Cuevas de Cantabria

Descubre las cuevas de Cantabria
Descubre las cuevas de Cantabria

Descubre las cuevas de Cantabria

Que Cantabria es una referencia mundial para el Arte Paleolítico ya no le sorprende a nadie. Esta comunidad contiene más de cien cuevas en la que se puede encontrar perfectas muestras de Arte Rupestre, convirtiéndose así en una de las mayores concentraciones del mundo. Entre tanta cavidad cántabra, cabe destacar las ya conocidas cuevas de Altamira o la espectacular cueva de El Soplao, que no dejará indiferente a nadie.

Cantabria guarda en su subsuelo más de 6.500 cuevas. Además del conjunto de cuevas prehistóricas de gran valor artístico e histórico, la Comunidad posee un extraordinario patrimonio subterráneo de gran valor geológico. El Soplao, Cullalvera y la Red de Cuevas del Alto Asón son su máximo exponente.

Ubicada entre los municipios de Valdáliga, Herrerías y Rionansa, la Cueva El Soplao es uno de sus máximos exponentes. Se trata de una cavidad única, considerada uno de los grandes tesoros de la geología mundial debido a la abundancia y variedad de formaciones excéntricas. El Gobierno de Cantabria ha llevado a cabo un proyecto de acondicionamiento para uso turístico de la cueva que ha permitido que desde el mes de julio de 2005, miles de visitantes, se deleiten con las impresionantes formaciones de la cavidad, un asombroso paisaje interior creado a capricho de la naturaleza. La visita de pasarela, de una hora de duración, comprende un recorrido de 1.200 metros dentro de la cueva cuya longitud total es de 17 kilómetros.

Especialmente planificado para los más atrevidos existe en El Soplao un recorrido de Turismo-Aventura. En él podrán disfrutar de tres kilómetros dentro de la cueva y conocer varias galerías que no están abiertas en el recorrido de pasarela.

En 2007 se inaugura la segunda fase del proyecto, con la apertura del Centro de Recepción de Visitantes y las instalaciones hoteleras; el cerramiento y acondicionamiento para usos turísticos de la Finca Prao Collao; y la adecuación a usos turísticos de la Plaza del Monte.

Dentro de la Red de Cuevas del Alto Asón, destaca la Cueva de Cueto-Coventosa, en Arredondo. Se caracteriza por tener una amplia sala de entrada excavada en el macizo de Peña Lavalle, sin embargo su boca no es visible hasta estar en sus proximidades. El sistema espeleológico de esta cueva tiene más de 800 metros de profundidad y un desarrollo total que supera los 32 kilómetros.

Otra de las maravillas geológicas más destacables de la región es la Cueva de Cullalvera, en Ramales de la Victoria, con unas dimensiones espectaculares fruto de la erosión del agua. Tiene una boca de acceso monumental, de 40 metros de alto y 30 de ancho. Además de su valor geológico, cuenta con las pinturas prehistóricas a mayor profundidad del mundo.

Altamira

La denominada "capilla sixtina del arte cuaternario", fue descubierta en 1875 gracias a Marcelino Sanz de Sautuola, quien practicó excavaciones en la misma. Situada en Santillana del Mar, alberga la primera expresión artística del hombre.

Altamira alberga la primera expresión artística del hombre. Para muchos es, a nivel mundial, el conjunto de pinturas paleolíticas más importante que se conoce. La cueva de Santillana del Mar, fue nombrada Patrimonio de la Humanidad en 1985.

Tiene una longitud aproximada de 270 metros, con varias salas de hasta 20 metros de ancho y 12 de alto. En el último tramo, llamado "Cola de Caballo", de unos 50 metros de recorrido, la altura y la anchura no pasan de un par de metros. Sus pinturas datan del 14.500 a.C aproximadamente.

La denominada "capilla sixtina del arte cuaternario", fue descubierta en 1875 gracias a Marcelino Sanz de Sautuola, quien practicó excavaciones en la misma. Durante ellas, su hija descubrió los famosos policromos.

