La Aldea de San Nicolás, la cara más auténtica de Gran Canaria

En la costa oeste, en un valle rodeado de montañas y acantilados, se halla este municipio que es, según sus propios vecinos isleños, el más hospitalario de la isla. Sin embargo, esta no es, ni mucho menos, su única virtud. Emprendemos un viaje de vuelta al origen de Gran Canaria.

Zona de baño La Aldea de San Nicolás
Zona de baño La Aldea de San Nicolás / Turismo de La Aldea de San Nicolás

Llegados a este momento del año, que levante la mano quien no sienta una urgencia imperiosa por alargar el verano, por hacer lo imposible para que no se termine, por prolongar esa sensación de desconexión y relax. Hay un truco infalible para poder hacer frente a la vuelta a la rutina, a las prisas y a las aglomeraciones casi siempre inevitables de la ciudad: planear una escapada (pronto, muy pronto, cuanto antes mejor) a un lugar que es pura calma y belleza.

El destino que buscamos es La Aldea de San Nicolás, sin duda la cara más auténtica de Gran Canaria. Un entorno que ha permanecido inalterable durante millones de años y una vida alejada de los grandes focos turísticos nos permiten conocer la verdadera esencia de esta isla formada, a partes iguales, por paisajes casi salvajes, arraigadas tradiciones, unas playas con las mejores puestas de sol de las Islas Canarias y una tierra rica y generosa que dicta el día a día de sus gentes y sienta las bases de su sabrosa gastronomía. Repasamos, uno a uno, los motivos por los que La Aldea de San Nicolás (o, simplemente La Aldea, como dicen los locales) debería estar en nuestra hoja de ruta para la nueva temporada.

1. Por su naturaleza

La Aldea de San Nicolás, un paraíso para senderistas con paisajes espectaculares

La Aldea de San Nicolás, un paraíso para senderistas con paisajes espectaculares.

/ D. R.

La apasionante historia de este territorio comienza aproximadamente 14 millones de años atrás. Fue entonces cuando un enorme volumen de materiales surgió desde el fondo del Atlántico y dio origen a la base sobre la que actualmente se sustenta la isla. Ese sería el primero de los tres grandes ciclos eruptivos que resumen la formación de Gran Canaria y el más significativo en la historia geológica de La Aldea.

Mucho tiempo después, ese material primigenio es el que conforma casi la totalidad del municipio y el que traza su singular orografía de variadas y curiosas formaciones y los diversos paisajes naturales que son su mayor tesoro: bosques milenarios, costas acantiladas, imponentes montañas, profundos barrancos, grandes valles

Pinares de Inagua

La reserva natural integral de Inagua es un espacio protegido de la isla de Gran Canaria que incluye los pinares de Inagua, Ojeda y Pajonales .

/ Turismo de La Aldea de San Nicolás

La Aldea de San Nicolás es el tercer municipio en extensión de la isla de Gran Canaria y sin duda, el más rico en espacios naturales y biodiversidad. La totalidad de su extensión está catalogada como Reserva de la Biosfera de Gran Canaria y forman parte de su término municipal el Parque Natural de Tamadaba, el Parque Rural del Nublo, la Reserva Natural Integral de Inagua y la Reserva Natural Especial de Guguy, esta última en camino de ser declarado Parque Nacional. También cuenta con parte de su franja costera protegida por su diversidad marina.

2. Por sus playas

Paraje protegido de Guguy, la playa más salvaje de Gran Canaria

Paraje protegido de Guguy, la playa más salvaje de Gran Canaria.

/ D. R.

Cualquier escapada a las islas afortunadas exige, cómo no, una parada (o varias) de relax en sus playas. La Aldea cuenta, además, con uno de los mejores climas del archipiélago, ya que su ubicación y orografía la protegen de los alisios más intensos. El municipio cuenta con 33 kilómetros de franja costera y cinco playas, algunas más amplias con la Playa de La Aldea, la de Tasarte o la de Tasartico, y otras más salvajes e inaccesibles como la de Guguy.

La playa de Guguy es un paraje enmarcado en la “Reserva Natural Especial de Guguy ”, uno de los rincones más aislados de Gran Canaria. Rodeado por cresteríos que rozan los 1.000 metros de altura, a esta parte del litoral solamente se puede llegar en barco o a través de un largo sendero. La caminata desde Tasartico, de aproximadamente dos horas de ida, puede resultar dura por el desnivel, pero merece mucho la pena: la recompensa es un pedazo de paraíso que, por su belleza virgen, delicada y salvaje merece ser disfrutado con mimo y cuidado al máximo, como la joya que es. Lo más recomendable es emprender el camino por la mañana temprano, para evitar las horas de más calor.

