Nueve pueblos del Cantábrico para huir del calor
Galicia, Asturias, Cantabria y el País Vasco están salpicados de pueblos pintorescos que se asoman al embravecido mar Cantábrico. Aquí van nueve de ellos donde encontrar descanso, paisajes impagables, playas tentadoras y una deliciosa gastronomía.
Burela
Ha hecho de la pesca de la merluza, el pez espada y el bonito su seña de identidad. Y en torno a su animado puerto y a la lonja que cada mañana sortea los pescados más frescos ha surgido una importante industria conservera. Pero más allá de su economía Burela posee una hermosa playa y un conjunto de hórreos a su alrededor que se cuentan entre los más valiosos de la provincia de Lugo, muchos de ellos presidiendo tierras con vistas impagables al Cantábrico.
Luarca
Luarca es la villa más blanca de la costa verde. Con esos dos colores –y el azul intenso del Cantábrico– la localidad asturiana, con sus casas escalonadas entre promontorios naturales, figura entre las localidades más encantadoras de Asturias Su barrio viejo está salpicado de encantadoras casas de indianos. Aquí estuvo la Mesa de Mareantes, donde antiguamente los marineros tomaban decisiones estratégicas. Y un cementerio sobre un roquedal con vistas al mar donde entre otros está enterrado el Premio Nobel, Severo Ochoa.
Cudillero
Tres montes que parecen formar un anfiteatro rodean Cudillero. La ciudad se esparce colinas abajo hasta tropeza con el puerto y las olas que se adentran por su bocana. Cudillero es un pueblo pintoresco. Sus casas colgantes están pintadas de colores vivos, como recuperados de un sueño infantil. En los alrededores del puerto abundan los restaurantes donde se degusta el mejor pescado fresco del día. Hay hasta veintitrés encantadoras playas a su alrededor y cerca está la reserva natural de Barayo, donde habitan nutrias en libertad.
Suances
Hay dos Suances: el pueblo y la playa. El primero está arracimado en la parte alta y sus calles evocan un pujante pasado marinero, sobre todo en el pintoresco barrio de La Cuba. Desde él se divisa la entrada de la ría de San Martín, símbolo de la localidad. Otros edificios de interés son la Casa de los Polanco o la iglesia de Nuestra Señora de las Lindes. El Suances playa concentra la oferta hotelera y turística y se abre a la imponente playa de La Concha, un inmenso arenal de casi un kilómetro de longitud separada de la desembocadura de la ría por un espigón.
Llanes
Las montañas de Cuera y los Picos de Europa amansan sus humores al tropezar con la villa marinera de Llanes. Hace siglos estuvo amurallada y hoy conserva de sus mejores épocas un conjunto impagable de palacios y casonas blasonadas que se asoman al Cantábrico. La arquitectura indiana ha dejado aquí pruebas de su magnificencia y en su puerto, uno de los más activos de Asturias, destacan los colores vivos que enaltecen los Cubos de la Memoria, obra del artista vasco Agustín Ibarrola.
Noja
Noja está a un salto de Isla y a dos del cabo de Ajo, uno de los puntos emblemáticos de Cantabria. Hay un delicioso paseo que hay que recorrer a pie y que une las playas de Tregadón con la de Ris. Ciudad adentro, Noja es encantadora porque aun conserva edificios históricos de interés como su iglesia parroquial, construida en el siglo XVII, o un conjunto de palacios de aliento indiano que habla de la riqueza que en otro tiempo alentó a la ciudad.
Castro Urdiales
Es una de las más importantes localidades costeras de Cantabria por varios motivos: Su puerto pesquero es de los más activos y su patrimonio histórico está enaltecido por dos edificios que coronan uno de los salientes a la mar. Se trata de la iglesia de San María, la mejor obra gótica de la región, y el castillo faro que se alza al lado, junto a un pintoresco puente medieval y la cercana ermita de Santa Ana. Entre sus playas destacan las de Ostende y Brazomar. Un paseo por su barrio viejo delata el origen romano de la villa gracias a sus yacimientos arqueológicos.
Bermeo
Los vecinos de Bermeo lucen el gentilicio de bermeotarras, famosos pescadores balleneros que aún hoy están considerados como los marineros más valerosos de estas tierras del norte peninsular. El puerto viejo es un conjunto de estrechas calles y casas pintadas en cuyos bajos hay bares que sirven deliciosos pintxos. Hay un museo en Torre Ercilla dedicado a la sacrificada vida marinera. Mundaka queda a tan solo tres kilómetros y la bella postal de San Juan de Gaztelugatxe a diez. Bermeo forma parte de la Reserva de la Biosfera del Urdaibai, una de las zonas protegidas más valiosas del País Vasco.
Getaria
Aquí nació el marino Juan Sebastián Elcano que acompañó al luso Fernando de Magallanes en la primera vuelta al mundo. Magallanes murió en Filipinas, pero Elcano concluyó la travesía y regresó a Sanlúcar de Barrameda en 1522. La figura histórica de Elcano está presente en multitud de lugares de Getaria, la villa guipuzcoana cuyas montañas están tapizadas de vides con cuyas uvas se elabora el txacolí y playas encantadoras, próximas a Zarautz. Getaria tiene un barrio viejo presidido por la iglesia del Salvador, protegido por el monte San Antón.
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