Los teatros más impresionantes del mundo (dos, en España)
Palacios de la lírica, del ballet, o de las más celebres orquestas del mundo. Pero también testigos mudos de algunos de los eventos más destacados de la historia del arte. Así son los teatros más impresionante del mundo.
El mundo está lleno de teatros impresionantes, ya sea por su historia, su acústica, su belleza o su estilo vanguardista. Todos ellos son un templo cultural que albergan todo tipo de representaciones, desde teatros clásicos hasta musicales contemporáneos o grandes festivales. La música, la interpretación y la danza se dan cita en todos estos teatros, los más impresionantes del mundo, y alguno de ellos en España.
Festspielhaus de Bayreuth (Baviera, Alemania)
Richard Wagner convirtió Bayreuth en la meca de la ópera gracias a la colaboración de Luis II de Baviera. El Festspielhaus es un teatro que se dedica exclusivamente a la representación de óperas compuestas por Wagner. Su construcción se inició en 1872 y no concluyó hasta 1876. Su estructura principal está compuesta de madera y su decoración es escasa, a base de muros de ladrillo. Sin embargo, sus colores, historia y calidad de sus representaciones, contribuyen a que sea uno de los teatros más impresionantes del mundo.
De hecho, tal es su importancia que este recinto reúne cada año a 60.000 espectadores que disfrutan de sus óperas. Todas ellas cuentan con una orquesta en directo oculta en el foso y sus escenografías van cambiando a lo largo de la función gracias a las tres plantas subterráneas que hay bajo el escenario. Como curiosidad, este fue el teatro favorito de Hitler y sus familiares, pues en la música de Wagner encontraban la mitología que apoyaba sus tesis supremacistas.
Teatro Colón (Buenos Aires, Argentina)
El Teatro Colón supone uno de los elementos más emblemáticos de Buenos Aires, inspirado en el estilo de los teatros europeos. A su escenario se han subido algunas de las voces más impactantes del mundo como Plácido Domingo o María Callas. El edificio cuenta con siete plantas, desde las cuales se pueden contemplar las interpretaciones de ópera, danza y música clásica. En el momento de su inauguración, en 1908, fue el teatro más grande del Hemisferio Sur
Su aforo admite un total de 3.500 espectadores. Su primera obra fue 'Aída' de Verdi, una función que se sigue llevando a cabo hoy en día. En los últimos años, también se imparten talleres de maquinaria, escenografía o sastrería, entre muchos otros, con el fin de formar a futuros talentos que quieran formar parte del mundo de la cultura.
Casa de la Ópera Nacional de Budapest (Hungría)
La Ópera Nacional de Budapest se caracteriza por su arquitectura neorrenacentista húngara, convirtiéndola en uno de los edificios más bonitos de la ciudad. Abrió sus puertas en 1884 y su interior deslumbra a todo aquel que la visita. De entre todos su eventos, la gala de Nochevieja y el Opera Ball son todo un acontecimiento. En estos días, el auditorio se transforma en un gigantesco salón de baile que acoge a cientos de personas.
Si quieres disfrutar de sus encantos sin necesidad de ver alguna función, ofrecen visitas guiadas para turistas por 19€. Además, ahora es el momento ideal para hacerlo porque acaba de ser restaurada por completo y luce mejor que nunca.
Teatro Semperoper (Dresde, Alemania)
El Teatro Semperoper se inauguró en 1841, y desde entonces ha acogido algunas óperas célebres de Richard Strauss, Carl María von Weber o Richard Wagner. Por desgracia, treinta años después de su apertura sufrió un trágico incendio, motivo por el que fue sometido a un arduo trabajo de restauración que duró varios años. Se reabrió en 1878, cuando vivió una época dorada con gran cantidad de representaciones. Lamentablemente, se vio obligado a cerrar sus puertas durante la II Guerra Mundial hasta 1985.
En la actualidad, este teatro acoge tanto óperas como ballets y representaciones teatrales. Su oferta cultural es muy amplia y se renueva cada pocos meses. De hecho, para favorecer la asistencia regular de los espectadores, ofrecen un paquete de suscripción que permite acudir con frecuencia a un precio mucho más económico.
