Turismo de artesanía: un viaje al origen de todo

Descubrir “in situ” el origen y elaboración de los productos artesanos es una nueva tendencia en auge en el mundo de los viajes

Turismo de artesanía

Un maestro panadero

/ TONO BALAGUER

Disfrutar de un ocio más auténtico, de experiencias diferentes, de momentos para el recuerdo. Con estas premisas nace el turismo de artesanía, aquel que consiste en visitas guiadas a las empresas para descubrir in situ el origen y elaboración de los productos artesanos, las expresiones populares del arte en todos los materiales.

Lejos de las habituales excursiones a monumentos, de los tours en masa y de los cruceros estándar, esta reciente opción de turismo gana cada vez más adeptos, mientras se abre paso con fuerza en el sector de los viajes. Su esencia consiste en descubrir rincones desconocidos en forma de talleres, obradores, huertas o espacios de trabajo de artesanos para poner en valor el origen y elaboración de sus productos. Porque son los propios productores quienes ejercen de guías ante los visitantes, descubriéndoles la magia que se esconde detrás de su producto en cuestión.

Turismo en la granja

En la granja, la actividad no para

/ Eloi_Omella / ISTOCK

Al hilo de esta nueva tendencia, existe una plataforma online de visitas guiadas a empresas artesanas de nuestro país. Se llama Fabricando Experiencias y su objetivo es mostrar que es posible disfrutar del tiempo de ocio de una manera diferente. Esta empresa, fundada por Marisa Ayllón, no sólo busca productores por todos los rincones de nuestra geografía (analizando y seleccionando procesos artesanales), sino que promuve el respeto a la naturaleza, el aprendizaje con diversión, la autenticidad de las personas y, en definitiva, el valor de las pequeñas cosas.

La artesanía, señala Ayllón, “es el cuidado, el tiempo y el detalle. Conserva la cultura y la historia, y esos son dos polos de atracción del turismo de élite. El mundo parece que se ha encogido, con productos efímeros de coste bajo, y la artesanía emerge como contrapunto de autenticidad”. Por eso propone cinco planes de ocio que se alejan de los convencionalismos turísticos, permiten construir lazos emocionales y fomentan la curiosidad, inquietud y creatividad:

Maestro panadero por un día

Las actividades relacionadas con el mundo de la panadería y el dulce se sitúan entre las preferidas por los niños (y ¿por qué no? también por los adultos). Aprender a hacer pan o conocer el proceso de elaboración del chocolate son experiencias inolvidables.

Turismo de artesanía

Una maestra panadera, elaborando pequeñas delicias

/ Zinkevych / ISTOCK

El día a día en la granja

Las visitas a las fincas ganaderas o yeguadas no sólo permiten a los más pequeños valorar el mundo rural sino también compartir el trabajo diario que realiza el pastor y el ganadero: desde dar de comer a los terneros hasta cuidar del rebaño, pasando por ordeñar para después elaborar quesos y yogures.

La vida agrícola en el campo

Dependiendo de la temporada del año, podemos disfrutar de diferentes actividades relacionadas con los cultivos. Como conocer el proceso de recolección de fresas, contemplar la extracción de la miel de la colmena o pasear entre olivos centenarios. Visitar una plantación para ver, oler, tocar y saborear algunos de los alimentos cultivados es una actividad perfecta para descubrir de cerca la verdadera vida del campo.

Turismo de artesanía

Recolección de fresas

/ StefaNikolic / ISTOCK

Trabajar el barro

Nada resulta más hipnótico que descubrir el mágico proceso de transformación del barro en una pieza de cerámica artesanal con la única ayuda de las manos de la artesana.

Turismo de artesanía

Un artesano del barro, en acción

/ pixdeluxe / ISTOCK

Vinos tradicionales y cerveza artesana

Otra experiencia interesante es conocer de los propios productores los secretos que se esconden en la elaboración del vino y de las cervezas artesanas para así comprender las diferencias que existen con la fabricación industrial.

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