3. Por su gastronomía

Mangos y otros frutos tropicales conviven junto al tradicional tomate y plátano, en los cultivos de La Aldea de San Nicolás

Mangos, papayas y otros frutos tropicales conviven junto al tradicional tomate y plátano en los cultivos de La Aldea de San Nicolás.

/ D. R.

En la Playa de La Aldea hay numerosos establecimientos donde poder disfrutar de pescado fresco y comida casera, otro de los puntos fuertes de este municipio y esta isla.

La Aldea de San Nicolás es la huerta de Gran Canaria. Su producto principal y reconocido como uno de los mejores de Europa, es el tomate. Sin embargo en los últimos años y gracias a la climatología que así lo propicia, se ha diversificado el cultivo de sandías, melones, papayas, mangos, plátanos y aguacates, entre muchos otros, tendiendo hacia el cultivo de frutos tropicales que adquieren aquí un sabor característico gracias a las condiciones únicas en las que son cultivados.

Quesos de diferentes sabores son elaborados en queserías tradicionales de Tasarte, La Aldea de San Nicolás

Quesos de diferentes sabores son elaborados en queserías tradicionales de Tasarte, La Aldea de San Nicolás.

/ D. R.

También destacan sus quesos artesanales y el pan de la zona de Tasarte, de donde no te puedes ir sin degustar la típica “ropa vieja de pulpo”, plato típico de la zona.

4. Por su cultura

Ermita de San Luis Gonzaga en Tasartico, La Aldea de San Nicolás

Ermita de San Luis Gonzaga en Tasartico, La Aldea de San Nicolás.

/ D. R.

Basta con pasear por sus calles para acercarse más a la cultura de un pueblo con mucha historia. Una buena idea es hacer un recorrido por la Calle Real, terminando en la Plaza de La Alameda, centro neurálgico del municipio, donde se encuentra la Iglesia de San Nicolás de Tolentino y el popular Quiosco de la Música.

Plaza de la Alameda

La Plaza de la Alameda es punto de encuentro, lugar de paseos, conciertos, verbenas y de los acontecimientos más importantes de la historia de este pueblo.

/ Turismo de La Aldea de San Nicolás

La Aldea cuenta con la Red de Museos Vivos más grande de Europa. Son en total 15 paradas en una ruta por la historia del municipio contado por sus propios protagonistas: la tienda de aceite y vinagre, la barbería, el almacén de empaquetado de tomates, la escuela rural, la alfarería o el aula de música, entre otros.

Pero, sin duda, el elemento cultural por excelencia de La Aldea de San Nicolás es su popular Fiesta del Charco. Se trata de una de las fiestas más importantes de toda Canarias. Cada 11 de septiembre todo el pueblo y miles de visitantes se adentran en el agua, al sonido de un volador o cohete, en la zona conocida como El Charco, una laguna costera situada en la playa de La Aldea, a la pesca de la “lisa” (un pescado también llamado mújol). Fiesta y diversión aseguradas en un homenaje evolucionado de la antigua técnica de pesca del embarbascado, utilizada por los aborígenes canarios.

5. Por su astronomía

Observatorio Astronómico de Tasartico

La Aldea de San Nicolás organiza las “star party” en el Observatorio Astronómico de Tasartico, una manera de observar los fantásticos cielos del municipio de manera guiada. 

/ Astroeduca

El oeste de Gran Canaria es el sector menos poblado de la isla y esta lejanía de los principales núcleos urbanos hace que tenga los cielos más oscuros de Canarias. Además, al estar protegidos de la influencia directa de los alisios, cuenta con más días despejados que el resto de la isla. Por todos estos motivos, La Aldea de San Nicolás es un “Destino Turístico Starlight” gracias a la calidad de su cielo y a su amplio potencial para desarrollar actividades de astroturismo y de divulgación de la astronomía.

Panórámica del Mirador del Balcón, en la famosa Cola del Dragón de La Aldea de San Nicolás, Gran Canaria

Panórámica del Mirador del Balcón, en la famosa Cola del Dragón de La Aldea de San Nicolás, Gran Canaria.

/ D. R.

La Aldea de San Nicolás cuenta infraestructuras especificas para la práctica del astroturismo como es el Observatorio Astronómico de Tasartico, además de haber desarrollado una red de miradores astronómicos que ya son símbolos del municipio y todo un fenómeno en redes sociales: desde el Mirador de la Cruz del Siglo, el Mirador de La Sabinilla y el Mirador del Balcón, ubicado en la conocida como “cola del dragón” de Gran Canaria, se contemplan las mejores panorámicas de esté rincón de la isla.

Como dicen los visitantes, visitar La Aldea de San Nicolás es “volver al origen” de Gran Canaria.

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