Las pinturas del llamado "Gran Techo" o "Gran Panel" están formadas por un conjunto de animales, sobre todo bisontes, representados en una treintena de figuras de grandes dimensiones, de colores ocres y negros. Se superponen entre sí o se ubican sobre grabados de más antigüedad.

En otras galerías hay numerosas representaciones de diferentes épocas y estilos. Grabados realizados con los dedos sobre una zona de arcilla en el techo, representaciones de caballos realizados con profundas incisiones en la roca y misteriosos dibujos escaleriformes.

Sobrepasada la segunda mitad de la cueva, en la zona llamada "La Hoya" o "Cuarta Sala", se encuentra un gran bisonte perfilado en negro, la cabeza de una cierva y tres representaciones de cabra montés, todo ello igualmente pintado con carbón.

En el tramo final, en la "Cola de Caballo", destacan varios grabados de animales (ciervas, caballo y bisontes) y, sobre todo las llamadas "máscaras", rocas a las que se le pintaron ojos para que simulasen rostros.

Por motivos de conservación de las pinturas, no está permitida la entrada del público a la cueva original. Al lado se encuentra el Museo Nacional y Centro de Investigación Altamira, uno de los más importantes museos europeos del Paleolítico, donde se encuentra la "Neocueva", reproducción realista a tamaño natural de la cueva original para cuya realización utilizaron importantes medios tecnológicos de precisión milimétrica.

Más información

Teléfono: 942 818 815

Email:

información.altamira@museo.mec.es

El Soplao

Las cuevas de "El Soplao" se encuentran ubicadas en la Sierra de Arnero. Antigua mina de extracción de blenda y galena, el visitante podrá disfrutar, además de la increibles formaciones geológicas que en ella se encuentran, de cómo era la vida en esa mina.

Loclaización del entorno de "El Soplao"

La Cueva de "El Soplao" en todo su desarrollo, así como las labores mineras del grupo de La Florida, están estrechamente ligadas tanto en su recorrido como en su investigación posterior.

La zona de estudio está situada en la parte occidental de la Comunidad de Cantabria, en la denominada Sierra de Arnero, que a su vez, está encuadrada en la Sierra del Escudo de Cabuérniga.

Los Ayuntamientos en los que se ubican galerías de mina o el propio sistema son: Rionansa, Herrerías y Valdáliga.

La Sierra de Arnero, de desarrollo paralelo a la costa, limita al Este por el valle del río Bustriguado extendiéndose hasta Bielba en el Oeste. Sus cotas máximas las alcanzan el Castro Rubio, situado en la parte central con sus 682 m, el Pico Hugón (642 m), localizado más al Oeste que el anterior, y el monte Castillo (490 m) siendo este último la cumbre más Oriental de la Sierra.

Fenómenos litogenéticos

En la cueva de "El Soplao" existe una gran variedad de tipos de concrecionamiento. Las formas más típicas son las denominadas céntricas o convencionales, excéntricas, helíctitas de calcita o aragonito, pisolitas, etc., que forman parte del paisaje de esta cavidad y que la convierten en un caso único en todo el territorio nacional.

Concreciones denominadas céntricas

Son las que conocemos como estalactitas, estalagmitas, banderas etc., cuya presencia es habitual en la gran mayoría de las cavidades, si bien, la práctica totalidad de la cueva, presenta formaciones de este tipo, estas adquieren dimensiones espectaculares principalmente en la zona Este de la cavidad, cerca de las entradas naturales de Torca Juñoso y Torca Ancha, situadas en un mismo extremo.

Su aspecto se muestra en infinidad de formas: cilíndricas, a modo de apilación de platos, en forma de seta, etc.

