Riverside Mozart: el barco que navega por el Danubio y te transporta hasta el mismísimo cielo

Una experiencia de lujo a bordo del crucero fluvial más grande de Europa.

Riverside Mozart - Crucero fluvial Danubio

Riverside Mozart: grandeza y lujo recorriendo el Danubio.

/ Riverside Cruises

Son muchos los cruceros que levan anclas de cara a esta temporada. Y en Revista VIAJAR nos hemos subido a bordo del Riverside Mozart, el barco fluvial más grande y opulento que navega por el Danubio para descubrir de primera mano lo que es el verdadero lujo.

El Riverside Mozart nos espera atracado en Viena. Nada más llegar, el personal de servicio nos recibe con una sonrisa, dispuesto a ayudarnos con las maletas y nos ofrece una copa de champán para darnos la bienvenida. Por fuera, el barco recuerda a aquellos de vapor que navegaban por el río Misisipi. Y, nada más entrar, nos vemos invadidos por unos espacios con decoración art decó cuidados hasta el más mínimo detalle.

Riverside Mozart - Terraza y rooftop garden

Cóctel y rooftop garden: combinación ganadora.

/ Riverside Cruises

El check in es rápido. Una vez realizado, nuestro mayordomo nos acompaña hasta nuestros camarotes. Perdón, suites, ya que en este barco cada estancia mide, como mínimo, 20 metros cuadrados. Nos explica cada cosa con mimo y atención y nos facilita su número para cualquier cosa que podamos necesitar.

Cada detalle en el Riverside Mozart cuenta y así, de un primer vistazo, la suite está plagada de ellos. Esto es lo que marca la diferencia. Tenemos extendido encima de la cama un protector para que, cuando venga la maleta, no se manchen las sábanas de hilo egipcio que harán que caigamos en brazos de Morfeo como auténticos faraones.

Al descorrer las cortinas vemos que estamos a menos de medio metro del agua del Danubio. Y sorprende su color. Imaginamos un Danubio Azul, por aquello del vals compuesto por Strauss. Primera sorpresa: es verde, de un verde que parece el reflejo del paisaje circundante. Aún estamos en Viena, pero ya se presienten paisajes de ensueño que reconcilian a una con la vida y con la naturaleza.

Riverside Cruises - Barbacoa en la cubierta

Barbacoa, sol y unas vistas de ensueño.

/ Cuco Cuervo

Subimos a la cubierta y están preparando una barbacoa con productos de primera calidad. El servicio está atento a las necesidades de los huéspedes. ¿Cómo puede ser que sepan lo que queremos antes de que nosotros mismos nos hayamos dado cuenta? Vinos de la zona, productos locales y recetas tradicionales de Viena se pueden degustar y disfrutar en un día fabuloso. El sol resplandece para darnos la bienvenida.

Tour exprés por Viena

Antes de zarpar tenemos un ratito para disfrutar de la capital austriaca. Un tour exprés en el que un guía nos habla de historia, pero la salpica con anécdotas y curiosidades mientras paseamos por el centro histórico viendo la catedral de San Esteban, la plaza en la que se ubica el Museo Albertina o los jardines Volksgarten.

Riverside Mozart - Palm Court

Las veladas se amenizan al piano en el salón Palm Court.

/ Cuco Cuervo

Volvemos al barco y nos dirigimos al salón Palm Court, joya art decó, en el que un pianista nos deleita con su arte hasta que llega el capitán para ofrecernos el briefing de seguridad. Esta información quizá no sea relevante (o sí), pero el capitán resulta ser un doble del actor Jordi Mollá. A lo largo del crucero, cada vez que nos cruzábamos con él, nos entraba la risa. Y sí, Jordi nos gusta mucho como actor, quizá sea por eso.

Levamos anclas. Hay que decir que aquellos que se marean fácilmente lo van a tener muy fácil, porque habrá que mirar a través de las ventanas para confirmar que nos estamos moviendo. El Riverside Mozart navega sin prisa y ofrece paisajes que se quedarán en nuestras retinas para siempre. Una temperatura de ensueño, el agua que casi se puede tocar, la luna y una montaña a las afueras de Viena que culmina con un castillo que parece sacado de un cuento. Esto, de verdad, es un paraíso.

Riverside Mozart - Suite

Despertarse con estas vistas es un placer indescriptible.

/ Riverside Cruises

Seguimos con esos detalles que hacen de esta experiencia algo sobresaliente. Los amenities del baño son de Natura Bissé, el albornoz de Etro y el váter es de tipo japonés. Un placer que hay que probar y que, seguramente, querrás incorporar a tu vida para siempre.

Amanece pronto y nos dirigimos al restaurante Riverside. Los camareros sonríen y queremos que nos den los buenos días así siempre. ¡Qué maravilla! Unos huevos Benedict exquisitos para empezar con fuerza y subimos a proa porque estamos llegando a una esclusa. Entramos en el cubículo y se cierran las compuertas. La precisión es máxima y es que un barco con un par de metros más de anchura no cabría y, por tanto, no podría recorrer el Danubio, ya que este cuenta con más de una quincena de esclusas en su recorrido. Empezamos a subir como un patito de goma en una bañera.

Riverside Mozart - Piscina y jacuzzi

El spa del Riverside Mozart es perfecto para relajarse.

/ Riverside Cruises

Y hablando de bañeras, tenemos cita en el spa. La carta de tratamientos es grande y hay que decidirse entre un masaje balinés, sueco o shiatsu. La hora que pasamos en la cabina de tratamientos hace que nos olvidemos completamente de dónde estamos. Salimos flotando y toca sacar el máximo partido a la zona de relax del barco. Sauna, baño turco, jacuzzi y una piscina son suficientes como para recuperar fuerzas y energías de cara a la vuelta a la frenética rutina.

