Se vende castillo medieval en Soria: solo deberás cumplir una condición para quedártelo
La provincia de Soria conserva alrededor de medio centenar de fortificaciones que han ido sobreviviendo al paso del tiempo.
En lo alto de un cerro entre Monteagudo de las Vicarías (Soria) y Pozuel de Ariza (Zaragoza) se alzan las ruinas de un castillo medieval conocido como La Raya o Torre de Martín González. Durante siglos marcó las fronteras entre los reinos de Aragón y Castilla y ahora ha sido declarado Bien de Interés Cultural. A sus pies se encuentran la recién reconstruida Ermita de Nuestra Señora de la Torre, donde todo el que se bautizara en su pila bautismal -hoy trasladada a la iglesia de Pozuel de Ariza- obtenía los beneficios de sendas coronas.
El terreno de 1.300 metros cuadrados está ahora a la venta por 45.000 euros. El alcalde de Monteagudo manifestó que nadie ha mostrado nunca un interés real para restaurarlo, aunque hace un tiempo el Consistorio pujó por él y retiró la oferta al desplomarse parte de la muralla. Así que la condición para el comprador es que lo restaure en un plazo inferior a 25 años. La inmobiliaria asegura que es una "oportunidad de adquirir un elemento único, emblemático y exclusivo".
Más de mil metros cuadrados de Historia
La fortaleza cuenta con la torre del homenaje de forma rectangular y el recinto amurallado. De las cuatro paredes, la fachada más alta mide 23 metros por 5 de alto y 1,5 de espesor. En el centro se abre un hueco en el suelo que podría haber sido para el aljibe. El objetivo último del propietario es que no acabe por desaparecer después de llevar en pie más de 300 años. Su ubicación concreta es a unos 200 metros en dirección Suroeste del punto 89.100 de la Carrera C-116 de Burgo de Osma -el pueblo más bonito de Soria según la IA- a Ariza.
Se cree que en sus orígenes, en la época del Cid, nació solo como una torre de vigilancia sobre el valle del Jalón y la frontera, ligada a las guerras de La Raya durante los siglos previos al reinado de los Reyes Católicos. En el siglo XIV, el rey Pedro IV de Aragón lo donó a Gonzalo Fuerte quitándolo de las manos de Martín González. Siempre ha estado en posesión de familias aragonesas, aunque en los últimos años ha sido de los sorianos.
Hay poca gente que pueda presumir de poseer un castillo, pero quienes lo hacen suelen ponerlo a disposición del mundo en forma de alojamientos con un encanto único en su especie. Así, los hay repartidos por toda España como el de Grisel y Bulbuente en Zaragoza, el de Arteaga en Vizcaya, el de Piedrasecha en León o el de los Alvarado en Burgos. Es indudable que los castillos conservan un aura medieval que, por muy modernas que sean las habitaciones, no terminan de perder nunca.
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