Los balnearios históricos más bonitos del mundo

Aguas que brotan a 72 ºC en el Vrídlo, el géiser estrella del balneario de Karlovy Vary, uno de los más bellos de Europa. Otras que lo hacen a 73 grados en los manantiales de Chena Hot Springs, el lugar que encontraron en 1905 los mineros que fueron en busca de oro por tierras de Alaska. En este último, además, hay un lago al aire libre rodeado de rocas, Rock Lake, y desde el que se puede observar la aurora boreal en invierno. No se nos ocurre un lugar mejor para disfrutar en invierno.

A una hora de Fairbanks se encuentra el Chena Hot Springs Resort, flanqueado por bosques paralelos al río Chena.

En un acantilado de la península de Kópavogur, es el balneario con las mejores vistas de Islandia. 

Hasta 25 piscinas de agua termal a los pies del volcán Arenal esperan al visitante en este complejo termal. 

Más de 60 fuentes de agua termal a 80 ºC brotan en esta quebrada de los bosques del Parque Nacional Villarrica Sur.

Las termas de Bath, Patrimonio de la Humanidad, son uno de los legados de la Antigua Roma al norte de los Alpes. 

Karlovy Vary es la ciudad con la mayor concentración de fuentes termales minerales en el mundo. 

Situado en los llamados Alpes japoneses, en la prefectura de Gunma, a 1.200 metros sobre el nivel del mar.

Las aguas termales a 37,5 ºC de esta zona cercana a Saturnia llevan atrayendo a visitantes desde hace más de 3.000 años.

Sus manantiales de agua caliente comparten el mismo distrito que el monasterio budista Brahmavihara Arama.

La ciudad de Spa forma parte del itinerario cultural europeo de ciudades termales y es la que ha dado nombre a los spas. 

A 30 minutos de Rotorua se encuentra la fuente individual más grande de agua geotérmica 100 % pura de Nueva Zelanda.