Los viajes de Picasso: entre Francia y España

El 50 aniversario del fallecimiento del artista malagueño es una excelente excusa para recorrer algunos de los paisajes que marcaron su vida y obra.

Puente medieval de Aviñón

Puente medieval de Aviñón

/ Agencia Istock

Pablo Picasso nació muerto. No respiraba, así que la comadrona optó por centrarse en la doliente parturienta. Su tío, el doctor Salvador Ruiz, estaba presente en el paritorio y decidió intervenir. Se inclinó sobre el recién nacido y exhaló el intenso humo de su puro en la nariz de Picasso. El bebé revivió y empezó a llorar. Puede que se trate de una anécdota apócrifa, pero el comienzo de la vida de un genio debe de estar a la altura de su leyenda.

Si hay una cosa que caracterizó al malagueño, considerado el artista más importante del siglo XX, fue su pasión por la vida. Es más, a pesar de que en abril se cumplen 50 años de su muerte, Picasso sigue muy vivo. Así se aprecia en las numerosas exposiciones sobre su figura que se han preparado para este año conmemorativo. Un total de 42 —al cierre de esta edición— que se distribuyen geográficamente de la siguiente manera: España (16), Francia (12), Estados Unidos (7), Alemania (2), Suiza (2), Mónaco (1), Rumanía (1) y Bélgica (1). Aquellos interesados en visitarlas encontrarán toda la información en la web: celebracionpicasso.es. Pero hay otra forma de festejar a Picasso en este año tan especial. Se trata de seguir los pasos del artista por las ciudades que configuraron su carácter y su obra. A continuación, visitamos algunos de los escenarios picassianos. 

Escultura que Picasso donó a la ciudad de Chicago

Escultura que Picasso donó a la ciudad de Chicago

/ Agencia Istock

Mougins

A tan solo 15 minutos en coche de Cannes, esta pintoresca localidad francesa ubicada en lo alto de una colina se convirtió a principios del siglo XX en habitual punto de encuentro de artistas. Fundamentalmente, a raíz de que el pintor surrealista Francis Picabia se comprara una casa en la localidad. A partir de entonces, se pudo ver por sus calles a artistas como Fernand Léger, Jean Cocteau, Isadora Duncan, Man Ray... y Pablo Picasso. El malagueño se instaló definitivamente allí en 1961, donde compró una casa de campo junto a la capilla de Notre Dame de Vie, a las afueras de la localidad. Allí falleció en 1973. Con anterioridad, la casa fue propiedad de los Guinness, acaudalada familia irlandesa vinculada con la cervecera homónima. Winston Churchill, amigo del clan, se alojó allí durante los años 30 y practicó una de sus aficiones favoritas: la pintura. 

Vista desde el Museo Picasso de Antibes

Vista desde el Museo Picasso de Antibes




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La casa, de estilo provenzal, fue un regalo de bodas de Picasso para su última mujer, Jacqueline Roque, 47 años más joven. El 15 de octubre de 1986, Jacqueline se suicidó en aquella casa. La casa tiene 800 metros cuadrados, distribuidos en 35 estancias, y está inmersa en plena naturaleza. En la actualidad, la capilla puede visitarse, donde hay una pequeña exposición de fotografías cotidianas del artista. 

En las calles del pueblo se aprecian numerosos elementos que recuerdan con orgullo la presencia de Picasso. Uno puede imaginarse al artista paseando por la estrecha Rue des Orfèvres, donde se acumulan galerías y talleres de artesanos. En la Avenida Jean-Charles Mallet, además, se encuentra una gran escultura de la cabeza de Picasso. Lugar ideal para los amigos de Instagram

Rue des Orfèvres (Mougins), donde murió Picasso

Rue des Orfèvres (Mougins), donde murió Picasso

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Vauvenargues

La zona conocida como Bocas del Ródano, al sureste de Francia, es una zona que Picasso conoció bien. La ciudad más popular de la región es Marsella, importante localidad portuaria y la segunda más grande del país tras París. Sin embargo, el artista prefería algo más de tranquilidad para trabajar, así que eligió la pequeña localidad de Vauvenargues para residir durante una temporada. En 1958, Picasso adquirió el castillo de Vauvenargues, construido en el siglo XIV, que se encuentra junto a la montaña Sainte-Victoire. Precisamente, este paisaje es de gran importancia para el devenir de la pintura moderna, pues Cézanne (1839-1906) lo pintó con obstinación, desarrollando un lenguaje artístico que pretendía romper con la herencia del impresionismo. Pocos años más tarde, Picasso acabaría desterrando definitivamente este legado. Aunque Picasso falleció en Mougins, sus restos descansan en Vauvenargues. Desafortunadamente, el castillo es hoy propiedad privada y no puede visitarse. Pero sí es posible disfrutar de los paisajes en los que nació el arte moderno.

