La temporada de esquí más esperada

El Pirineo catalán se pone a punto.  Las estaciones, listas para abrir a finales de noviembre, presentan nuevas pistas, nuevos remontes e, incluso, atracciones como exposiciones o la posibilidad de practicar esquí nocturno. Ahora solo falta que el tiempo acompañe. 

Estación de esquí Port Ainé (Pirineo de Lleida).

Estación de esquí Port Ainé (Pirineo de Lleida).

/ FELIPE VALLADARES VEJAR

Si cuando llegan estas fechas los aficionados a los deportes de nieve ya suelen estar mordiéndose las uñas esperando a que comience la temporada de esquí, este año la ansiedad es todavía mayor. Después de que la campaña del año pasado estuviera llena de restricciones de movilidad y de medidas de prevención, este campaña supone un retorno a la esperada normalidad en el Pirineo catalán. Ahora solo falta que la meteorología acompañe.

En este sentido, la mayoría de estaciones están preparadas para abrir a finales de este mes o a principios de diciembre. Y sus fieles están con más ganas que nunca, por lo que se prevé que puede ser una buena temporada. Además, muchos complejos pirenaicos han hecho el esfuerzo de incorporar toda una serie de mejoras para lucir sus mejores galas durante el esperado reestreno. Este es un repaso –de la parte más occidental del Pirineo catalán a la más oriental– de las principales novedades de cada estación.

Pirineo de Lleida

Con casi 170 kilómetros de pista repartidas en cuatro áreas y una orientación norte, Baqueira Beret (Vall d’Aran) es seguramente la joya de la corona del Pirineo catalán. Este año estrena el nuevo telesilla desembragable de seis plazas Clòt der Os, que permite redibujar la zona de debutantes de Beret y, aparte, mejorar la conexión con el telesilla de Dossau. Por su parte, Boi Taüll (Alta Ribagorça) disfruta de las cotas esquiables más altas, desde los cerca de 2.000 metros a los más de 2.700 metros. Después de ciertas incertidumbres sobre su futuro, abre de nuevo gracias a su incorporación al grupo de estaciones de Ferrocarrils de la Generalitat y, además, añade a su oferta una nueva pista: Ginebrell.

Estación de esquí de Baqueira, en el Vall d'Aran.

Estación de esquí de Baqueira, en el Vall d'Aran.

/ D. R.

En el Pallars Sobirà, Espot garantiza la sensación de estar esquiando en plena naturaleza, gracias a que la mayoría de sus pistas discurren entre frondosos bosques de pino negro. Cerca, Port Ainé también disfruta del entorno del Parc Natural del Alt Pirineu y ofrece experiencias invernales aptas para todos los públicos. Muestra de su conexión con el entorno es que esta temporada contará con una exposición para concienciar sobre la conservación del urogallo (gall fer, en catalán), uno de los emblemas de la zona.

Tavascan, por su parte, es ideal para los más montañeros, amantes del fuerapistas. Y en el Prepirineo se encuentra Port del Comte (Solsonès), una estación familiar ideal para hacer una escapada de día, ya que está a apenas una hora y media de Barcelona.

Pirineo de Girona

Masella suele ser la estación que consigue una temporada más larga, abriendo a la mínima posible y cerrando más allá de Semana Santa. Además, ofrece algo que las demás no pueden: el esquí nocturno, una práctica cada vez más popular y que permite ampliar al máximo la jornada de esquí. Aunque son estaciones diferentes –una privada y otra pública– existe una conexión de Masella con La Molina para sumar hasta 145 kilómetros de pistas. Esta última, además, ha mejorado su sistema de producción de nieve para conseguir las mejores condiciones.

Estación de esquí La Molina (Gerona)

Estación de esquí La Molina (Gerona).

/ Oriol Molas

Por su parte, Vall de Núria (Ripollès) es una estación única a la que no se puede llegar en vehículo privado, sino solamente a través del Tren Cremallera, que ahora cumple 90 años de vida. De esta forma, este complejo de montaña ofrece un paisaje único y múltiples actividades que van más allá del esquí: raquetas de nieve, trineos, paseos en la máquina pisanieves, buceo bajo el hielo... Por si fuera poco, han restaurado el antiguo trampolín de saltos para acercar al visitante a la historia de los deportes de nieve en Catalunya. Finalmente aparece Vallter 2000, la estación más mediterránea de todas, en la que incluso se puede divisar la Costa Brava en los días claros. Una estación familiar, perpecta para dar los primeros pasos en el mundo de la nieve.

Estación Vallter 2000 (Girona)

Estación Vallter 2000 (Girona).

/ Oriol Molas

El menú invernal está servido y ahora solo hay que escoger la estación que más se ajuste a los gustos de cada cual. Y cruzar los dedos para que la nieve y el frío se comporten en la que es, sin duda, la temporada de esquí más esperada de todas.

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