El pueblo de España sacado de un cuento que enamora a los turistas: es de los más bonitos

En la lucha por ser considerado uno de los pueblos más bonitos de España se encuentra Candelario, municipio salmantino cercano a la sierra de Béjar. Un enclave de cuento en el que pasar un fin de semana rural y descubrir rincones mágicos. 

Old stone church next to traditional old houses from the village of Candelario in Salamanca, Spain

Antigua iglesia de piedra junto a casas antiguas tradicionales del pueblo de Candelario

/ Jose Miguel Sanchez

Regaderas, batipuertas y la chacina hacen de Candelario un lugar único que fue declarado Conjunto Histórico- Artístico en 1975. Esta villa, situada a más de 1.100 metros de altitud, se encuentra a 220 kilómetros de Madrid, 72 de Salamanca y 45 de Plasencia. Distancias asequibles para disfrutar de sus parajes y desconectar del estrés de la ciudad.

Nos adentramos en el caso histórico de Candelario y, en primer lugar, contemplamos la Ermita del Santísimo Cristo del Refugio, situada en una explanada y presidida por la Cruz del Humilladero, que servía para que los viajeros mostraran sus respetos a la entrada o salida del pueblo.

La cruz del humilladero da la bienvenida a la villa.

La cruz del humilladero da la bienvenida a la villa.

/ Armando Oliveira / ISTOCK

El edificio alberga en su interior la venerada imagen del Cristo del Refugio en un altar barroco.

A pocos pasos se encuentra la calle Mayor, una de las más bonitas de la localidad. Llega el momento de recorrer la villa y disfrutar de regaderas y batipuertas, pero ¿sabe el explorador de que hablamos?

Las regaderas son un sistema único de canalización.

Las regaderas son un sistema único de canalización.

/ Juan-Enrique / ISTOCK

Regaderas y batipuertas

Las regaderas son pequeños canales de agua cristalina que bajan desde la sierra provenientes de diversos manantiales. Observar estas rústicas obras de ingeniería, con el sonido del agua de fondo, resulta una experiencia embriagadora. Además, el agua ha sido siempre un elemento fundamental para los habitantes de Candelario y, como prueba de ello, se pueden descubrir casi una veintena de fuentes repartidas por todo el municipio.

Uno no puede irse de Candelario sin hacerse una foto en alguna batipuerta.

Uno no puede irse de Candelario sin hacerse una foto en alguna batipuerta. 

/ Armando Oliveira / ISTOCK

Vamos ahora con las batipuertas, uno de los símbolos de la villa. Se trata de una media puerta que se sitúa antes de la propia puerta de acceso a las viviendas y que, según parece, servía para resguardar a los vecinos de las bajas temperaturas invernales e impedir que sus casas se llenaran de agua o nieve. Otra versión muy extendida es que su objetivo era el de impedir que los animales entraran en los domicilios, pero estos pudieran estar ventilados gracias a esta media puerta de seguridad.

Para llegar a Nuestra Señora de la Asunción hay que recorrer una calle bastante empinada.

Para llegar a Nuestra Señora de la Asunción hay que recorrer una calle bastante empinada.

/ KevinAlexanderGeorge / ISTOCK

Paseando, el viajero se topará, además, con la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, que cuenta con retablos barrocos, un artesonado de estilo mudéjar y un rosetón de grandes dimensiones. También conviene detenerse en el Ayuntamiento, erigido a finales del XIX sobre la antigua Casa del Concejo.

Industria chacinera

Otro lugar imprescindible es el Museo de la Casa Chacinera, que muestra cómo, a partir del siglo XVIII, dicha industria se convirtió en la principal fuente de ingresos de los vecinos del pueblo. Esta típica casa convertida en museo permite al visitante adivinar cómo se vivía siglos atrás. Son casas con tres plantas; la primera, en la que se despiezaban los cerdos y se fabricaba el embutido, la segunda, dedicada a la residencia de dueños y aquellos trabajadores que se desplazaban temporalmente para la matanza y, la tercera, en la que se secaba y curaba el embutido.

Alojarse en una antigua casa chacinera es una experiencia muy interesante.

Alojarse en una antigua casa chacinera es una experiencia muy interesante.

/ Shootdiem / ISTOCK

Para comer como un rey

En Candelario existen alojamientos rurales y una oferta gastronómica de lo más interesante. De hecho, los amantes de carnes a la brasa y chorizos tendrán aquí su paraíso particular. Cuenta la historia que Carlos IV quedó impactado con la calidad de los productos de la zona, más concretamente con los del chacinero conocido como El Tío Rico, al que convirtió en proveedor oficial de la Casa Real. Así pues, disfrutar de los embutidos de la zona, resulta un placer para el paladar y el visitante podrá decir sin miedo a equivocarse que ha comido como un rey.

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