Teatro de Epidauro (Grecia)
El Teatro de Epidauro es el más antiguo de la lista, pues su construcción data del Siglo IV a. C., siendo también uno de los mejor conservados. Se cree que este fue el lugar que acogió las primeras representaciones teatrales, en algún momento del Siglo V a. C. Sus inmensas gradas pueden acoger a 14.000 espectadores. Aunque ahora mismo funciona más como atracción turística que como teatro, durante los meses de verano sigue acogiendo festivales escénicos.
Uno de sus puntos fuertes es la acústica. Desde las gradas más altas, es posible escuchar a los actores que están en el escenario, sin necesidad de micros. De ahí que se decidiera hacer tan grande, pues la distancia no iba a resultar un problema de sonido. Tal es su valor histórico que en 1988 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Teatro-museo Dalí (Figueres, Girona)
El teatro-museo Dalí es quizás uno de los más peculiares, tanto por dentro como por fuera. Una especie de taxi lleno de maniquís, una torre coronada por unos huevos de oro y rodeada por una jaula son algunos de los elementos que podemos encontrar en su exterior. Y su interior tampoco es menos variopinto, pues en el sótano encontramos los restos de Salvador Dalí, bajo una sencilla losa sepulcral.
Al tener tantos motivos surrealistas, visitar este espacio es un viaje a través del imaginario de este destacado artista. En la actualidad no ofrece representaciones teatrales, pues está más enfocado al turismo y las visitas guiadas.
Casa de la Ópera de Guangzhou (China)
De la tradición pasamos a la vanguardia con la Ópera de Guangzhou. Empezó a construirse en 2002 y no se inauguró hasta 2010. Fue diseñada por Coop Himmelblau, Rem Koolhaas y Zaha Hadid, que diseñaron un espacio capaz de acoger a 1800 espectadores. Además, también se creó un espacio multiusos para 400 personas con la tecnología acústica más vanguardista.
Este edificio posee un exterior espectacular. Al estar construida junto al agua, los arquitectos se inspiraron en la erosión que esta produce en las rocas para diseñar su exterior, simulando que el río ha ido menguando la edificación. De hecho, su diseño ha servido como modelo para futuras infraestructuras de la ciudad como bibliotecas o museos.
Gran Teatre del Liceu (Barcelona, España)
El Gran Teatre del Liceu, también conocida como la Ópera de Barcelona, es uno de los teatros más tecnológicamente avanzados que hay en España. Es uno de los grandes emblemas culturales de Barcelona y goza de una ubicación privilegiada, en plena Rambla. Fue construida en el Siglo XIX y sufrió un grave incendio en 1994. Tras este accidente, se vio sometida a un profundo proceso de restauración, el cual se aprovechó para incluir todos los avances tecnológicos.
Su oferta cultural es muy amplia, pero también se ofrece a los turistas la posibilidad de hacer una visita guiada para que puedan descubrir su arquitectura y su arte. Aunque sea uno de los más tecnológicamente avanzados, sigue conservando todo su estilo e historia.
Ópera de Manaos (Brasil)
La Ópera de Manaos destaca por estar en la ciudad más grande del Amazonas, lo que hace que esté prácticamente rodeada de abundante vegetación. Se inauguró en 1986, cuando la región vivió una gran expansión económica y demográfica, como símbolo del alto nivel económico que la ciudad tenía en ese momento. Se construyó a base de mármol, vidrio, hierro y madera.
Como curiosidad, la carretera que lleva hasta la misma entrada del edifico se hizo de goma, para silenciar lo máximo posible los vehículos que llegasen tarde a la función, minimizando así las posibles molestias. Este teatro ofrece eventos culturales todo el año, pero de entre todos ellos destaca el Festival de la Ópera del Amazonas, que dura tres semanas entre abril y mayo.
Teatro de La Scala (Milán, Italia)
A la Ópera de Milán es la conoce mayormente como Teatro de La Scala. Aunque su fachada resulta muy sencilla, no te dejes engañar por ella. Esta contrasta enormemente con su ostentoso interior, con hasta seis plantas de palcos y galerías decoradas en dorado y rojo. De hecho, tal es su nivel de lujo que se exige una etiqueta en la vestimenta cuando hay alguna representación.