Vista del puerto de Cannes, con el campanario de la igelsia de Notre-Dame d'Espérance de fondo

Vista del puerto de Cannes, con el campanario de la Iglesia de Notre-Dame d'Espérance de fondo

/ Agencia Istock

Cannes

Dicen sus biógrafos, que Picasso vivió los mejores años de su vida en esta glamurosa localidad de la riviera francesa. En 1955 se compró una mansión de estilo belle époque que lleva por nombre La Californie. La casa está ubicada en la zona más elevada de Cannes y tiene vistas directas sobre la turística bahía de Golfe-Juan y Antibes. Rodeada de un gran jardín con palmeras y eucaliptos, lo que más gustaba a Picasso de esta casa eran sus altos techos y la abundante luz. El artista creó un gran taller en la planta baja donde se acumulaban sus obras y otros elementos de inspiración —desde máscaras africanas a juguetes de sus hijos—.  

El castillo de Vauvenargues, donde residió Picasso

El castillo de Vauvenargues, donde residió Picasso

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Resulta interesante observar el cuadro La bahía de Cannes (1958) y apreciar el paso del tiempo sobre La Croisette. Aunque de humilde origen marinero, los turistas de nuestros días asocian este paseo marítimo con las estrellas cinematográficas del festival internacional. Conviene tener en mente que los galardonados con el principal premio del festival obtienen una Palma de Oro (Palme d’Or). Y uno de los mejores restaurantes de la ciudad se llama, cómo no, La Palme d’Or, establecimiento con dos estrellas Michelin liderado por el chef Christian Sinicropi que se encuentra, además, en La Croisette. Picasso fue, sin duda, uno de los primeros pintores en trascender el acotado mundo del arte para convertirse en un icono popular. Hoy, los cocineros han adquirido un estatus similar. Y, como los artistas modernos, emplean la intelectualización y la abstracción para llevar a cabo su trabajo.

Entrada al Museo Picasso de Barcelona

Entrada al Museo Picasso de Barcelona

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Antibes

Recortado contra el acantilado en el que rompe el Mediterráneo se alza el castillo Grimaldi. Antiguo castro romano y residencia de los obispos en la Edad Media, el castillo fue habitado desde 1385 por la familia monegasca que le dio su nombre. En 1925 se convirtió en el Museo Grimaldi y Romuald Dor de la Souchère fue su primer conservador. En 1946, De la Souchère ofreció a Picasso, que visitaba habitualmente la Costa Azul, la posibilidad de utilizar una de las salas del museo como taller. Aceptó encantado. En Antibes podía disfrutar de algunas de las cosas que más le gustaban: el mar, la comida y los amigos. Durante este periodo realizó numerosas pinturas y dibujos, que pasaron a formar parte de la colección del museo. En 1966, cambió su nombre por Museo Picasso. Hoy, es visita obligada para los amantes del artista. 

Pablo Picasso


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Durante este año de conmemoraciones, el museo de Antibes ofrece la exposición Picasso 1969-1973. El fin del principio (hasta el 25 de junio). Centrada en los últimos años del malagueño, es un buen ejemplo de su inagotable capacidad creadora. Con noventa años, Picasso constató con su ejemplo que la pintura es, ante todo, una cuestión de deseo. Lienzos de grandes formatos y colores vivos que corroboran sus ansias de vivir: “Cuando dicen que soy demasiado viejo para hacer una cosa, procuro hacerla enseguida”.

Aviñón

Aunque uno de los cuadros más populares de Picasso lleva por nombre Las señoritas de Avignon (1907), el malagueño lo pintó mientras residía en París. Algo menos de una década después, durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), Picasso se instaló en Aviñón, una de las principales ciudades de su querida Costa Azul. Además de los encantos propios de esta zona, no hay que olvidar la cercanía con España, a poco más de 400 kilómetros. Una cercanía emocional y tremendamente simbólica, pues Picasso se negó a pisar tierras españolas mientras no regresara la democracia tras la Guerra Civil. Nunca lo hizo. 