Hay que hidratarse y tenemos a nuestra disposición agua con pepino y hierbabuena. Como fin de fiesta de esta sesión de relax nos dirigimos a las tumbonas. Están situadas frente a la cristalera frontal del barco, a ras de agua, y tenemos la suerte de ver como volvemos a entrar en otra esclusa. Obras de ingeniería vistas desde lo más profundo.

Castillo de Greinburg y su sala de 22 millones de piedras

El programa de actividades de cara a la tarde no puede ser más interesante. Acabamos de atracar en Grein y vamos a visitar el castillo Greinburg, Esta fortaleza data del siglo XV y se considera el castillo habitado más antiguo de Austria. Destaca su patio porticado (a mí me recuerda al escenario de la serie de Netflix, 'Miércoles') y la sala de las piedras, construida con más de 22 millones de piedras. Una auténtica pasada.

Riverside Mozart - Waffle

A bordo del Riverside Mozart podrás vivir momentos muy dulces.

/ Cuco Cuervo

Volvemos a los detalles del Riverside. La variedad de ingredientes va cambiando según navegamos por el Danubio, las referencias vinícolas también. Si el primer día la mantequilla que ponen de aperitivo fue de pesto, la de hoy es con trufa. Y así, no se repiten ningún día a lo largo de nuestra estancia. También llama la atención el excelente surtido de quesos que tienen. Si los pides de postre, no vas a repetir ni un día. Y eso tiene su parte buena, pero también su parte mala si te descubren uno que nunca has probado y te ha elevado al séptimo cielo.

Arranca un nuevo día y hoy atracamos en Linz para viajar en autobús hasta Salzburgo. Es una hora y media de camino en la que se pueden contemplar algunos de los lagos más imponentes de Austria. El paisaje es evocador y se comenta que, si Heidi hubiera sido austriaca, habría vivido por aquí.

Riverside Mozart - Restaurante Waterside

Las referencias gastronómicas cambian según la región por la que se va navegando.

/ Riverside Cruises

Salzburgo es Mozart, la tarta Sacher, los jardines Mirabell, unas salchichas en un puesto callejero y tiendas de decoración navideña que quieres llevarte enteras en la maleta, aunque estés en manga corta y el verano haga acto de presencia. Son ciudades que merece la pena visitar, pero, la verdad, es que apetece volver al barco, ya que esta noche hay una experiencia gourmet que promete.

Vintage room, menú degustación único e irrepetible

En los cruceros fluviales no hay cena con el capitán (oh, vaya), pero tenemos una reserva en Vintage Room, un comedor privado en el que hay tantos camareros como comensales. Siete platos con sus respectivos maridajes hacen de esta experiencia a bordo algo mágico. Johannes Bär, chef ejecutivo, elabora una propuesta que sorprende por la calidad de su materia prima, así como por su combinación de texturas y sabores. El lomo de ternera a la brasa, con remolacha y batatas, y recubierto de láminas de oro, quedará en nuestra memoría 'forever and ever'. Los vinos, otro mundo aparte. Si tuviéramos que elegir dos, serían el Vega Sicilia, Alion (tempranillo 2018) con el que se maridó la ternera; y el vino de postre, una referencia austriaca: Kracher Ausiese (Weinggut Kracher, 2021). Sin ser amantes de los vinos dulces, este junto con un profiterol de roquefort harán que te vuele la cabeza. ¡Éxtasis total!

Riverside Mozart - Servicio

El servicio a bordo del Riverside Mozart es impecable.

/ Cuco Cuervo

Nos cuenta Christian Mondaca, gerente del restaurante, que, si un huésped quiere reservar este menú degustación durante varias noches diferentes, nunca será el mismo. Cada propuesta es única e irrepetible. Lujo y exclusividad en su máximo esplendor.

Los días pasan y la mirada se acostumbra a cada rincón del barco. Aun así, cada detalle sigue sumando. Se necesitarían tres vidas para poder probar toda la carta de cócteles. Bloody Mary o Margaritas son apuestas seguras, pero si se prefiere innovar, los camareros te harán sugerencias adecuadas a tus gustos. Y sí, es que según pasan los días, saben que bebes agua con gas, que tu pan favorito es el de semillas y que, como postre, no puedes resistirte a alguna de las propuestas dulces, pero, además, dejas hueco para la tabla de quesos.

Riverside Cruises - Bistro

La zona Bistro es perfecta para tomar algo a media tarde o degustar un café vienés.

/ Riverside Cruises

Riverside Mozart une Budapest con Viena en un crucero de 7 días de duración en el que también se visitan pueblos como Dürstein (recorrerlos con una bici eléctrica te hará sentirte como Aitana Sánchez Gijón en la película 'Un paseo por las nubes'. Los viñedos a la derecha, a la izquierda el Danubio y por delante… un paisaje de tal intensidad que te deja obnubilada), Linz (con sus anticuarios que conviven con una sociedad muy cosmopolita) o Melk (con una abadía que cuenta con una biblioteca que provocará un auténtico Stendhalazo a cualquier amante de las letras).

Riverside Mozart - crucero salvavidas

La seguridad a bordo del crucero está garantizada.

/ Cuco Cuervo

Un crucero que combina cultura, gastronomía, naturaleza e historia y que supone una experiencia a la que, si definimos como lujosa, no le estaríamos haciendo del todo justicia. Riverside Mozart es más. Mucho más. Es un vals que conviene bailar con ritmo y dejándose mecer por un Danubio que cambiará la vida a cualquier viajero que navegue sobre sus aguas. 

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