Oda a la pizza napolitana: dónde comer la más sabrosa

Pues en Nápoles, claro, dónde iba a ser si no. Recorremos las mejores tratorías en la ciudad que es la cuna del bocado más universal.

Pizza Napolitana
Pizza Napolitana / ISTOCK

¿Puede haber algo más italiano que la pizza? ¿Algo más arraigado a la cultura culinaria del país alpino y, al mismo tiempo, más difundido por todo el planeta? Un bocado sencillo, barato y popular cuyo origen humilde se sitúa en la ciudad de Nápoles, donde nació, en algún instante no definido del siglo XVII, y desde donde saltó a los más remotos rincones de la mano de la inmigración.

Hoy, esta metrópoli histórica y artística que vive a los pies del Vesubio, este entramado marinero que condensa todo el encanto del Mediterráneo, soleado, anárquico, temperamental, exhibe con orgullo su condición de cuna de este hito de la gastronomía internacional. ¿Sabías que existe una pizza típica árabe, mexicana y hasta  de Chicago…?

Pero ojo, que la auténtica, la vera pizza napolitana, ha de cumplir varios requisitos en cuanto a su elaboración. Ha de ser de bordes gruesos, con la masa tostadapero blanda (no crujiente) y con el centro acuoso e irregular, con burbujas que son efecto de la altísima temperatura del imprescindible horno de leña (más de 400 grados).

 

También los ortodoxos sentencian que las únicas variedades genuinas son la margarita (tomate, mozzarella, albahaca) y la marinera que, a pesar del nombre, no incluye pesado ni marisco sino, simplemente, tomate, orégano y ajo. Ambas, aunque simples, presumen de una combinación sagrada de ingredientes de calidad (ese tomate natural, ese aceite de oliva…). Es por ello por lo que en muchas pizzerías de Nápoles son las únicas que se sirven… y bastan para descubrir que se trata de gloria bendita.

Descubrimos aquí algunas de las tratorías napolitanas donde comer una pizza excelente:

Starita

Ubicada en el popular barrio de Materdei, es tal vez la más famosa, tocada por el efecto del mito. Porque este local ruidoso donde los camareros, rapidísimos, vociferan alegres las comandas, fue escenario de la película L’oro di Napoli, de Vittorio de Sica, donde una espléndida Sofía Loren encarnaba el papel de pizzera. Fotos y recortes de periódicos en las paredes recuerdan este acontecimiento que no ha logrado empañar la calidad de sus pizzas: son exactamente como mandan los cánones napolitanos.

Pizzeria Da Attilio

Via Pignasecca, 17

Fundada entre las dos guerras, en 1938, esta tratoría regentada por la tercera generación de una misma familia se emplaza en Pignasecca, uno de los barrios más vivos gracias a la universidad. Por eso los estudiantes se cuentan entre sus clientes más asiduos, junto a los artistas que acuden a la salida del teatro. Tiene infinidad de pizzas, aunque la más icónica es la Carnevale, con forma de sol y el borde relleno de ricota. También tiene la tradición de enmarcar los dibujos que le deja la gente, improvisados en una servilleta.  

Trattoria Da Nennella

Vico Lungo Teatro Nuovo, 103

Escondida en el carismático barrio de los Quartieri Spagnoli, allí donde se aspira la esencia del Nápoles más popular (la ropa tendida, las callejuelas estrechas y empinadas, el bullicio callejero…) en esta modesta casa de comidas se puede degustar auténtica comida tradicional en la que no falta, claro, una pizza deliciosa y a un precio imbatible. Por su atmósfera vibrante, por su ambiente único (no es raro que el propietario irrumpa recitando algunos versos) comer o cenar aquí resulta una experiencia memorable.

Da Michele

Via Cesare Sersale, 1

A metros de distancia en pleno casco histórico ya se siente el aroma a pizza que desprende este establecimiento, con fama de contarse entre los mejores de Nápoles. Pizza de muchos sabores, aunque los camareros recomiendan decantarse por las más clásicas. Siempre atestado de gente (por algo será), fue en su día uno de los lugares favoritos de Maradona (a menudo se le podía ver en sus mesas) y apareció en el film Come, reza, ama, con Julia Roberts zampándose, como no, una de sus famosas pizzas.

Napoli in Bocca

Se jacta de haber nacido de una mezcla perfecta entre la pasión y la tradición. También de la excelsa calidad de los ingredientes que emplea, como el tomate de San Marzano y, según sus artífices, “la mejor mozzarella de la ciudad”. Por ello y porque el local es acogedor y bonito, y también porque tiene un emplazamiento céntrico (a pocos pasos del Teatro San Carlo y de la Galería Umberto I) esta pizzería tiene un éxito arrollador en la ciudad.

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