Guía de Baviera

Toda la información que necesitas para viajar a Baviera: hoteles, restaurantes y las visitas más interesantes del estado.

El monarca Luis II pasó su infancia y parte de su adolescencia en el Castillo de Hohenschangau.
El monarca Luis II pasó su infancia y parte de su adolescencia en el Castillo de Hohenschangau.

Cómo llegar

Lufthansa (www.lufthansa.com), Iberia (www.iberia.es) y la "low cost" Condor (www.condor.com) ofrecen vuelos diarios desde Madrid y Barcelona hasta Múnich, pudiendo conectar desde otras ciudades españolas. Para visitar los castillos de Luis II de Baviera hay que dirigirse como base de operaciones hacia la ciudad de Füssen, al sur de la capital bávara, por carretera o en tren. Desde Múnich, trenes a cada hora con correspondencia en Buchloe (dos horas de trayecto). Desde Füssen, para llegar a los castillos de Hohenschwangau y Neuschwanstein hay que seguir la carretera 17 con dirección a Schongau hasta Schwangau (4 kilómetros). Por su parte, para ir a Linderhof hay que pasar la frontera austriaca y seguir por la carretera 314 con dirección a Innsbruck. Después, hay que girar a la derecha por una carretera preciosa (pasado Reutte) que bordea el lago Plansee hasta la carretera de Oberammergau, pasando de nuevo la frontera alemana.

Cómo moverse

Si se desea visitar los castillos en automóvil, lo ideal es alquilarlo en el propio aeropuerto de Múnich.

Dónde dormir

En Múnich

Hotel Maritim.Goethestrasse, 7. 00 49 89 552 350. Muy confortable y cercano a la estación central de ferrocarriles.

Platzl Hotel. Sparkassenstrasse, 10. 00 49 89 237 030. Más cerca de la famosa cervecería Hofbräuhaus imposible, pero no molesta.

Ander Oper. Falkenturmstrasse, 10. 00 49 89 290 027. Querido por los amantes de la ópera o el teatro.

En Füssen

Treff Hotel Luitpoldpark.Luitpoldstrasse, 1. 00 49 08 362 904. www.luitpoldpark-hotel.deCuenta con su propio gimnasio y sala equipada con hidromasaje y sauna para relajarse después de las visitas a los Castillos de Hohenschwangau y Neuschwanstein.

En Ettal

Monasterio de Ettal. www.kloster-ettal.de/hotel A 6 kilómetros al sur de Oberammergau, en la carretera 23, cerca de Linderhof. Este monasterio en el que residen 55 benedictinos tiene un apartado que funciona como hotel, por lo que resulta un alojamiento diferente e ideal para ver el Castillo de Linderhof con toda tranquilidad. En el edificio del monasterio también hay un colegio internado católico en el que imparten clase los monjes, así como su propia fábrica de cerveza. Los monjes elaboran 7 millones de litros anuales, que comercializan con la marca Ettaler Kloster Biere en botellas de medio litro.

Dónde comer

Una de las especialidades bávaras por excelencia son las weisswurst, salchichas blancas de ternera que se acompañan con mostaza dulce y la típica rosquilla salada (brezn, en bávaro). El brotzeit o rodajas de fiambre, queso y rábano con pan, es habitual en las cervecerías, donde también se pueden degustar otros platos como el schweinsbraten (cerdo asado con bolas de patata y col roja) y el schweinshax (codillo de cerdo a la parrilla). Por su parte, el pescado frito, como la forelle o trucha, y el renke, un pescado blanco de los lagos de la montaña, se sirve entero y preparado de forma exquisita en la mayoría de los restaurantes de la ruta de los Alpes.

En Múnich

Ratskeller. Marienplatz, 8. En el patio interior del Nuevo Ayuntamiento (Neues Rathaus). Su carta ofrece especialidades alemanas y bávaras. Un buen lugar para probar las tradicionales salchichas blancas de Baviera.

Augustinerkeller. Neuhauserstrasse, 27. www.augustinerkeller.deDatada en 1328, esta enorme cervecería es la más antigua de Múnich. Especialidades bávaras.

Spatenhaus.Residenzstrasse, 12.En la Plaza Max-Joseph Platz, frente a la Ópera. Un buen restaurante donde degustar una cocina algo más elaborada.

