5 placeres de lujo en abril

Soñar en un castillo, probar la cocina de un mago, planear sobre el Guadiana, volar a más de 5.000 metros y catar en catedrales del vino son 5 placeres imborrables.

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Planes / Viktorcvetkovic

El agradable abril invita a pequeños caprichos y grandes placeres. Es un mes con un clima delicioso para agasajarse con experiencias que estimulan todos los sentidos. Y todo ello, sin ir muy lejos. Una delicia fascinante, una experiencia real del final del Medievo, es dormir en un aposento de princesas. Entre mágicos rincones, mercadillos ancestrales y murallas se encuentra Topas y su castillo del Buen Amor. Este pequeño municipio salmantino es un fiel reflejo de la sociedad feudal de servidumbre, que en aquella época se rendía a los dueños del castillo. Su emplazamiento bélico defensivo, que en ocasiones fue residencia y escondite de personajes políticos y religiosos de antaño, le confiere más belleza si cabe. Su construcción como el mejor castillo palacio de la época, lo inició en el XV Alfonso de Fonseca, obispo de Ávila. Y además, es Bien de Interés Cultural, así que dormir en el Buen Amor es hacerlo a cuerpo de rey.

Los paladares más exquisitos, pero con predilección por la cocina clásica, también se sentirán como monarcas entre los platos donostiarras de Martín Berasategui, a las afueras de la emblemática San Sebastián. Para los lanzados, los que disfrutan disparando su adrenalina, nada más excitante en abril que cruzar fronteras en la tirolina de Sanlúcar de Guadiana. En el mágico entorno de este espectacular pueblo onubense, se sobrevuela el río Guadiana desde España hasta Portugal en la única tirolina transfronteriza del mundo. La frontera natural que forma las aguas del Bajo Guadiana posee un excepcional valor natural y paisajístico. Sus parajes vírgenes, poblados de encinas y olivares, fueron en otro tiempo ruta habitual para el contrabando. Ahora, se trafica con una rica gastronomía que viaja en sus recetas por los olores y sabores de ambas orillas. Volar desde Sanlúcar de Guadiana hasta Alcoutím es un auténtico lujo.

Y entre nubes, nada mejor que Empuriabrava, uno de los mejores lugares del mundo para los para los amantes del paracaidismo. La Tierra del Cielo ofrece una experiencia casi a la carta, donde compartes avión solo con quién tú quieras a 5.000 metros de altura. Y en abril, nada más placentero que un must en la Rioja y sus bodegas. El comercio del vino entre La Rioja y Francia a través del ferrocarril, se inauguró en 1.863 con la línea Tudela-Bilbao que pasaba por Haro. Ello propició el nacimiento del Barrio de la Estación, ya que las casas bodegueras donde se elaboraban vinos criados en barrica al estilo francés se ubicaron en torno a las vías.

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