cañón, Monument Valley, Bryce Canyon o el Zion National Park).

Con los mismos colores terrosos de las montañas y las dunas, de los acantilados y las gargantas, la arquitectura de este hotel construido en torno a una piscina se mimetiza con el más icónico paisaje del legendario oeste americano. Sus villas son un derroche de exclusividad, al igual que su spa con tratamientos de bienestar. Nada extraña que entre sus habituales se cuenten Bill Gates o Mark Zuckerberg, aunque las primeras en descubrir este oasis fueron las Kardashian.

Grace Santorini

SANTORINI (GRECIA)

Nada prepara al viajero para la irresistible belleza de este alojamiento en la que es, por derecho propio y pese a su carácter turístico, la más conmovedora de las Islas Cícladas: Santorini, la isla en la que caben todos los superlativos porque su fisionomía es sencillamente perfecta: oscuros acantilados sobre los que se asienta el pueblecito blanco, un cortinaje de farallones salpicando la bahía y unos atardeceres sangrientos que se cuentan entre los más impactantes del mundo.

Así es el marco de este hotel encaramado a la famosa caldera, coronando la blancura de Fira, en el que dejar pasar las horas desde sus suites suntuosas, su piscina infinita o su elegante Champagne Lounge.

Hotel Tierra Patagonia

TORRES DEL PAINE (CHILE)

Maravillosamente mimetizado con el entorno de una manera natural y sostenible, este hotel es una de las joyas que podemos encontrar en el Parque Nacional Torres del Paine, en Chile, catalogado como la Octava Maravilla del Mundo. Un lugar esculpido con colosos de piedra y hielo que se cuenta entre los espacios protegidos más sublimes del continente americano.

Aquí, custodiado por el macizo del Paine y recostado en la orilla del lago Sarmiento, este alojamiento presenta una combinación única entre aventura y relax. Por ello, tanto sus habitaciones de exquisito diseño como su codiciado spa & wellnes conectan con la inmensidad y belleza de la Patagonia a través de enormes cristaleras y materiales nobles de la zona.

Earth

SUDÁFRICA

Hay que llegar a la sabana adormecida de Sudáfrica, con su desfile de fauna salvaje y sus atardeceres sangrientos, para descubrir este sorprendente logde que es todo un hito en el concepto de safari de lujo. Un hotel que ha sido catalogado como el más sensible al medioambiente de toda África. Cada suite, de 100 m2, construidas bajo tierra y casi invisibles en el paisaje, es una obra de arte con un diseño exclusivo.

Desde ellas se puede comprobar cómo la esencia de lo indómito cobra vida en silenciosas noches tan sólo rasgadas por el rugido del león o el agudo silbido de la hiena. Por si fuera poco, los tratamientos holísticos de su Amani Spa son una bendición tras un día agotador.