La guía indispensable para viajar a la zona central de Chile

Estamos cerca de Los Maitenes, un paraje del valle de Colchagua, en plena sierra del Brujo, a donde llegaron los protagonistas de la tragedia que inspiró 'La sociedad de la nieve', de J. A. Bayona.

Glaciar Universidad.
Glaciar Universidad. / Javier García Blanco

CÓMO LLEGAR

LATAM e Iberia ofrecen varios vuelos directos cada día desde Madrid a Santiago de Chile, desde unos 900 euros ida y vuelta, dependiendo de las fechas. Una vez en la capital chilena, la Ruta 5 –la carretera principal que une el país de norte a sur– permite acceder a los distintos lugares de las regiones de O’Higgins, Maule, Ñuble y Biobío.

DÓNDE DORMIR

  • Shangri-Lá Lodge, Alto Colchagua (región de O’Higgins). Ubicado a orillas del río Claro, en pleno valle de Colchagua, este conjunto de confortables cabañas tiene su origen en un antiguo búnker construido en los años 50 del siglo pasado por un ciudadano ruso, Boris Krivoss, en este idílico rincón de la región de O’Higgins, a solo dos horas por carretera del glaciar Universidad. Además de ofrecer un lugar perfecto para los amantes de la naturaleza y la tranquilidad, las cabañas de Shangri-Lá (recibe su nombre del legendario enclave tibetano) cuentan también con un jacuzzi al aire libre, y zona de baños en el río. También se pueden realizar rutas de senderismo en los alrededores, disfrutar de la comida de su restaurante (con platos de la zona y pastas de productores artesanales) o degustar la ginebra que elaboran sus propietarios, la premiada Gin Provincia, aderezada con hierbas del valle y hielo milenario traído directamente del glaciar Universidad.
Shangri-La Lodge Colchagua.

Shangri-La Lodge Colchagua.

/ Javier García Blanco
  • Caliboro Aventura, San Javier (región de Maule). Situado en el corazón de la región, a unos 50 km de Rari, esta hacienda tradicional no solo ofrece confortables alojamientos a los visitantes, sino que también cuenta con una variada oferta de experiencias, como visitas guiadas a su bodega ecológica, catas, encuentros con artesanos y agricultores locales, piscina y restaurante con platos típicos elaborados con productos de proximidad.
  • Cabañas Antucalhue, Antuco (región de Biobío). Con vistas impresionantes de los volcanes Antuco y Sierra Velluda, las cabañas de este complejo de montaña cuentan con todas las comodidades: chimenea, cocina propia y jacuzzi al aire libre. El establecimiento está a escasa distancia del Parque Nacional Laguna de Laja, por lo que es una “base de operaciones” perfecta para descansar después de disfrutar de rutas de senderismo por la zona o tras un ascenso al volcán Antuco. También ofrece desayunos y comidas con productos de proximidad. Desde 80 euros por noche (cabaña con capacidad para 4 personas).

DÓNDE COMER

  • Restaurante Divertimento Chileno (Santiago de Chile). Situado en un bonito rincón del Parque Metropolitano de la capital, este restaurante cuenta con una carta que ofrece algunos de los bocados más representativos de la comida chilena: sopaipillas (una masa frita rellena del típico pebre), ceviches, cazuela de vacuno y aperitivos como la pichanga (a base de fiambres y verduras encurtidas). Una recomendación: el delicioso pastel de choclo, con maíz dulce y carne de ternera. Desde 20-25 euros.
  • Restaurante Quinta La Chanchá (Talca). Este establecimiento ubicado en pleno centro de la ciudad de Talca, en la región de Maule, es el lugar perfecto para empaparse de los sabores de la cocina tradicional maulina, elaborada aquí de forma sencilla y honesta. Con una decoración repleta de detalles coloridos, la carta ofrece opciones tan deliciosas como la cazuelita de vacuno, porotos con mazamorra o el merquén de gallina con maní y cilantro. Y el inevitable y típico pebre, por supuesto. A partir de 15 euros.
  • Restaurante El Puerto, Buchupureo. A un paso del Pacífico, este establecimiento de la región de Ñuble apuesta, como es lógico, por una carta centrada en productos del mar: merluza austral, reineta a la plancha, ceviches y mariscos como el pastel de jaiba, camarones al pil pil o el mariscal caliente. También ofrece empanadas de queso con camarones, marisco o jaiba. Desde 12 euros.

GASTRONOMÍA

  • Deliciosas papayuelas. En Cobquecura, el surf y los parajes naturales son los principales atractivos para el turista, pero desde hace unos años los vecinos de esta comuna de la región de Ñuble están apostando por convertir uno de sus productos más representativos, las papayuelas, en reclamo para visitantes. Esta fruta, que pertenece a la familia de las papayas, pero que posee una consistencia y sabor diferentes, se puede degustar de distintas formas: en zumo, en almíbar o acompañada de nata o helado. El árbol que la produce (Carica Vasconcelles) se puede ver en muchos de los patios particulares de la localidad, y en los últimos años han proliferado numerosas huertas de cultivo, algunas de las cuales pueden visitarse para conocer todos los detalles de esta delicia chilena, que tiene aquí los cultivos más australes de este tipo de papayo de todo el planeta.
Pebre chileno

Pebre chileno.

