Olvida todo lo que has visto hasta ahora desde un patio de butacas: esta obra es un viaje hacia dentro

La obra 'Tálamo', que se estrenó el jueves en Conde Duque (Madrid) y permanecerá hasta el sábado, juega al desconcierto. Una amalgama de sensaciones, a oscuras, en la que el guionista eres tú

Tálamo
Tálamo / MIRCO TALIERCIO

¿Qué estoy viendo? ¿Estoy percibiendo una forma? ¿Es una luz o es un objeto? ¿Es real o es una ficción? ¿Qué es un espectador? ¿Estoy en un teatro o en un museo? ¿Qué tengo ante los ojos y cómo puedo descifrarlo? ¿Es algo o es nada? Tálamo, la pieza que el artista Juan Domínguez presentó el jueves 1 de octubre en Conde Duque y que permanecerá en cartel solo 3 días, es una pieza perfomativa que es también una experiencia estética viva. En ella el espectador no funciona solo como elemento contemplativo, sino que es activado por el artista.

Domínguez nos propone un espacio de negociación entre lo que sucede en escena y la mirada espectadora, de manera que el público pueda involucrarse hasta el punto de decidir qué ha visto. Tálamo está creado con y desde la oscuridad, con y desde la pérdida de referencias, en los límites no definidos entre lo legible y lo ilegible. En ese estado el cerebro se activa de una manera inusual y la producción de significado y sentimiento se proyecta y crece. La relación entre lo que nos presenta Juan Domínguez y lo que el público percibe hace que el segundo casi se convierta en coautor.

Así, Tálamo es una invitación a detenerse ante un paisaje cambiante, lumínico y sonoro, para observar, percibir, pensar y experimentar la capacidad transformadora de los sentidos. En tiempos de recepción constante de estímulos, esta pieza plantea la necesidad de activar la imaginación. Eso sí, para ello es necesario algo tan difícil como desconectar, del presente y de lo aprendido, ya que este viaje se inicia en la oscuridad y en algo así como el punto cero del lenguaje y la comunicación. Un espacio donde nada está definido, por lo que el espectador necesitará agitar sus sentidos para dotar lo que ve de significado.

Juan Domínguez se define a sí mismo como un payaso conceptual, vaquero mágico, modelo poeta, narrador desatado y curador del placer. Su práctica se sitúa en los campos de la coreografía y las artes escénicas, explorando la relación entre diferentes códigos y disolviendo la frontera entre ficción y realidad utilizando la primera para producir la segunda y viceversa, dos practicas muy presentes en esta pieza.

Tálamo es la segunda parte de la trilogía de Juan Domínguez There is no present better you look back, que se inició con la obra My Only Memory en 2018. La tercera parte, Euphoria se realizará en 2021-22. Recientemente, en agosto de 2020, Dominguez exploró este planteamiento en el espacio Radialsystem de Berlín. Ahora, en Madrid, vemos una propuesta más teatral, que sin embargo no pierde ese camino intermedio entre la imagen y la escena.

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