Estas concreciones se forman por el discurrir del agua a través de los terrenos calizos exteriores, que se van cargando de carbonato cálcico (CaCO3) en disolución, filtrándose a través de fisuras en las cavidades. Este agua, saturada de carbonato, va goteando evaporándose en parte y por lo tanto, precipitando algo de lo que lleva disuelto, originando un crecimiento en el techo, que con el transcurrir de los años, y tras la precipitación continua del carbonato, formará la estalactita; la misma gota que no llega a evaporarse del todo, cae al suelo salpicando éste del resto de la disolución que traía, originando la estalagmita. Con el tiempo, el crecimiento de la estalactita y de la estalagmita, puede dar lugar al unirse, las llamadas columnas.

Excéntricas o helíctitas

Denominamos excéntricas a todos aquellos espeleotemas que en sección no tienen eje, a diferencia de las estalactitas o estalagmitas.

Este tipo de formaciones es lo que realmente hace a la Cueva de "El Soplao" una cavidad "única", ya que, si bien se encuentran en otras cavidades, nunca con la abundancia, calidad y espectacularidad de ésta.

Estas concreciones aparecen en el suelo, paredes, techos, encima de antiguas estalactitas, estalagmitas, e incluso de las coladas. Se encuentran principalmente en la zona Oeste de la cavidad, donde no había entradas naturales (Galería Gorda, Galería del Campamento, La Coliflor y El Bosque).

Dentro de las excéntricas, y según su composición cristalográfica, encontramos dos tipos: de calcita y de aragonito.

Las de calcita suelen presentar formas vermiculares, sin aristas vivas, con color blanco debido a la pureza del carbonato cálcico. Habitualmente, estas concreciones no son huecas, pero pueden tener un fino capilar interior que asegura que la solución cálcica llegue a su extremo. Son de crecimiento extremadamente lento. Se ha realizado un seguimiento durante quince años en una zona concreta, no apreciándose crecimiento alguno.

Las de aragonito presentan una composición química idéntica a las de calcita, pero cristalizando en otro sistema diferente y suelen presentar un aspecto mucho más geométrico.

El aspecto más sencillo es el de "penachos" o "rosetones" de finísimos cristales, semejantes a espinas, de una longitud que oscila entre pocos milímetros hasta algo más de diez centímetros.

Suelen encontrarse en los suelos, paredes o sobre cualquier tipo de concreción ya formada, incluso en la roca desnuda. Su crecimiento en la cueva es simultaneo al de las de calcita.

Covalanas

Un santuario rupestre paleolíticio en el Alto Asón que el visitante no se podrá perder si viaja a Cantabria.

La comarca del Alto Asón está situada en la zona interior del oriente de Cantabria. Es una zona caracterizada pro la existencia de relieves abruptos que compartimentan valles angostos, por los que circulan ríos cortos y enérgicos.

La cueva de Covalanas se abre en la ladera NW del Monte Pando, sorbe el río Calera. Tanto esta elevación como el relieve del entorno están modelados en calizas del Cretácico Inferior caracterizada por su fácil disolución.

La cavidad está formada por dos galerías, la Galería de la Música y la Galería de las Pinturas, paralelas y orientadas WSW-ENE, a las que da paso un mismo abrigo rocoso. La Galería de las Pinturas tiene un desarrollo muy sencillo, sin desnivel apreciable con escasas formaciones estalagmíticas. La longitud total de la galería supera escasamente los 100 metros y la altura del corredor principal oscila entre los 3 y los 7,5 metros.

En la zona más profunda de la cueva, a unos 70 metros de la entrada, se sitúa la mayor parte de las pinturas rupestres paleolíticas de la cueva de Covalanas. Todas las representaciones de animales se encuentran en la Galería de las Pinturas, mientras que la Galería de la Música únicamente hay algunos puntos rojos.

El conjunto paleolítico está compuesto por 23 representaciones de animales, acompañadas de algunos signos, puntos y grupos de puntos. Las representaciones de animales se concentran en la zona final de la galería, justo antes de que las formaciones d e la caliza conviertan el fon de la cavidad en un laberinto impenetrable. Ocupa los mejores lienzos y se sitúan tanto en la pared derecha como en la parte izquierda.