Les Femmes d'Alger, obra de Picasso

Les Femmes d'Alger, obra de Picasso

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En nuestros días, Aviñón es el punto de partida perfecto para adentrarse en dos de las zonas más atractivas del sur de Francia: la Provenza y la Costa Azul. La imagen más icónica de la ciudad es su imponente puente, construcción de la Edad Media (1171-1185) empleada por comerciantes en ruta hacia España e Italia. Hoy solo permanece una parte en pie, pero es suficiente para apreciar la magnitud de la obra original. Otra visita imprescindible en Aviñón es su Palacio Papal (1335-1352), considerado como uno de los edificios de estilo gótico más importantes de Europa. En el siglo XIV, fue residencia de nueve Papas, coincidiendo con el traslado de la sede papal desde Roma, lo que convirtió a Aviñón en la capital de la cristiandad.  

París

En 1904, cuando Picasso se instaló en la capital francesa, eligió Montmartre, popular barrio entre la bohemia internacional. De hecho, el primer hogar del malagueño fue un edificio conocido como Bateau-Lavoir, comuna de artistas en la que coincidió con Modigliani, Brancusi y, entre otros, Juan Gris. Ahí se expuso por primera vez en público Las señoritas de Avignon. Aunque hoy permanece inactivo, es posible visitarlo con cita previa. En el inicio del siglo XX, París fue un hervidero de ideas en el que se fraguó el arte moderno. Y los calderos en los que se cocinaban esas rompedoras ideas fueron los cafés, punto de encuentro, de confabulación y de intercambio de ideas. Los cafés más frecuentados por Picasso y compañía eran los del barrio de Saint-Germain-des-Prés. Afortunadamente, dos de los más populares aún están abiertos: el Deux Magots y el Café de Flore. 

Café Les Deux Magots en París, epicentro cultural de los años 30

Café Les Deux Magots en París, epicentro cultural de los años 30

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París es uno de los principales epicentros de las conmemoraciones picassianas. El Musée National Picasso muestra, hasta el 6 de agosto, ¡La colección toma color!, que combina las obras maestras del museo con obras de otros artistas modernos y contemporáneos. Además, a partir del 17 de octubre, Le Petit Palais presenta El París de los modernos. 1905-1925, que recorre estos años cruciales para el devenir del arte moderno. La exposición toma como punto de partida el escándalo de los artistas fauvistas en el Salón de Otoño de 1905 y concluye con la Exposición de Artes Decorativas e Industriales de 1925. Un periodo clave que se recrea través de la moda, el cine, la fotografía, la pintura, la escultura, el dibujo, la danza, el diseño, la arquitectura y la industria.

España

Picasso nació en Málaga en el seno de una familia de clase media —su abuelo paterno tenía una fábrica de guantes—. Según su certificado de nacimiento, su nombre completo era: Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno Cipriano de la Santísima Trinidad Ruiz Picasso. Su padre, José Ruiz Blasco era un bon vivant que, con 37 años, comenzó a trabajar como profesor en la Escuela de Bellas Artes de Málaga. Cinco años después se casó con María Picasso López, una veinteañera de procedencia modesta. Debido a los cambios profesionales de José, la familia se trasladó primero a A Coruña y luego a Barcelona. Y, con 16 años, Picasso pasó una breve temporada en Madrid para estudiar en la Academia de San Fernando. A pesar de que vivió la mayor parte de su vida en Francia, España siempre estuvo muy presente en la mente y el corazón de Picasso.

Calle Larios de Málaga, ciudad natal de Picasso


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Durante todo el 2023, numerosas exposiciones recorren nuestro país abordando diferentes aspectos de la vida y obra del artista malagueño. A modo de aperitivo, es posible destacar una exposición por cada una de las ciudades vinculadas con el artista: Museo de Belas Artes da Coruña. Picasso blanco en el recuerdo azul (23-03-2023/25-06-2023); Museo Picasso de Málaga. Picasso. Materia y cuerpo (09-05-2023/10-09-2023); El Prado. Picasso-El Greco (13-06-2023/17-09-2023); y Museo Picasso Barcelona. Miro-Picasso (19-10-2023/25-02-2024). A pesar del tiempo transcurrido desde su fallecimiento, Picasso sigue siendo un gran misterio. Sensible, despiadado, comunista, individualista, generoso, egoísta... La compleja personalidad de este genio queda resumida en una anécdota que el propio artista recordaba con frecuencia: “Cuando era niño. mi madre me dijo: ‘Si eliges ser soldado, serás general; si eliges ser sacerdote, serás Papa’. Fui pintor y llegué a ser Picasso”. 

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