Los 10 pueblos más bonitos de Teruel
Teruel existe, y de qué forma. Nos volvemos a enamorar de la belleza de unos preciosos pueblos que, sí o sí, debes tener en mente para tu próxima escapada.
Este es el famoso pueblo de Teruel que tiene enamorados a los valencianos.
Cascos históricos de una gran belleza, arquitecturas para pararse y admirar. Pero también lugares rodeados de un entorno natural plagado de belleza en los que enamorarse de una de las zonas menos exploradas de España.
Recorremos los pueblos más bonitos de Teruel, lugares que plasman la belleza de un Aragón que merece ser descubierto, admirado y querido. Unas localidades que, a través de sus centenarias construcciones, nos hablan de pasado y del presente de una provincia que tiene mucho por presumir.
Albarracín
La historia antigua y la naturaleza se han combinado para hacer de Albarracín una de las localidades más bellas de Teruel. La sierra de Albarracín es conocida por poseer un entorno natural único. Rutas de dificultades varias, deportes de riesgo para los más inquietos y 4 curiosas rutas temáticas.
La capital de la sierra se asienta sobre la ladera de una montaña, así que a calzarse unas buenas deportivas y a recorre sus empinadas calles. Murallas y torres medievales que recorren la ladera de la montaña, la Catedral del Salvador, el Palacio Episcopal y el Alcázar. Un conjunto histórico único que fue declarado Bien de Interés Cultural en 1985.
Rubielos de Mora
Nos trasladamos hacia el este y recorremos pueblos muy cerca de la frontera con Cataluña. Este pequeño, y poco conocido, pueblo se encuentra entre los más bonitos de España. Situado a más de 1000 metros de altura y es perfecto para conocer la historia del siglo XII.
No podían faltar unas buenas murallas que protegiesen un grandioso Conjunto Histórico Artístico. Destacan las casas señoriales y los palacetes, pero combaten contra unas ermitas y conventos del siglo XV. Para observar el pueblo en su conjunto puedes acercarte al Mirador de la Cruz y maravillarte con una de las mejores panorámicas de Rubielos de Mora.
Puertomingalvo
Dentro del Parque Cultural del Maestrazgo se esconde esta curiosa localidad. Como toda España fue pasando de unas civilizaciones a otras y todas dejaron la marca de su paso por el lugar. Los íberos trazaron las primeras líneas del pueblo y dejaron las bases para que se construyese este bello pueblo.
El Castillo de Puertomingalvo data del siglo XIII y es un medio castillo medio fortaleza. Aprovecharon el saliente rocoso de la punta del pueblo, dejando una única entrada en los muros del recinto. También es de parada obligatoria La iglesia de la Purificación y San Blas, un impresionante edificio barroco del siglo XVIII.
Iglesuela del Cid
Una pequeña localidad vecina de dos de los pueblos más bonitos de España: Cantavieja y Mirambel. Su belleza, aunque no tan reconocida, se muestra en cuanto pisas sus calles. Como curiosidad, algunos municipios de esta zona llevan el apellido del Cid porque la leyenda cuenta que algunas batallas se libraron en estos lares.
El pueblo estuvo en manos de los templarios durante un largo periodo. Durante este tiempo construyeron un castillo del que hoy solo queda La Torre de los Nublos, además aquí se encontraban las antiguas mazmorras de la localidad. Las Casas nobles de Aliaga y Guijarro son las típicas casas del renacimiento Aragonés del siglo XVI.
Cantavieja
En todos los pueblos de los que hemos hablado y de los que quedan por hablar hay un imprescindible común: caminar. Llegar a estos parajes es andar mucho y admirar su belleza.
Las murallas de Cantavieja son impresionantes, pero su plaza porticada parece que fue creada para ser fotografiada y admirada. Para los amantes de los museos, y aunque no te gusten mucho, merece la pena conocer el Museo de las Guerras Carlistas. Un lugar donde conocer porqué Cantavieja fue importante durante estas guerras del siglo XIX.
Mirambel
Escenario de películas Ken Loach y de novelas de Pio Baroja. Mirambel fue la primera localidad española en recibir la Medalla de Oro de Europa Nostra. Un premio que se entrega por las tareas de restauración y conservación del patrimonio cultural.
Las murallas que protegen las ciudades necesitan puertas y el Portal de las Monjas es el ejemplo perfecto de como crear una obra de arte de una necesidad. Es digna de ver por los detalles en barro y yeso de sus celosías. Actualmente queda dentro del pueblo y es una galería cerrada, pero en sus tiempos era la celda de la madre superiora del Convento de las Agustinas.
Beceite
La naturaleza, como en Albarracín, juega un papel muy importante en esta localidad. El Parrizal es uno de los alrededores más conocidos de la zona. Recorrerás el río Matarraña atravesando diversas pasarelas y puentes. Al final del recorrido se encuentra la Font de la Rabosa, una piscina natural en la que refrescarse después del paseo.
No hay que dejar de admirar el casco histórico y el impresionante puente de 15 metros de altura que tienes que atravesar para entrar al pueblo.
Valderrobres
La magnificencia del lugar comienza antes de entrar. Un enorme puente de piedra que franquea el Portal de San Roque, la entrada principal y uno de los siete portales de la antigua muralla. Andando un poco te encuentras con la Plaza de España donde se encuentra el ayuntamiento, un ejemplo de la arquitectura renacentista aragonesa.
Las callejuelas van mostrando los recónditos escondites de los secretos mejor guardados del pueblo. Hasta llegar a lo alto del pueblo donde se encuentra el castillo-palacio del Valderrobres.
La Fresneda
Es cierto que todos los pueblos tienen una fuerte tradición medieval, pero en La Fresneda no solo te sorprenderán sus plazas, iglesias y castillos. Desde aquí os recomendamos la judería, un conjunto de callejuelas perpendiculares a la Calle Mayor, algunas todavía conservan restos de las puertas que controlaban su acceso.
Dentro del ayuntamiento te sorprenderán sus dos cárceles. Una para las personas de un nivel social alto y otra para los presos comunes.
Calaceite
Terminamos con la puerta que une Cataluña y Aragón. Un pueblo caracterizado por sus cuestas y sus calles adoquinadas, en las que destacan las casas solariegas construidas en piedra y decoradas con forja.
Dentro de su precioso casco antiguo se encuentra el Pórtalet de Maella. Una de las antiguas puertas de la muralla que en el siglo XVIII pasó a ser una capilla dedicada a la Virgen del Pilar.
Muy cerca de esta puerta-capilla se encuentra la Plaza de los Artistas. Calaceite es un punto de encuentro para artistas, escritores e investigadores y en 1999 se construyó esta plaza en su honor.
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