Todas las representaciones son de color rojo y tienen características comunes desde el punto de vista técnico y estilístico. Fueron pintadas hace unos 20.000 años.

La uniformidad estilística de las representaciones hace suponer que todas las pinturas se hicieron a la vez o en un lapso de tiempo corto. Tanto la profusa utilización del tamponado y las líneas compuestas por digitaciones yuxtapuestas, como elementos más característicos del trazado de las figuras, confieren a esta cueva una personalidad singular.

Monte del Castillo

Este conjunto de cuevas es uno de los máximos exponentes del arte rupestre en Cantabria.

Quizás ha sido la peculiar forma cónica del monte lo que ha atraído al hombre a este lugar desde teimpos inmemoriales, o más bien su posición privilegiada sobre el valle del Pas. Lo único seguro es que , hace unos 200.000 años, los primeros grupos de homínidos que poblaron Cantabria se asentaron en este lugar y la presencia humana se mantuvo de forma casi ininterrumpida durante toda la Prehistoria. Incluso en la Edad Media se instaló, en la cima del monte, un pequeño castillo que acabaría dando nombre al encalve.

La localización del monte Castillo, en un lugar estratégico desde el que se podía controlar el paso de las manadas de herbívoros que servían de sustento a los grupos humanos del Paleolítico, hace que se vuelva una y otra vez a este lugar a lo largo de milenios y que sus cuevas sean utilizadas como refugio, de forma más o menos continuada. Dejan vestigios de sus actividades en la cueva del Castillo, referente habitual en los desplazamientos periódicos de las bandas de cazadores, desde el Paleolítiico Inferior hasta las fases más recientes del Paleolítico Superior, y en otras cuevas, como La Flecha, frecuentada durante el Paleolítico Medio.

Las cuevas del Castillo 20.000 años de Arte Paleolítico

Las pinturas y grabados de la cueva del Castillo permiten hacer un recorrido prácticamente completo por la historia del arte paleolítico, en un paseo subterráneo de apenas 750 metros.

Desde las evidencias más antiguas, pintadas en época Auriñaciense o Gravetiense (hace unos 28.000 años), hasta las más recientes, correspondientes al Magdaleniense y fechadas por Carbono 14 hace nos 13.000 años, la cueva recoge un compendio de más de 250 representaciones parietales.

Aunque queda pendiente el realizar un estudio detallado de las manifestaciones de la cavidad, los recuentos más actualizados permiten contabilizar unas 180 figuras de animales, 45 manos en negativio y más de 50 signos, puntos y grupos de puntos. El bestiario es variado, pero siguiendo la tónica general de los conjuntos cantábricos, son las ciervas loa nimales más representados, acompañadas de caballos, bisontes, ciervos, uros, cabras y dos mamuts. Entre los signos destaca la abundancia y variedad de los cuadriláteros y llaman la atención por sus singularidad, los motivos construidos mediantes grupos de puntos. En cuanto a las manos en negativo, la mayoría izquierdas, son quizá el elemento más característico de la decoración de la cueva.

Desde el punto de vista de la investrigación del arte ruprestre merece la pena llamar la atención sobre las superposiciones de figuras, muy útiles para el establecientos de cronologías.

El Pendo

Galerías de 12 kilómetros de longitud y las grandes dimensiones de las cavidades es lo que te ofrece El Pendo.

El Pendo es, en realidad, parte de un desagüe natural excavado por el río que actualmente se sume a pocos metros por debajo de la boca de entrada actual. Este río recoge la escorrentía de todo el valle ubicado delante de la boca de la cueva, y a través de un cauce subterráneo labrado a través del macizo calizo del Alto del Peñajorao, alcanza el río Pas, no sin antes recorrer todo un entramado de galerías, de más de 12 kilómetros, en la red espeleológica conocida como "Sistema de los Covachas".

