Los pueblos más bonitos de Portugal
De Sintra a Lindoso, pasando por Monsaraz. Así son los pueblos más bonitos, y que merecen una escapada, de Portugal.
Portugal: Los pueblos más bellos del norte.
Portugal, aunque pequeña, esconde una belleza insólita que muchos pasan desapercibida y que puede sorprendernos de la mejor de las maneras. Ofrecen algunas de las playas más espectaculares de Europa, preciosos bosques para recorrer en bici o andando y una historia muy ligada a la nuestra.
Con Portugal compartimos mucho más que la península y es que su encanto, casi, alcanza al de nuestro país, por eso aquí os traemos 10 de los pueblos y ciudades más bonitos del país luso.
Sintra
Para comenzar este viaje no hay nada mejor que sentirse como un auténtico rey, ya sea por su fuerte conexión con la monarquía lusa o por sus preciosos palacios de cuento de hada. A tan solo 30 minutos de Lisboa encontramos este precioso lugar en el pasear entre palacios como el Palacio da Pena, que cautiva a todos los visitantes con sus coloridas paredes.
Otro de los lugares más curiosos e impresionantes de Sintra es la Quinta da Regaleira, un castillo rodeado de vegetación, laberintos, lagos, cuevas… pero sobre todo es conocido por su torre invertida. Un pozo de nueve pisos de altura, interconectado por escaleras de caracol infinitas y falsas ventanas.
Monsaraz
Viajamos hasta una de las villas medievales más bonitas de Portugal, en gran medida, gracias a lo bien conservados que están sus monumentos históricos. Al igual que en España, grandes civilizaciones han pasado y dejado su huella en los pueblos lusos, y la mezcla de estas culturas han conseguido formar uno de los cascos históricos más interesantes.
Atravesamos las puertas de la antigua muralla para encaminarnos por sus blancas, empedradas y empinadas calles y llegar hasta las ruinas de su castillo, enclave en el que aún pervive la huella de los Caballeros Templarios que lo defendieron. Hoy en día es uno de los mejores miradores para apreciar la frontera que compartimos con nuestro vecino.
Coímbra
Antes de llegar a Oporto hay que hacer una parada técnica (obligatoria) en esta bellísima ciudad universitaria. Sede de la universidad más antigua de Portugal y a la que se le dio mucha importancia en su creación ya que vigila todo el lugar desde lo más alto.
Al ser un lugar intelectual tan importante en el país, se desarrolló una arquitectura exquisita que se puede observar en sus calles, casco histórico y en sus dos catedrales. Además, el río Mondego bordea la ciudad y para cruzar al otro lado encontramos el acueducto de São Sebastião, declarado Patrimonio Nacional.
Talasnal
Salimos de las grandes ciudades para adentrarnos en uno de estos pueblos en los que sientes que te has quedado anclado en el pasado. Una pequeña localidad con casas construidas en piedra y madera, rodeadas de los bosques más bonitos de Portugal. El lugar perfecto para desconectar y disfrutar de la naturaleza.
Elvas
A tan solo 20 kilómetros en línea recta de Badajoz se encuentra la ciudad cuartel más grande Portugal, construida para defenderse de los constantes ataque que sufrían por parte de España. Fue sede de los consejos militares y esto ayudó a que llegase hasta nuestros días en perfectas condiciones.
La fuerza misma de la defensa de la ciudad emana de cada calle, plaza, iglesia y castillo, pero las dos fortalezas que vigilan y coronan la ciudad sobrecogen a los turistas. El Fuerte de Santa Lucía protege el sur y el Fuerte de Nuestra Señora de Gracia defiende el norte de cualquier intento de invasión.
Cascais
Llegamos hasta esta ciudad históricamente ligada a España, a la nobleza y al lujo, pero a la vez con una fuerte tradición pescadera. Además, es inspiración para grandes artistas ya que se cuenta que el intrépido James Bond nació en estas turísticas calles.
Caminando por el casco antiguo podemos observar como la arquitectura quedó muy tocada por la opulencia de los aristócratas, quienes le dieron ese toque lujoso a las calles que más tarde abandonarían. La ciudad se reinventó con diferentes festivales de música, surf y golf, y así poder disfrutar de un ocio sano mientras admiramos ciudades tan históricas.
Cacela Velha
El Algarve es uno de los destinos más turísticos de Portugal, su belleza habla por si sola y sus infinitas playas de aguas frías animan a cualquiera a disfrutar de este cachito del sur del país, pero dentro de su fama todavía hay lugares secretos que se ocultan de ella.
Es cierto que cada vez más turistas llegan a sus costas cada verano, pero el pueblo ha conseguido mantenerse en pie y no caer en una construcción masiva. Uno de sus mayores atractivos es una larguísima lengua de arena que se adentra en el mar y hace las delicias de aquellos que pasean por ella.
Marvao
El mayor atractivo de esta ciudad es su castillo con sus murallas y sus laberínticos jardines, que ofrecen unas vistas espectaculares de toda la campiña portuguesa y, sin esforzarse mucho, de la frontera entre ambos países. También podremos disfrutar de una gastronomía riquísima con mezclas extremeñas y portuguesas.
Lindoso
Nos desplazamos al norte del país para ver como la cultura gallega se funde con la portuguesa en este curioso pueblo, además de estar muy conectados por su cercanía, encontramos unos graneros de granito muy raros, pero a la vez muy comunes en los paisajes gallegos.
Azenhas do Mar
Para terminar nuestro viaje por Portugal nos acercamos a un pueblo situado sobre un impresionante acantilado, un lugar desde el que observar la inmensidad del océano desde las alturas.
Su preciosa playa de fina arena no es el único ni el más impresionante donde poder darse un baño, y es que el mayor atractivo de Azenhas es su curiosa piscina natural de agua salada.
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