Al Teatro.Schwanthalerstrasse, 13 (junto al Deutsche Theater). Cocina mediterránea con especialidades italianas.

En Schwangau

Schwangauer Käsealm. Restaurante rústico en Schwangau, puerta de entrada a los castillos de Luis II de Baviera. Buenos fiambres y quesos como el denominado Königskase en honor de Luis II de Baviera.

En Füssen

Ritterstub''n.En el casco antiguo de la ciudad. Especializado en los pescados de los lagos de las montañas alpinas.

En Linderhof

Sch losshotel Linderhof. Restaurante del hotel situado junto al Palacio de Linderhof, cuya cocina está a cargo del afamado chef francés Laurent Pigeau.

Qué ver

Castillo de Neuschwanstein

La primera visión del castillo desde la carretera no es tan espectacular como la que conocemos de las fotografías o pósteres turísticos, que en realidad son imágenes tomadas desde un helicóptero o desde una montaña alejada, cuyo acceso es largo y difícil, por lo que se precisa de un guía. Se pueden tener vistas igualmente impresionantes subiendo al Tegelbahn (el punto de salida de esta telecabina está situado a un kilómetro de Hohenschwangau por la carretera de Schongau), con bellas panorámicas sobre los castillos durante la ascensión. Este castillo, que el rey Luis II ordenó edificar entre 1869 y 1886 sobre un escarpado risco situado en un pintoresco paisaje de montaña, debía, y así se lo escribió a Richard Wagner, "recrear el auténtico estilo de los castillos de los antiguos caballeros alemanes". Mientras que el tipo de construcción sigue el estilo románico del siglo XIII, parte de las pinturas murales hace referencia al mundo temático de los dramas musicales wagnerianos como "Tannhäuser" y "Lohengrin". La sala de los cantantes, o Sängersaal,está concebida siguiendo el modelo del salón de fiestas del Castillo de Wartburg, situado en Eisenach, y está decorada, entre otras cosas, con pinturas murales sobre la leyenda de Parsifal. Neuschwanstein no es una reproducción de un castillo medieval sino una creación nueva característica del historicismo. Visitas: abierto todos los días, de abril a septiembre, 9 a 18 horas; octubre a marzo: 10 a 16 horas (cerrado el 1 de enero, martes de carnaval y el 24, 25 y 31 de diciembre). Precios: adultos, 9 €; reducido, 8 €. Las entradas pueden adquirirse en el ticket center de Hohenschwangau (abril-septiembre: 8-17 horas; octubre- marzo: 9-15 horas).

Castillo de Hohenschwangau

Palacio medieval que el príncipe Maximiliano de Baviera mandó restaurar en 1833 en una mezcla de estilos gótico y tudor. Fue frecuente residencia de la familia Wittelsbach. Luis II pasó aquí parte de su infancia, siendo el lugar donde conoció a Richard Wagner. Visitas: abierto todos los días, abril-septiembre: 9 a 18 horas; octubre- marzo: 10 a 16. Precios: adultos, 9 €; reducido, 8 €. Tarifa conjunta Neuschwanstein Hohenschwangau: adultos, 17 €; reducido, 15 €.

Palacio de Linderhof

En el lugar donde actualmente se halla este elegante palacio había un pabellón de caza perteneciente a Maximiliano II, padre de Luis II. Fascinado por el esplendor de la corte de los Borbones, Luis II quiso construir un palacio a imagen y semejanza del palacio y los jardines de Versalles para su proyecto en el valle de Graswang. Su terreno permite una serie combinada de terrazas ajardinadas, parterres y un jardín inglés que encuadra al palacio dentro de un marco majestuoso, siendo el único que Luis II vio completamente acabado. Tal era su megalomanía que se hizo construir una cueva artificial -la más grande de Europa, con más de 100 metros de longitud- en el bosque que rodea el palacio, a la que se accede por una puerta de roca. La llamó "la gruta de Venus", otra alegoría al escenario fantástico del monte Venus de la ópera "Tannhäuser" de Wagner. Todo un hito en su género, pues la gruta estaba climatizada permanentemente a 20º C y contaba con iluminación eléctrica, una novedad en la Baviera de 1876. Allí recreó un lago subterráneo artificial con iluminación submarina, olas producidas artificialmente, efectos luminosos cambiantes gracias a vidrios rotatorios propulsados por las primeras máquinas dinamo, y el súmmum: una barca rococó en forma de concha gigante, rematada con un angelote, un escenario donde sus amigos cantantes interpretaban fragmentos de sus obras favoritas para él solito... Esta gruta artificial de estalactitas también aparecía en "Ludwig", la película de Visconti. Visitas: abierto todos los días, de abril a septiembre: 9 a 18 h.; octubre-marzo: 10 a 16 (cerrado el 1 de enero, martes de carnaval y 24, 25 y 31 de diciembre). Precios: adultos, 7 €; reducido, 6 €. En invierno (jardines y parques cerrados): adultos, 6 €; reducido, 5 €.

