El caballo de batalla de Steven Spielberg cabalga por Inglaterra
El norte y sur del oeste inglés dibujan el mapa por donde discurre el rodaje de la última película de Spielberg, "War Horse". La Primera Guerra Mundial, un niño (Albert Narracott) y un caballo ("Joey") son los paisajes y personajes de la novela del escritor Michael Morpourgo, inspiradora del guión del "rey Midas" de Hollywood.
Con ingredientes bélicos acaecidos entre bellos horizontes naturales y emotivas relaciones humanas y animales, el director Steven Spielberg acomete sus primeras escenas de carga de caballería con 130 jinetes en el mismo territorio donde reposan los restos de Copenhage, el emblemático corcel que montara el duque de Wellington durante la batalla de Waterloo contra las tropas francesas comandadas por el emperador Napoleón Bonaparte. Es la mansión Stratfield Saye, hogar de la noble familia, cuyos antiguos establos albergan una rica colección de objetos militares y personales del primer poseedor de tan prestigioso título nobiliario, Arthur Weslley.
La troupe de rodaje abandona los bosques de hayedos de este solariego palacio y se traslada al suroeste para aposentarse en las legendarias tierras del único condado con dos costas. Se trata de Devon, patrimonio cultural que contiene las raíces de ilustres personajes históricos como Ricardo I, el rey con Corazón de León, y el Parque Nacional de Dartmoor, el mayor paisaje abierto del Reino Unido, con una superficie de casi un millar de kilómetros cuadrados, que sirve para localizar una antigua casa construida por un guarda y convertirla en la vivienda de la familia Narracott, los primeros propietarios del soldado equino Joey.
El equipo de producción cambia esa zona rural de casas de adobe y techos de paja por el condado interior de Wiltshire, caracterizado por colinas calizas y valles abiertos, donde se localiza el círculo de piedra prehistórico (avebury) más grande de Europa y un importante campo de entrenamiento del ejército británico. Entre sus localidades, el equipo de producción se decanta por el pequeño pueblo de Castle Combe, con construcciones de piedra y tejados de pizarra. Durante más de diez días, el lujoso hotel Manoor House -que ocupa una bella mansión del siglo XV-, el reloj medieval de la iglesia de San Andrés, la histórica cruz del mercado y sus escasos 400 habitantes vieron cómo su tranquila localidad se transformaba en el plató principal de las evoluciones del Caballo de batalla de Steven Spielberg.
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