Escenarios de Juego de Tronos
San Juan de Gaztelugatxe
Bermeo, VizcayaJunto con el Ratón de Getaria, es uno de los escenarios rocosos más fotogénicos del País Vasco. Sus 241 escalones recorren una pasarela natural y se adentran en el mar, en una pequeña península en la que solo hay una ermita, la de San Juan. Aquí, hasta ahora, la tradición era seguir los presuntos pasos de San Juan Bautista y tocar tres veces la campana para convocar a la buena suerte. Desde que colocaron un croma sobre el templo y lo convirtieron en Rocadragón, las cosas han cambiado y lo importante es instagramear la pasarela y señalar a los dragones o al castillo imaginario. Los escalones se decoraron para la serie con unos muy medievales pebeteros que iluminaban los encuentros de los protagonistas. Los actores principales optaron por dormir en el neomedieval Castillo de Arteaga (el único hotel de Relais & Chateaux en Euskadi), en plena Reserva de Urdaibai, aunque para comer se salieron del papel: nada de banquetes con las manos, mucho mejor Arzak y Martín Berasategui para las celebraciones del rodaje.
Playa de Itzurun
Zumaia, GuipuzcoaEl mayor encanto de este arenal guipuzcoano rodeada de acantilados es esa especie de scalextric-cross formado por unos circuitos de roca dentada entre los que surgen calas íntimas que cambian con la marea. El nombre científico de este paraíso para los amantes de las playas con cosas es flysch. Cada una de las líneas de este fenómeno geológico determina un periodo de la tierra y hay una que indica claramente cuál fue el momento en que cayó el meteorito que extinguió a los dinosaurios, esos primos lejanos de los dragones. Los productores de la serie no sólo han tomado de esta playa los acantilados en los que vemos hablar a Jon y Tyrion, sino que se han quedado con el espectacular diseño natural de los flysh como modelo del trono Targaryen y de los pasadizos del castillo de Rocadragón. Las mareas aquí son divertidas para el visitante, pero fueron un dolor de cabeza para el equipo de rodaje. Algo parecido debió de pasar con el txacolí, del que el alcalde de Zumaia, Oier Korta, dice que lo conocieron aquí.
Cáceres
La ciudad es Patrimonio de la Humanidad y el escenario perfecto para una escapada de dos días, como la que hicieron los equipos de la serie. El rodaje se centró en el casco antiguo, particularmente en las plazas de San Jorge, Santa Maria y San Mateo. En Cáceres se alojaron la khaleesi y Jamie Lannister. La primera comió en el restaurante El 13 de san Antón y su propietario, Juanma Moreno, asegura que no se hizo ni una foto. Jamie Lannister, en cambio, hizo bastante vida en la ciudad con su mujer y sus dos hijos, y hasta se apuntó a un gimnasio, El Perú Cáceres Welliness, donde aseguran que han subido las matriculas desde entonces. Lo cierto es que todo Cáceres se está beneficiando del rodaje, que dejó 5 millones de euros de ingresos directos en la provincia y que ya, a final de 2016, había conseguido subir las pernoctaciones un 7 por ciento.
Parque Natural de Los Barruecos
Malpartida, CáceresTodavía no hemos visto la batalla de Malpartida y ya está claro que va a ser la más espectacular de la serie. Multiplica el presupuesto de la de los Bastardos y se anuncia como la escena más cara rodada para la televisión, superando a la de la Plaza de toros de Osuna, de la que también dijeron lo mismo. Las visitas a Los Barruecos ya habían subido el 70 % en la primera mitad de 2017, antes de que se estrenara la serie. Alfredo Aguilera, el alcalde de Malpartida asegura que un buen número de turoperadores le preguntan por la grabación, que duró 20 días. En los folletos que anuncian ahora la zona, llana y pedregosa, ideal para batallar, se ha jugado con los elementos de la serie y se califica al parque como “el octavo reino”.
Trujillo (Cáceres)
La serie pasó por Trujillo solamente durante un día. Lo justo para que Jamie Lannister conquistara Altojardín, un señorío que siempre había preferido las rosas a las espadas. Del castillo, árabe del siglo IX, dijeron que no habían tenido que tocar casi nada. De la villa, se quedaron con el jamón. A pesar de su breve visita, dio tiempo a que un desconfiado (o avispado) tendero colocara en su escaparate el cartel “Aquí no se fía ni a los Lannister”, que ha sido reproducido miles de veces en Instagram.
Sevilla
Las Reales Atarazanas de Sevilla almacenan esqueletos de dragón que le sirven a la reina Cersei para el tiro al blanco. Las atarazanas, unos astilleros del siglo XIII cerrados al público, eran un misterio para los sevillanos. Muchos vieron por primera vez en televisión este edificio histórico que fue también centro de reclutamiento y del que salieron los barcos de remeros que quemaron los arrabales de Londres en la Guerra de los Cien Años. Muchos otros sevillanos acamparon en los alrededores del hotel Alfonso XIII, donde se alojaban las estrellas.
Ruinas de Itálica
Santiponce, SevillaItálica conserva los restos de uno de los anfiteatros más grandes del mundo y en él se han dado cita hasta 17 de los principales actores. Las ruinas romanas del siglo VI antes de Cristo no eran ajenas a las grandezas de reyes y guerreros: en Itálica nació el emperador romano Trajano. EN HBO, la productora de la serie, ya han anunciado que volverán a rodar en Itálica y en las Atarazanas en la octava temporada.
Almodóvar del Río (Córdoba)
El castillo de Almodóvar, edificado por los musulmanes en el año 740, es también Altojardín en la séptima temporada. En la serie se ve desde el pueblo, por dentro y hasta desde el aire, ya que se utilizaron drones. El equipo visitó también Córdoba capital, donde hizo lo que haríamos cualquiera: tomar cañas y salmorejo e ir de compras por el centro. Eso sí, no se pasaron por el Distrito Cóctel Bar, donde el propietario, Santiago Madueño les tenía preparado un cóctel blanco y humeante que aún se puede probar bajo el nombre de “Caminante blanco”.
Bonus track: Invernalia sigue en Irlanda del Norte
Irlanda del Norte tiene la mayor concentración de localizaciones de la serie en un espacio abarcable en un solo viaje. Entre ellas está la cueva donde Melissandre da a luz a un monstruo con el que tener pesadillas (Cushendum Cave, aún más húmeda y oscura en vivo), el canal de Braavos (Carnlough), el campamento de Rob Stark (en la histórica abadía de Inch), el castillo de los Greyjoy (el mucho más arruinado Dunluce Castle, en la foto) y el puerto de las Islas del Hierro en el que desembarca Theon (Ballintoy).El plato fuerte de los escenarios en el norte de Irlanda del Norte es Invernalia, donde uno de cada cinco visitantes es español. Su sosias real es Castle Ward, una propiedad bien conservada que reúne 17 localizaciones diferentes en un mismo lugar. Tiene el encanto de ser un set en activo, donde puedes disfrazarte, simular batallas, cenar vestido de Stark y recorrer los lugares mientras ves las escenas que les corresponden en la tableta electrónica del guía. Para ello, lo mejor (y lo más solicitado) es hacer una ruta por los alrededores en bicicleta. Y en esos alrededores están los bosques de más allá del muro, donde los caminantes blancos parecen a punto de surgir de cada árbol. O el proceloso camino real, con su techo vegetal de árboles de ramas entrelazadas tras los que nunca sabes si puede aparecer un grupo de soldados o un cuervo. En este caso de un ojo.