Descubriendo el Salar de Uyuni, donde se unen la tierra y el cielo
Ubicado en el corazón de Bolivia, este desierto cuenta con una superficie de más de 10.000 kilómetros cuadrados.
Sudamérica tiene la particularidad de ser un subcontinente con presencia de diferentes geografías, climas, floras y faunas. Cada país, con sus extensos territorios, está compuesto por variados monumentos naturales, que van desde playas paradisíacas y selvas tropicales hasta cumbres montañosas.
Bolivia, por su parte, es un país que destaca por la cantidad de paisajes que tiene para descubrir. Aunque no es uno de los más grandes de Sudamérica, está atravesado por imponentes formaciones geológicas como la cordillera de los Andes, el Desierto de Atacama y la Isla del Sol.
Dentro de estos parajes naturales, hay uno que sobresale por su extensión y por ostentar el título a nivel internacional. El Salar de Uyuni, ubicado en el municipio homónimo, es el desierto de sal brillante más grande de todo el mundo.
Historia del salar
Un extenso espejo de sal blanca y brillante se extiende ante tus pies. Hacia arriba, un firmamento completamente celeste deslumbra por su inmensidad. En el suelo, un reflejo eterno difumina los límites entre el cielo y la tierra. Viajar al Salar de Uyuni es una experiencia única en todo el mundo, no solo por ser el mayor desierto de sal continuo y elevado, sino también porque desde allí se pueden obtener vistas del cielo que no son posibles desde ningún otro lugar.
Su formación se remonta a un antiguo lago que ocupaba esta zona y que, con el paso de los años, se secó. El embalse más reciente, El Tauca, existió en esta área hace unos 11.000 años. En la actualidad, solo queda este inmenso desierto salado, que abarca casi 11.000 kilómetros cuadrados, dispuesto en unas diez capas diferentes de entre uno y diez metros de grosor.
Además de la sal blanca y brillante, en este territorio también se pueden observar formaciones rocosas e islas con cactus. Aunque la fauna es escasa, uno de sus grandes atractivos son los flamencos rosados, que se desplazan con total soltura por todo el salar, añadiendo un toque único a la escena de este paisaje.
Cómo llegar
El Salar de Uyuni se encuentra cerca de la ciudad de Uyuni, un pequeño municipio al suroeste de Bolivia, en la región andina de este país. Desde allí, hay varias opciones que te permitirán llegar al desierto. Por un lado, existe la alternativa de ir por tu cuenta, pero para ello necesitarás un vehículo propio que pueda resistir el terreno. Por otro lado, la variante más sencilla es contratar un tour desde esta ciudad, que en casi todas las ocasiones incluye una parada en la isla de Incahuasi o en la isla del Pescado.
Si estás de viaje por Sudamérica, también hay excursiones que se pueden contratar desde Chile y Argentina, debido a la cercanía desde ciertos puntos de estos dos países con el Salar. En este caso, los precios suelen ser más elevados y las excursiones pueden durar un poco más, entre 3 y 4 días recorriendo todo el altiplano, dedicando una jornada entera al salar.
Cuándo ir
Algo muy importante a tener en cuenta a la hora de visitar el Salar es su patrón climático. De diciembre a abril, Uyuni experimenta una estación lluviosa. Esto puede ser beneficioso, ya que es en este momento cuando los visitantes pueden observar el efecto espejo del Salar, cuando el agua se acumula entre los espacios del desierto. No obstante, esto puede implicar que muchos tours sean cancelados.
Por otro lado, de mayo a noviembre el Salar atraviesa una estación seca. Durante este período, las temperaturas son más frías y el suelo está endurecido. Los viajeros pueden pasear por el territorio visitando ciertos lugares a los que no pueden acceder cuando llueve.
Qué tener en cuenta a la hora de planear tu visita
El Salar de Uyuni se encuentra a 3.650 metros sobre el nivel del mar, por lo que es probable experimentar el “apunamiento” o "mal de altura", manifestado a través de mareos y náuseas. Para contrarrestarlo, los residentes recomiendan un remedio natural llamado hoja de coca, que puede consumirse mediante infusiones o sola.
Otra recomendación es protegerse del sol. Se sugiere llevar gafas, gorros y protector solar para resguardarse del intenso reflejo. Por último, no hay que olvidar que las temperaturas pueden variar drásticamente en cuestión de minutos, por lo que es importante llevar capas de ropa.
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