Tras la apertura del cauce en el farallón, por parte del río, y con el paso de miles de años, la caverna adquirió grandes dimensiones gracias a los importantes cambios que se produjeron en las paredes y techos de las salas y galerías. Así, los estratos horizontales en los que se abrió la cavidad se fueron desplomando y bloques de roca, en ocasiones de varias toneladas, se precipitaron de las alturas. Los mismos destrozaron cuanto encontraron a su paso y finalmente acabaron tapizando el suelo conformando el aspecto dantesco actual (este proceso clástico no tiene más objeto que el de buscar el equilibrio perfecto entre paredes y techos, adquiriendo estos últimos forma abovedada, de modo que puedan soportar las mayores tensiones posibles y evitarse nuevos desprendimientos).

Como ejemplo de este fenómeno, podemos observar que el vestíbulo de la gruta disponía en origen de una gran visera que sobresalía varios metros. Ésta se desplomó, ya durante el Holoceno, y selló con su desplome la mayor parte del yacimiento arqueológico, que se ubica en el vestíbulo. Se piensa que éste tiene una potencia cercana a los 30 metros, pero no es accesible por la presencia de un enorme caos de bloques. Es por ello que habitualmente las excavaciones se han desarrollado en el interior de la caverna, en una zona terminal del yacimiento arqueológico.

Cullalvera

Cullalvera es uno de los máximos exponentes del arte Paleolítico en Cantabria gracias a su situación estratégica.

Está situada en el municipio de Ramales de la Victoria, capital de la comarca del Asón. La cavidad, que forma parte de un conjunto de cuevas con restos prehistóricos, se ubica muy cerca del núcleo urbano de Ramales.

La cueva de Cullalvera forma parte de un complejo kárstico de gran desarrollo, en torno a los 12 kilómetros, donde encontramos formaciones geológicas variadas y espectaculares que el viento, y en mayor medida la acción del agua, han moldeado.

Este complejo es un buen ejemplo de la presencia y uso de las cuevas por los humanos a lo largo de la historia. Cullalvera es una muestra clásica de utilización de una cavidad desde la Prehistoria, como queda patente por la existencia de dispersas pero muy significativas manifestaciones artísticas del Paleolítico, así como otros restos difícilmente datables y algunos vestigios de lo que pudo ser un yacimiento arqueológico También se han encontrado restos de épocas recientes ya que la cavidad sirvió de refugio frente a los bombardeos durante la Guerra Civil.

Cullalvera es una cavidad de grandes dimensiones con una espectacular boca de entrada (14X28 metros) y sorprendentes accesos que modifican la percepción que el visitante tiene de una cueva. Su idea preconcebida del tamaño de una cavidad quedará totalmente desplazada por las dimensiones de Cullalvera que consiguen dejar en un segundo plano, para el visitante medio, las formaciones geológicas, antecedentes ocupacionales y arte rupestre.

La cueva contiene dos tipos de restos prehistóricos: arte rupestre y un pequeño testigo del yacimiento, paleolíticos ambos. El primero está distribuido por la cavidad y sus más interesantes figuras son unas pinturas rojas claviformes, y otras, en negro, que representan un caballo "y medio" a 1.250 metros de la entrada, lo que supone uno de los santuarios prehistóricos mas profundos del mundo. Ya en los ochenta, se hallaron agrupaciones de puntos rojos hechos con la yema de los dedos y posibles macarronis. Respecto al material, además de algunas piezas halladas por los prehistoriadores de principios de siglo, se encontraron en los restos del yacimiento tres fragmentos cerámicos con decoración dedada. Aunque la cueva fue señalada arqueológicamente, en 1906, por L. Sierra, las manifestaciones rupestres fueron reconocidas en 1954 por un equipo dirigido por J. Carballo.

A 160 metros de la entrada, existe una mancha negra y enfrente se encuentran también una marcha negra y algunos trazos en rojo. A unos 200 metros de la entrada se encuentran manchas rojas, entre las que pudiera haber una mano en positivo, aunque es muy dudosa.