Pero si queremos disfrutar de su belleza interior sin necesidad de ponernos un traje, siempre puedes optar por hacer una visita guiada los días que no haya función. Su temporada de ópera empieza el 7 de diciembre, justo el día en que se celebra el día de San Ambrosio, patrón de la ciudad.
Teatro de San Carlo (Nápoles, Italia)
El Teatro de San Carlo ostenta el honor de ser el más grande de Italia y el más antiguo que sigue en activo. El edificio original se alzó en 1737, pero sufrió un devastador incendio en 1816. Durante el Siglo XIX, se ordenó a Antonio Niccolini que lo reconstruyera, el cual dio un toque de opulencia que antes no tenía.
Sus visitas guiadas permiten conocer sus vestíbulos, el amplio salón principal y el impresionante palco real. Tal es su valor arquitectónico e histórico que la Unesco lo declaró Patrimonio Mundial.
Metropolitan Ópera House (Nueva York, EEUU)
La Metropolitan Ópera House es un referente cultural en Nueva York, además de una de las más importantes e impresionantes del mudo. Se encuentra en el complejo del Lincoln Center, cuya oferta destaca por sus prestigiosas representaciones de ballet, ópera y música sinfónica. De hecho, el complejo en su totalidad supone el espacio escénico más relevante de Manhattan.
Las paredes de esta Ópera están decoradas con murales de Marc Chagall y sus vidrieras en el vestíbulo permiten el paso de muchísima luz natural, además de la posibilidad de poder contemplar su interior desde el exterior. Cada anoche acoge actuaciones y espectáculos diferentes, ofreciendo una amplia oferta cultural que cualquier puede consultar en la web y elegir el plan que más se adapte a sus gustos.
Casa de la Ópera (Oslo, Noruega)
La Casa de la Ópera de Oslo es también otro de los espacios más vanguardistas de este listado. Este rompedor teatro está parcialmente enterrada en los fiordos noruegos y su diseño es obra del estudio de arquitectos Snohetta. Su estructura está inspirada en el choque de dos glaciares. De hecho, al contemplarla desde lejos, por sus tonalidades blancas y sus cristaleras, parece un iceberg.
Su interior está hecho a base de madera de roble y todos sus tejados están inclinados. Esta característica, unida al efecto translúcido de sus paredes, la llevo a ganar el premio Mies van der Rohe en 2009, el mayor premio europeo que se concede a la arquitectura contemporánea.
Ópera de París (Francia)
La Ópera de París alcanzó su fama mundial con la obra de 'El fantasma de la Ópera', gracias a la popularidad del libro, la representación teatral y especialmente la película musical. El proyecto se inició en 1860, pero su construcción no terminó hasta 1845, por la convulsa situación bélica que atravesaba el país en esa época.
Este teatro constituye uno de los monumentos culturales más impresionantes de París, con un valor histórico y arquitectónico incalculable. Además de ofrecer una variada oferta cultural, también se pueden realizar visitas guiadas o visitar su museo, lleno de trajes, partituras y elementos que se han utilizado en varias representaciones. Especialmente destacables son los frescos que adornan sus techos, obra de Marc Chagall en 1964.
Ópera de Sídney (Australia)
La Ópera de Sídney es quizás una de las más famosas de todo el mundo y una de las máximas representaciones de la arquitectura moderna. Fue diseñada en 1956 por el arquitecto danés Jorn Utzon, lo que le valió un gran reconocimiento, pues esta construcción está considerada como la más emblemática del país. Su inauguración se produjo en 1973, después de sufrir varios retrasos por su compleja construcción. Además de espectáculos culturales, cada 1 de enero se convierte en un gran escenario que acoge el espectáculo pirotécnico que da la bienvenida al año nuevo.
Dependiendo del punto de vista, este edificio puede parecer un conjunto de velas de barco desplegadas, unos gajos de naranja, las hojas de palma o las conchas de una vieira. Su curiosa forma y su ubicación inigualable la han convertido en un símbolo en todo el mundo.
Ópera de Viena (Austria)
La Ópera de Viena es una de las más destacadas de la ciudad, y tiene mérito, puesto que a Viena se la considera la capital de la ópera y la música clásica. Su construcción se produjo entre 1861 y 1869, y en sus primeros años fue totalmente rechazada por los vieneses, que afirmaban que era una tortuga de piedra gigante. Tales fueron las críticas que ambos arquitectos acabaron muertos por la presión mediática: uno se suicidó ahorcándose y el otro sufrió un infarto apenas dos años después de la inauguración.