/ Javier García Blanco

QUÉ HACER

  • Sky Costanera. Para descubrir la Zona Central de Chile hay que pasar inevitablemente por la capital del país, Santiago, y una de las visitas imprescindibles consiste en subir hasta el mirador Sky Costanera, ubicado en el rascacielos Gran Torre Costanera (300 metros), que durante años fue el más alto de toda Latinoamérica. Situado a 261 metros de altura, el mirador ofrece vistas espectaculares de la cordillera de los Andes y de la capital chilena, y además cuenta con un bar (el Sky Bar & Coffee 360) donde se pueden degustar deliciosos cócteles y sabrosos platos. Precio entradas: unos 16 euros (adultos) y algo más de 6 euros (niños hasta 12 años).
  • Artesanía de crin de rari. Desde hace más de 200 años, la localidad de Rari (región de Maule) se ha especializado en un tipo de artesanía única, en la que se elaboran todo tipo de adornos y piezas de bisutería “tejiendo” hebras de crin de cola de caballo. Son muchas las familias que se ganan la vida creando estas delicadas maravillas que la Unesco ha reconocido como Patrimonio de la Humanidad. En la localidad es posible visitar a algunas de estas artesanas y participar en talleres de crin para aprender los secretos de estas preciosas joyas de la cultura de la región.
Iglesia de Piedra.

Iglesia de Piedra.

/ Javier García Blanco
  • Descubrir el Valle de los Vinos. Más allá de conocer los sobrecogedores paisajes andinos de la sierra del Brujo, los viajeros que se acercan al valle de Colchagua también tienen la oportunidad de descubrir otro de los tesoros de la región de O’Higgins: sus famosos vinos, que están entre los más prestigiosos del país gracias a sus apreciados cabernets, carmenère, syrah y malbec. De hecho, la producción vitivinícola y el enoturismo son las principales actividades económicas de la zona, cuajada en buena parte del territorio por viñedos que tapizan el paisaje y ofrecen al visitante un buen número de experiencias en sus numerosas bodegas. Una de las de mayor solera es Viu Manent, fundada en 1935 por Miguel Viu García, un emigrante catalán, y dos de sus hijos. Con más de 250 hectáreas de viñedos, la bodega ofrece visitas guiadas por sus instalaciones a bordo de una calesa, además de las habituales catas y un recorrido por la antigua hacienda colonial y sus salas de barricas.
Caliboro Aventura.

Caliboro Aventura.

/ Javier García Blanco
  • Vivir el auténtico maule. Aunque sin duda es la más conocida en el extranjero, la zona del valle de Colchagua, en la región de O’Higgins, no es la única que puede presumir de vinos excelentes. Al sur, siguiendo el trazado de la Ruta 5, el viajero se adentra en la vecina región del Maule. Allí, no lejos de la ciudad de Rari, se encuentra la villa Caliboro Aventura, un proyecto de turismo sostenible que aúna bodega ecológica, hotel rural y restaurante con productos de kilómetro cero. La idea de crear el proyecto surgió poco después del devastador terremoto de 2010, cuando muchos vecinos de la región querían dejar el campo y establecerse en la ciudad en busca de un futuro mejor. "Les dijimos a los vecinos que podíamos crear una oferta turística en el valle, mostrando Caliboro como un todo, con experiencias enológicas, de turismo rural, uniendo fuerzas de manera asociativa", explica Valesca Morales, quien junto a su marido César Opazo dirige Caliboro Aventura. Más de diez años después, la hacienda típica que regenta el matrimonio ha conseguido producir vinos de altísima calidad (blancos, tintos y espumosos) rescatando cepas tradicionales de variedades como la carignan o la torontel que se cultivan en viñas de secano. "Nuestra meta es seguir potenciando el valle con orgullo, mostrando lo que tenemos acá en el campo, con la identidad del Maule", añade Valesca, mientras César, su marido, se arranca a tocar la guitarra y a cantar una canción tradicional en el salón de su restaurante.
Glaciar Universidad.

Glaciar Universidad.

/ Javier García Blanco
  • Explorar los alrededores del volcán. Además de las rutas de senderismo que se adentran en el territorio del Parque Nacional Laguna del Laja, esta espectacular zona de la región de Biobío ofrece otras muchas experiencias a los amantes del deporte de aventura. Empresas como Outdoor Biobío proponen actividades como el barranquismo y rappel en escapadas de dos días (unos 60 euros por persona) recorriendo cañones y descendiendo cascadas y saltos de agua como el de Trubunleo. Esta empresa de actividades turísticas, regentada por Juan Andrés Arias, también ofrece rutas de subida al volcán Antuco durante dos días, haciendo noche en una tienda de campaña en la montaña, aunque también cuentan con un camping en Campamento Viejo, a sólo dos kilómetros del parque nacional, donde además de descansar se puede disfrutar de un típico asado chileno al calor de las brasas.

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