A 700 metros, se encuentra un conjunto homogéneo de puntuaciones, claviformes y bastones en rojo y en negro.

Los caballos, así como varios trazos negros aislados, se encuentran a novecientos metros de la entrada, en una galería lateral. A partir de aquí, a unos 110 metros, se encuentran trazos en negro y recientemente, se han descubierto a más de 1.100 metros de la boca, un conjunto de puntuaciones en rojo, cuyo número ronda las quince, agrupados en dos subgrupos, entre los cuales se dispone un punto aislado._ A ellos hay que sumar otras dos manchas rojas situadas en la parte baja de un colgante de roca.

Estas últimas son las pinturas más profundas de la cavidad, que tiene algunas de las manifestaciones artísticas parietales más profundas entre las conocidas en el mundo.

Chufin

La cueva de Chufín se abre en un acantilado sobre el embalse de La Palombera, en el singular valle del Nansa. Tiene una boca ancha y un vestíbulo espacioso que da paso a una galería ancha y baja. Al final de la cueva hay una sala donde se forma un lago.

La cueva de Chufín fue ocupada, aproximadamente, hace18.000 años, durante el periodo Solutrense. Las manifestaciones que esta cavidad alberga, fueron descubiertas en 1972 por Manuel de Cos. Manifiestan que hubo varias visitas durante diferentes momentos, incluso de hace 25.000 años.

Dos conjuntos

En el vestíbulo aparecen paneles grabados de surco profundo. El más interesante es el que está compuesto por grabados, de forma esquemática, de un bisonte, varias ciervas, peces y varios signos. Posiblemente sean de hace 25.000 años, de la época Gravetiense.

En la sala interior, las figuras se distribuyen por ambas paredes y hay tanto pinturas como grabados. En la pared derecha hay un "macarroni" abstracto, el grabado de una zancuda y un gran panel de pinturas rojas, con un uro y un caballo, puntuaciones y signos complejos. En la pared izquierda hay un antropomorfo grabado a trazo grueso, varios paneles de grabados finos con caballos, cérvidos y bóvidos y otras representaciones. También en esta pared están las pinturas más llamativas de la cavidad, grandes composiciones de puntos rojos realizados con el dedo, en hileras, algunos de las cuales rellenan oquedades naturales de la pared. Todo este momento interior fue realizado en época Solutrense, hace unos 18.000 años.

Hornos de la Peña

La cueva de Hornos de la Peña se encuentra en San Felices de Buelna, horadando una peña conocida por los lugareños como Hornos de la Peña. El vestíbulo da acceso, a través de un paso angosto, a una amplia galería que termina en una sala de medianas proporciones.

Las excavaciones realizadas en el vestíbulo de la cueva de Hornos de la Peña sacaron a la luz niveles de ocupación correspondientes a diferentes momentos del Paleolítico medio y superior, así como algunos materiales de la Edad del Cobre.

La mayor parte de las representaciones artísticas, distribuidas por el interior de la cueva, y en origen también por el vestíbulo, son en su mayoría grabados. Se pueden diferenciar dos conjuntos: uno exterior y otro interior.

Del conjunto exterior se conserva la representación de un caballo además de algunas líneas no figurativas. Se trata de grabados profundos de aspecto arcaico cuya cronología se puede remontar al Gravetiense, hace unos 25.000 años.

El conjunto de grabados del interior es uno de los más completos de la región. Destacan los grabados incisos que representan caballos y bisontes, de gran tamaño y muy naturalistas. También se ha representado un gran ciervo, la cabeza y cuello de un reno y un serpentiforme. Pero sin duda, la más destacada de todas las figuras es un antropomorfo con una mano en alto y una larga cola. Completan el repertorio rupestre varios paneles de "macarroni", tanto naturalistas como abstractos, y alguna pintura negra aislada entre las que destaca un caballo de reducido tamaño. Todas estas representaciones se pueden atribuir al Magdaleniense inferior, hace unos 15.000 años.

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