Una muralla verde contra los tifones en China

Naturaleza
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El tsunami que en el mes de diciembre del año pasado arrasó distintas regiones del Océano Índico, provocando 174.000 muertos y gravísimos daños materiales, sobre todo en las infraestructuras turísticas de Indonesia y Tailandia, parece que ha abierto los ojos definitivamente a las autoridades de China, que han decidido poner en marcha un ambicioso proyecto, bajo la supervisión de la Administración Estatal de Bosques, para plantar una gran muralla verde de manglares que recorrerá 18.340 kilómetros del litoral chino, desde la bahía de Bohai -en el norte del país- hasta la de Beibu -en el sur-, con el objeto de paliar los catastróficos perjuicios que suelen provocar cada temporada los tifones en el coloso asiático -se estima que las pérdidas ascienden a 1.023 millones de e cada ejercicio-. La medida se ha tomado después de comprobar que los bosques de manglares, que pueden alcanzar hasta 30 metros de altura, arraigan bajo la tierra y son capaces de absorber el 40 por ciento de los tifones y tsunamis, debilitándolos considerablemente antes de impactar contra los lugares habitados.

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