Los rincones ocultos donde presenciar las mejores puestas de sol de Menorca
Toma nota de los enclaves imprescindibles para dejarse hipnotizar por los mejores atardeceres de Menorca y deleitarse con uno de los momentos más mágicos del día.
Los mejores atardeceres de Menorca, Mallorca e Ibiza.
No hay viaje a Menorca sin sus enigmáticas puestas de sol. Junto a la mixtura de calas y playas vírgenes, aguas cristalinas, pueblos con encanto, cultura talayótica y ambiente relajado, hay un momento del día donde la naturaleza concede un despliegue cromático a medida que el sol se oculta tras el mar. El espectáculo intrínseco del atardecer en Menorca merece planificarse en busca de los mejores rincones para disfrutarlo de lleno. Aquí va una completa selección que, más allá de la puesta de sol, te invita a explorar enclaves únicos en la isla.
Puesta de sol en el faro de Cavalleria
Situado a 14 kilómetros de Fornells, en el extremo más septentrional de Menorca, el Cap de Cavalleria regala uno de los atardeceres más atractivos y elevados de la isla, sobre uno de los acantilados más altos (94 metros) de la isla. Durante el verano, alrededor de las 21 horas numerosas personas se acercan hasta la costa escarpada que rodea el faro para ser testigo de excepción de este cuadro natural, con la torre blanca de 15 metros de altura que aloja el faro menorquín como testigo de excepción.
Faro de Punta Nati
Construido en 1912, el faro de Punta Nati presenta un paisaje distinto al resto de faros, puesto que junto a su imponente acantilado y su entorno rocoso presenta un terreno llano, apto para disfrutar en familia de la puesta del astro rey. Situado en la costa norte, próximo a Ciutadella, preside el lugar con un alto torreón de 19 metros de altura y planta hexagonal. En este caso, mejor no apurar en tiempo, puesto que desde el parking hasta el faro hay un paseo de unos 10-15 minutos. Además, podrás experimentar cómo el lugar se tiñe de un agradable tono dorado coincidiendo con la denominada 'Golden Hour', término que se emplea en fotografía para referirse al tiempo que transcurre entre la puesta de sol y oscure del todo. Eso sí, una vez la luz del día se funde, se da protagonismo a la luna, las estrellas y a los destellos del faro.
Castillo de San Nicolás de Ciutadella
Sin dejar la parte occidental de la isla y en pleno núcleo urbano de Ciutadella, el Castillo de San Nicolás se alza en la bocana del puerto como otro rincón singular para observar un bello atardecer. Construido a finales del siglo XVII como torre de defensa y vigilancia debido a los numerosos ataques por mar que sufría la isla en el pasado, “Es Castell”, como se conoce popularmente, puede visitarse de forma gratuita. Si lo visitas a última hora de la tarde, además de aprovechar unas temperaturas más suaves, una vez fuera, podrás alargar la experiencia con el festival en tecnicolor que regalará el cielo, a medida que el sol se esconde bajo el horizonte.
Pont d’en Gil
Bordeando la costa occidental de la isla, existe un lugar donde los acantilados dibujan bellas esculturas naturales, como es el Pont d’en Gil. Esta formación rocosa bajo la cual cruzan todo tipo de embarcaciones, ya es de por sí un lugar mágico que merece la pena conocer. Más aún cuando cae la tarde, la luz se relaja y sol va desapareciendo poco a poco tras el Mediterráneo. El juego de luces y sombras que se forman aquí, a medida que el sol se pone, se convierte en un lujo, con muchos destellos, pero sin artificios ni pretensiones.
Faro de Artrutx
Como no hay dos sin tres, el faro de Artrutx se suma a esta selecta lista de rincones estratégicos desde donde disfrutar del mejor espectáculo antes del anochecer. Con una fisonomía a base de bandas blancas y negras, el faro de Artrutx marca, junto al faro de Capdepera, en Mallorca, los límites del estrecho entre las dos islas. Su situación en el extremo suroeste de la isla, a unos 7 kilómetros de Ciutadella, le otorga el privilegio de obsequiar con bonitas puestas de sol.
Monte Toro
El monte Toro puede presumir de panorámicas de excepción de 360º y de atardeceres que van en la misma línea. Acercarse hasta el punto más elevado de la isla, a 358 metros sobre el nivel del mar, premia con estos regalos de la naturaleza que hacen de su visita un imprescindible de la isla, y más cuando cae el sol. Situado en el centro de la isla, a 4 kilómetros de Es Mercadal, en su cima se encuentra el Santuario de la Virgen de Monte Toro, del siglo XVII. En días despejados, puede divisarse toda la isla y hasta Mallorca.
Playa de Son Bou
En medio de un relajado baño o descansando sobre la arena, la playa de Son Bou se convierte en otra gran opción para disfrutar de una puesta de sol única en Menorca. Situada en la costa sur de la isla, entre Ciutadella y Mahón, Son Bou se extiende más de dos kilómetros, convirtiéndose en la más grande de la isla. Ideal para ir en familia, a medida que avanza la tarde se llena de personas que, picnic en mano, se acercan para contemplar el atardecer que regala el lugar y de paso, elevar el momento a algo único e inolvidable.
Bonus track 1: entre las aguas del Mediterráneo
Más allá de tierra firme, existe la posibilidad de alquilar una embarcación, desde un kayak a un velero, y observar el atardecer desde una posición privilegiada. También se puede contratar una salida en barca a última hora de la tarde y vivir la experiencia de forma guiada y relajada, dando un paseo por alguna reserva marina y despidiendo el día. Y para los más aventureros, también hay la opción de un paseo en paddle surf, viendo como se pone el sol sobre la tabla.
Bonus track 2: entre copas
Otra alternativa más relajada es disfrutar de alguno de los locales y terrazas que gozan de vistas de ensueño. Un clásico es la Cova d’en Xoroi, lugar de peregrinaje turístico que pese a los 25 € de entrada + consumición + música en vivo, se llena a diario al atardecer para ver como se oculta el sol desde una gruta natural ubicada sobre un acantilado en la costa sur. De ambiente más relajado y estilo mediterráneo se encuentra Isabella Beach Club, ubicado en la costa norte, donde los sofás blancos y las referencias menorquinas combinan con unas vistas de excepción. Y en otro punto de la isla, esta vez en la costa oeste, se encuentra Hola Ola Beach Club, donde saborear un cóctel y buena música a medida que el sol desciende para dar paso a la noche menorquina. Mañana una nueva jornada y un nuevo atardecer.
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