Viaje a los orígenes de la gastronomía con Le Grand Table

Un menú de 12 pases durante las noches del 4 y 5 de mayo. Esto es Le Gran Table una propuesta que une la gastronomía española y francesa gracias a los restaurantes Zalacaín y Le39V, en Madrid y París, respectivamente. Esta unión comenzó no hace mucho, cuando el chef ejecutivo de Zalacaín, Julio Miralles, viajó a París para conocer la cocina de Frédéric Vardon y su restaurante Le39V. Una vez en la ciudad francesa, cocinando y conversando juntos, ambos chefs decidieron crear un menú degustación entre ambos.

El menú elaborado a cuatro manos lleva el nombre de La Gran Table, y está formado por 12 pases que se ofrecerán a los clientes exclusivamente durante las noches del 4 y 5 mayo, a un precio de 130 euros por persona con armonización incluida. Para disfrutar de este menú es necesaria la reserva previa y estará compuesto por:

El restaurante más famoso de Madrid

Zalacaín es uno de los restaurantes históricos de la capital. En 1973 abrió sus puertas y en 1987, catorce años después, se hizo con la tercera estrella Michelin, el reconocimiento más alto para un establecimiento de este tipo. Fue la primera vez que un restaurante español alcanzaba tal galardón. Seis años más tarde llegarían las estrella para El Bulli de Ferran Adrià, pero el mérito del Zalacaín reside en destacar a nivel mundial cuando nadie más en nuestro país lo hacía. El restaurante se sometió a una importante remodelación en 2017, cambiando sus clásicos interiores por otros de aspecto más moderno e innovador. El precio por comer aquí oscila entre los 100 euros.

Le39V y Frédéric Vardon: un progreso acelarado

Vardon abrió el restaurante Le39V en 2010, en la Avenida George V de París. Apenas dos años más tarde, en 2012, la Guía Michelin le otorgó su primera estrella. En septiembre de 2017, el chef inauguró Le39V Hong Kong, ubicado en el piso 101 de uno de los muchos rascacielos que se levantan en la ciudad asiática. La cocina de Vardon destaca por su interés en la búsqueda de buenos productos. “La gastronomía no es sinónimo de lujo. Más bien debería ser el arte de sacar lo mejor de un producto, por modesto que sea”, asegura el chef.