Sin embargo, este edificio se estrenó por todo lo alto con la obra de Mozart, y desde entonces ha mantenido siempre el nivel. De hecho, con el tiempo, los vieneses han sabido apreciar el espectacular trabajo que se hizo con esta ópera, que ahora es uno de los símbolos de la ciudad.
Centro Nacional para las Artes Escénicas (Pekín, China)
El Centro Nacional para las Artes Escénicas tiene una forma peculiar si se contempla desde el exterior, motivo por el que los pekineses la conocen como el huevo alienígena. Aunque no utilizan este mote con un tono despectivo, pues siempre se muestran muy orgullosos de su espectacular arquitectura.
En su interior se ofertan recitales de música clásica y contemporánea, además de ballet, ópera y danzas chinas. Su inauguración se produjo en 2007 y tiene capacidad para 6500 personas. Su exterior es lo más llamativo, simulando una cúpula gigante de titanio y cristal que está rodeada por un lago artificial, lo que permite crear unos efectos ópticos increíbles.
Teatro de Pula (Croacia)
El Teatro de Pula guarda un gran parecido con el Coliseo Romano, a pesar de encontrarse en Croacia. Esto se debe a que es una construcción romana, que se llevó a cabo cuando estos conquistaron la costa croata durante el Siglo I. A pesar de contar con cientos de años a sus espaldas, se encuentra en un muy buen estado de conservación.
Este espacio está entre los seis anfiteatros más grandes del mundo, con capacidad para 20.000 espectadores. En un espacio donde antiguamente luchaban los gladiadores, ahora se producen espectáculos teatrales y conciertos al aire libre. Entre su oferta cultural destaca el Festival Romano de Pula, durante el mes de junio.
Teatro Mariinsky (San Petesburgo, Rusia)
El Teatro de Mariinsky ha sido el estandarte del ballet ruso desde que se construyó en 1859, además de ser uno de los espacios culturales más importantes de toda Rusia. Su edificio, con un exterior en verde y blanco, destaca entre el resto de edificaciones de la Plaza del Teatro, y su visita es prácticamente obligatoria. En 2013 se inauguró el Teatro Mariinsky II, aunque no goza de tanta fama como su hermano mayor.
A su escenario se han subido las figuras más relevantes de la música y la danza, y es el principal escenario de la compañía de ballet y ópera de San Petesburgo. Además, es uno de los teatros más avanzados del mundo a nivel tecnológico, pues ofrece una visión y acústica magnífica desde cualquiera de sus 2000 butacas. Aunque su exterior puede resultar un tanto discreto, su interior es espectacular.
Shakespeare's Globe (Londres, Reino Unido)
El Shakespeare's Globe se construyó en 1997, a orillas del río Támesis, a escasos 200 metros de su emplazamiento original. Su primera edificación se produjo en el Siglo XVII, y en ella lo más importante era la visibilidad del escenario, la acústica desde cualquier punto y los efectos especiales, que incluían cañones de verdad. De hecho, por culpa de uno de estos efectos, el teatro se incendió en 1613.
Un año después decidió reconstruirse y entre sus propietarios estaba el propio William Shakespeare, lo que generó una gran publicidad para el negocio, que fue viento en popa hasta 1644, cuando fue demolido durante el gobierno de Oliver Cromwell. Por suerte, se pudo reconstruir a finales del siglo pasado, creando una réplica muy similar al teatro original.
Arena de Verona (Italia)
La Arena de Verona es un teatro de piedras rosadas que recuerda también al Coliseo Romano. Es el tercer anfiteatro más grande del mundo, con una capacidad para 22.000 personas. Su interior es tan gigante y majestuoso como el exterior. Se construyó en el Siglo I, y fue capaz de mantenerse en pie a pesar del terrible terremoto que lo sacudió en el Siglo XII.
Hoy en día, acoge la temporada anual de ópera durante los meses de julio y agosto, con 50 espectáculos musicales que reúnen a las mejores voces del mundo. Contemplar su arquitectura durante la puesta de sol es todo un espectáculo para la vista que no te puedes perder.
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