¿Sabes qué es un bicigrill? Las parrillas que tienes que probar en el Trentino italiano

El Adigio es el segundo río más largo de Italia. Recorre más de 400 kilómetros, desde la frontera entre Suiza y Austria hasta el Adriático, donde vierte sus aguas desde el sur de la ciudad de Chioggia. Es el río protagonista de la ciudad de Trento, la capital del Trentino y de toda la región de Trentino-Alto Adige. Aunque en su día pasaba por el centro de la ciudad, como atestiguan dibujos hechos por el mismo Alberto Durero, hoy la bordea debido que rectificaron su cauce y ofrece en los alrededores de la ciudad un carril bici, la Pista Ciclabile Adige, para recorrer en cualquier momento del año, por ejemplo, en bici eléctrica.

La Pista Ciclabile Adige discurre a lo largo de 98 kilómetros por la región trentina, entre Bolzano y Verona, discurriendo junto al río y atravesando toda la provincia de Trento de norte a sur. El carril bici está protegido del tráfico durante casi todo el recorrido y utiliza los antiguos caminos que atraviesan huertas y viñedos. Además, es prácticamente llano, por lo que es apto para todos los niveles.

Si se hace en tiempo de vendimia, se podrán observar la gran cantidad de viñedos cultivados en pérgolas que se suceden intercalados con plantaciones de manzanas. Uvas y manzanas son las reinas que acompañan al Adigio en su recorrido por esta zona de Trento y el valle del Adige, una de las áreas en que se elabora el Trentodoc. Es este el vino espumoso más famoso del Trentino y cuenta con su propio festival a finales de septiembre, el Trentodoc Festival.

Bicigrill: la parrilla ciclista

En el recorrido por el carril bici del Adigio descubrimos un particular concepto hostelero: el bicigrill. Se trata de restaurantes con terrazas en los que las bicicletas son bienvenidas y son lugar de parada y refresco de los ciclistas que se desplazan por esta vía. Una especie de punto de avituallamiento.

En el BiciGrill Rovereto, por ejemplo, se pueden tomar unas pizzas recién hechas al horno con tus compañeros de ruta con vistas al Adigio mientras tu bici descansa en lugar seguro. Pero la carta no se reduce a las pizzas: hay multitud de propuestas de pasta, carne, ensaladas… Y otro tanto de bebidas: desde decenas de tipos de café hasta cócteles.

Desde otro bicigrill, el Asgard de Nomi, se llega en cuestión de minutos, cruzando el río por uno de sus puentes, a uno de los lugares de naturaleza más importantes del camino: el biotopo Taio.

Un poco de 'birdwatching'

Esta reserva natural provincial juega un papel fundamental en la conservación de aves acuáticas, que paran en esta zona en época migratoria. Esta franja de humedales son los restos de un antiguo meandro del Adigio, una pequeña joya natural que se puede explorar y que cuenta con una torre de observación desde la que aguzar la vista (y el oído) para ver a algunas de dichas aves, entre las que se encuentran el avetorillo común, el martín pescador, la garza real, la imperial, el zampullín común, el milano negro, el busardo ratonero y el cernícalo vulgar. Toda una experiencia del llamado turismo de birdwatching.

Visita a alguna bodega del camino

Muy cerca del biotopo Taio y en la misma orilla del bicigrill Nomi Argard se encuentra la localidad de Nomi, una parada ideal si se quiere profundizar en la tradición vinícola trentina. En Nomi se encuentra la bodega Pedrotti, que se puede visitar con reserva y que sumerge al visitante en su gran atracción: la Grotta dello Spumente.

Es esta llamada catedral del vino espumoso una cueva natural excavada en la montaña donde maduran los trentodoc de la firma, dándole más sentido si cabe aún a la expresión “burbujas de montaña”. La cueva sirvió para guardar alimentos y munición en la Primera Guerra Mundial y como búnker en la Segunda.

Y entre pedalada y pedalada, la vista siempre se topa con el imponente Castel Beseno de Besenello, la mayor fortaleza medieval de la región, cuya silueta misteriosa actúa como guía en este camino que no queremos que termine.