Refugios en la cumbre

Para querer pasar unos días en la montaña no hace falta ser esquiador de primera. Basta solo con tener ganas de sentir la tranquilidad plena que ofrece el paisaje, la Naturaleza en su estado más puro. Estos hoteles se asoman a los paisajes más altos. Contemplar y pasear, las mejores experiencias.

Hotel Borda Aránzazu (Guipúzcoa).
Hotel Borda Aránzazu (Guipúzcoa).

Si muchos de los que sueñan con huir del mundo supieran que recorrer cinco kilómetros de pista no asfaltada bastan para alcanzar la paz total, no dudarían en salir corriendo para convertir sus deseos en realidad. Muy cerca de Aínsa y Boltaña, pero lo suficientemente alejado de ellas, emerge, en plena comarca del Sobrarbe (Huesca), un pueblo mínimo, con una única vivienda, La Casa de San Martín (www.casadesanmartin.com). Su ubicación no puede ser más perfecta: a las puertas del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, justo en la cima de un promontorio, casi haciendo equilibrio entre dos precipicios, con unas vistas de los Pirineos que cortan la respiración. Rodeada de bosques de pinos y robles, el edificio, todo en piedra, fue construido en el siglo XVIII y fue propiedad, en sus tiempos, del cercano monasterio de San Victorián. El antiguo pajar es hoy el acogedor comedor, presidido por una chimenea, al calor de la cual es posible disfrutar de una cocina cuidada y creativa, acompañada de vinos del Somontano. Las mañanas en San Martín hay que dedicarlas siempre a pasear y a contemplar el paisaje. Las noches, a descansar en alguna de sus nueve habitaciones, con nombre de flor. O, por qué no, a dejar volar la imaginación: cuando el sol desaparece los propietarios iluminan cada rincón de la casa con cientos de velas.

También la soledad bien entendida reina en Borda Aránzazu (www.bordaaranzazu.com), que, como su nombre indica, ocupa el lugar y el espacio de una antigua cabaña destinada al albergue de pastores y ganado, a medio camino entre el santuario de Aránzazu, en Oñate (Guipúzcoa), y el Parque Natural de Aizkorri-Aratz, junto a los acantilados y las campas de Urbia. La panorámica que se obtiene a través de los ventanales de cualquiera de las tres viviendas independientes que componen la borda proporciona elevadas dosis de tranquilidad. Cada casita es de un color. A elegir: roja, azul o amarilla. Aunque todas comparten una misma estética, con la madera como principal elemento. Un ambiente mitad rústico, mitad sofisticado, por el que también apuesta L''Aldea Soñada del Angliru (laaldeadelangliru.com), en Curuxeo (Asturias), un pueblo abandonado con más de dos siglos de antigüedad que ha sido totalmente recuperado. Su emplazamiento es mítico: en el puerto del Angliru, escenario de una de las etapas más duras de la Vuelta Ciclista a España. Algunas de las habitaciones sorprenden por su decoración, con detalles orientales. Otras, por sus jacuzzis circulares junto a la ventana. Cuenta también con un Spa, con tratamientos de los más originales, como es el baño de sidra especial para parejas.

Perderse para encontrarse es una máxima que siempre persiguen quienes desean olvidarse del estrés diario en algún refugio de montaña. Y eso es precisamente el Hotel Áliva (cantur.com), a solo cuatro kilómetros de la cota superior del teleférico de Fuente Dé, en los Picos de Europa (Cantabria). Un hotel familiar, envuelto en un paisaje inigualable, desde el que se pueden realizar espectaculares excursiones y reponer fuerzas después, gracias a los platos elaborados con productos de la comarca de Liébana que sirven en el comedor. Dispone de 70 habitaciones -algunas para alojar hasta seis personas- y bancos de madera en el exterior para sentarse... y escuchar el silencio. Algo parecido ocurre en el Hotel Os de Civís (www.hotelosdecivis.com), escondido en algún lugar muy remoto del Parc Natural de l''Alt Pirineu, a 1.700 metros de altitud, separado dos kilómetros del pueblo que le da nombre, en Lleida, y a solo 15 km de Andorra. Escudellas, calçots y asados son las especialidades del restaurante, decorado con vigas de madera, al igual que las habitaciones. El salón con chimenea es el espacio preferido por los huéspedes tras realizar alguna ruta por las inmediaciones. Porque este es uno de esos sitios que deberían conocer todos los senderistas de corazón. Para los esquiadores, otra recomendación sin salir de Lleida: el Hotel Val de Neu (www.hotelbaqueiravaldeneu.com), en la cota 1.500 de la estación de Baqueira-Beret. Un cinco estrellas Gran Lujo con espacios realmente sorprendentes, como la Terrace by Louis Roederer, para degustar ostras, caviar y champán al aire libre, con música en directo. Los amantes de las dos tablas tienen hoteles donde disfrutar de su deporte preferido diseminados por toda España. Aunque existe uno muy especial: el Vincci Selección Rumaykiyya (www.vinccihoteles.com), que presume de ser uno de los hoteles más altos de Europa (2.400 metros), con un telesilla a la puerta para subir a las pistas de Sierra Nevada (Granada). La mayor parte de sus habitaciones cuentan con terraza para perder la noción del tiempo observando el paisaje antes o después de lanzarse ladera abajo.

Cruzando el mar, también podemos disfrutar de la alta montaña en el Parador de Santa Cruz de Tejeda (www.parador.es), en el centro de la isla de Gran Canaria, a 1.500 metros de altitud, entre el Parque Rural del Nublo y el Paisaje Protegido de Cumbres, justo donde confluyen la mayoría de los antiguos caminos reales que hoy aún se pueden seguir a pie. Entre los masajes del Spa, una sugerencia: la Stone Experience, con un intenso aroma a Naturaleza.

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