Mar y desierto en Egipto: belleza mediterránea por descubrir

Marsa Matruh, tiene los encantos que más nos gustan: playas urbanas que rodean la ciudad, y playas lejanas donde perderse y no encontrarse con nadie.

¿Te gustaría estar aquí?
¿Te gustaría estar aquí? / Istock / Mrkit99

Las olas del Mediterráneo suenan con una cadencia especial en el oriente. Egipto cuida las costas de los confines de este “mar nuestro”. En el noroeste del país de los faraones, las cleopatras y las leyendas, una ciudad ha acogido viajeros y comerciantes a lo largo de los siglos, y ha forjado una identidad única, de arena y salitre: Marsa Matruh. Egipto es un enclave tan particular: junto al canal de Suez, entre el mar Rojo y el Mediterráneo, entre Oriente Próximo y Europa, en el norte de África, en el centro del mundo. Hay que conocer Egipto.

El camino hacia la costa

El camino hacia la costa

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Historia

Desde la era ptolomeica hasta la ocupación romana, Ramsa Matruh, que antes era conocida como Paraitonion en griego, ha sido testigo de auges y caídas de civilizaciones, de mezclas culturales. Durante la Segunda Guerra Mundial, hubo enfrentamientos entre las fuerzas aliadas y el eje en estas costas. Y ahora podemos visitar un museo que trata ese tema: el Museo Rommel, nombrado así por el general nazi, también conocido como “el zorro del desierto”.

Más allá de su pasado bélico, Marsa Matruh, tiene los encantos que más nos gustan: playas urbanas que rodean la ciudad, y playas lejanas donde perderse y no encontrarse con nadie.

Playas y sol

A esta localidad llegan muchos de los habitantes de El Cairo, la megalópolis y capital egipcia, a menos de 500 kilómetros de distancia, y también de Alejandría, a poco más de 200 kilómetros. Los veranos en Egipto, pueden imaginar, son especialmente cálidos y más vale pasarlos en playas de arenas doradas y aguas frescas y cristalinas.

La playa de Ageeba, arenas fina y mar limpio

La playa de Ageeba, arenas fina y mar limpio

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La Playa de Ageeba, embellecida por las tonalidades esmeralda del mar y las imponentes paredes rocosas que la abrazan, puede ser el santuario más buscado para los que quieren entrar en contacto directo con la naturaleza. Las costas de Egipto garantizan un verano inolvidable.

Sin embargo, Marsa Matruh trasciende las estaciones del año. En invierno el clima sigue siendo amable y la ciudad tiene una quietud muy particular y muy agradable. Es en invierno cuando mejor se escucha el mar Mediterráneo, cuando mejor podemos escucharnos a nosotros mismos, cuando llega el silencio

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