La Isla de los Museos de Berlín

Es el tercer destino urbano de Europa (140 millones de visitantes al año) y mucha culpa la tiene su oferta cultural (con 1.500 eventos diferentes al día). La Isla de los Museos es su última estrella.

De moda en Berlín
De moda en Berlín

Berlín es hoy el tercer destino urbano de Europa por detrás de París y Londres: más de 300.000 visitantes al día, unos 140 millones al año. Una escapada nos enfrenta a una oferta cultural abrumadora (tres óperas, ocho orquestas sinfónicas profesionales, más de 170 museos, más de 150 teatros y más de 300 galerías de arte, con el suplicio de elegir entre más de 1.500 eventos diferentes), que nos obliga a seleccionar y optamos por la última joya berlinesa: la Isla de los Museos. La Berliner Museumsinsel, entre los ríos Spree y el canal Kupfergraben, está formada por cinco edificios: el Altes Museum, el Neues Museum, la Alte Nationalgalerie, el Bode-Museum y el Pergamonmuseum. La isla fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 1999 y en ella también se encuentra la espléndida catedral de Berlín. La isla está bien comunicada por Metro (Hackescher Markt, líneas S75, S7, S5 y S9) y los autobuses 100, 200, 348 y 147.

Un buen tentempié antes de empezar está junto al río Spree: el café Bodemuseum (puente de Monbijou), el más bonito de la isla, con un servicio rápido y agradable, que nos da la salida hacia el museo del mismo nombre (abierto a partir de las 10 horas), un magnífico edificio que en su interior alberga escultura, arte bizantino, antigüedad tardía, numismática y pintura. En el Pergamonmuseum hay que encontrar el Altar de Pérgamo, la puerta del Mercado de Mileto, la fachada Mschatta, la sala de Aleppo y la Puerta de Ishtar. Una vez empapados de arte, se impone un almuerzo en 12 Apostel, cocina italiana con buena relación calidad precio, a 5 minutos andando desde la isla (Georgenstrasse, 2. tel: 030 20 10 222). Un menú digestivo y energético para enfilar nuestros pasos hacia la siguiente etapa, la Nationalgalerie , con parada obligada ante las obras de Caspar David Friedrich, en especial ante El árbol solitario. Hoy el Neue Museum nos lo saltamos porque está cerrado, esperando la llegada, procedente del Museo Egipcio, del busto más famoso del mundo, el de Nefertiti, y culminamos en el Altes Museum, cuyo interés radica en el propio edificio y en una colección de arqueología clásica entre cuyas piezas griegas y romanas destaca el busto de Pericles o la hermosa copa ática con la escena de Aquiles y Patroclo.

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