Monasterio de Ettal

El monasterio que le dio origen fue fundado en 1330 por Luis de Baviera, quien además donó para la iglesia una Madona de mármol blanco que había traído de Italia y que desde entonces se venera con devoción. Fueron muchos los peregrinos que durante el siglo XVII acudieron a visitarla y aún hoy en día cuenta con numerosos devotos que vienen a verla desde lugares remotos. Gracias a esta Virgen, la abadía es un centro de peregrinación al que también acuden los devotos de la cerveza que siguen elaborando los monjes benedictinos. La gran cúpula, de 65 metros de altura, da fe de su importancia histórica, así como el soberbio fresco que decora la bóveda interior.

En Füssen

En el punto de referencia obligado para visitar los Castillos de Luis II de Bavieradestaca el Museo Municipal en las salas barrocas del antiguo Monasterio de St. Mang(San Magno), donde se pueden contemplar sus históricos laúdes y violines así como el famoso cuadro de "La Danza de la Muerte de Füssen". Por su parte, la colección de pinturas de Baviera, en el Hohes Schloss(Palacio Alto), muestra fascinantes obras de arte del gótico tardío y del renacimiento, todo un placer para los amantes de la cultura.

Lago Forggensee

Al norte de Füssen, el lago es un gran embalse del río Lech, un lugar ideal para realizar actividades de ocio y practicar deportes acuáticos. Es un destino popular entre paseantes y excursionistas. En sus orillas se construyó la sala teatral Festspielhaus, donde se programa el nuevo espectáculo "Musical Ludwig 2", basado en la vida del rey Luis II de Baviera.

En Múnich

Residenzmuseum(la Residencia, entrada por Max-Joseph Platz). El palacio de los Wittelsbach se compone de varias partes: las dependencias, cuatro museos, un teatro y una sala de conciertos, además de diferentes patios. Se visita en dos circuitos: uno por la mañana y otro por la tarde. Una recomendación es hacer el de la mañana, pues incluye el Antiquarium, magnífica sala de fiestas de 66 metros de largo con un impresionante techo abovedado, decorada a finales del siglo XVI al estilo romano (de ahí su nombre en latín). Otra maravilla es la Colección del tesoro, en la que se exhiben las joyas y objetos preciosos de la familia Wittelsbach desde el siglo XVI. Visitas: abierta todos los días, excepto los lunes, de 10 a 16.30 horas. Precio: 6 €.

Palacio Nymphenburg. Residencia veraniega de los Wittelsbach, conviene admirar las elegantes fachadas del que muchos consideran el castillo barroco más bonito de Alemania, y visitar su magnífico y gigantesco parque a imitación del de Versalles (el complejo del palacio cuenta 700 metros de longitud de fachada, y el parque casi 3 kilómetros cuadrados). De los cuatro pabellones diseminados por el parque, el más asombroso es el Amalienburg, que el elector Karl Albrecht hizo construir entre 1734 y 1739 para su mujer Amalie Maria, con un Salón de los Espejos circular que es una joya del rococó bávaro. Entre los museos, destaca el de las carrozas. Visitas: abierto todos los días, excepto los lunes, de 10 a 16 horas en invierno; y de 9 a 17 entre abril y octubre. Precio: 6 €.

Más información

Oficina Nacional Alemana de Turismo(ONAT ). San Agustín, 2, 1º dcha. 28014 Madrid. 91 429 35 51.

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