El espectáculo de la primavera en 5 de los bosques más bonitos de Madrid
La nieve en las cumbres más altas, el agua rugiendo en ríos y arroyos, árboles, flores y aves devolviendo la vida al paisaje... La primavera es el mejor momento para salir a explorar algunas de las joyas naturales de la Comunidad de Madrid.
Madrid es cultura y museos, historia y riqueza patrimonial, son calles bullendo de animación, tabernas, restaurantes, tiendas y ambiente. Pero también hay un Madrid que no te esperas y que sale al encuentro al dejar atrás el asfalto, al alejarse del casco urbano y poner rumbo a cualquiera de los cuatro puntos cardinales. Porque ese Madrid insólito nos sorprende en sus pueblos (donde encontraremos la mejor gastronomía y las tradiciones más auténticas) y en la enorme diversidad paisajística de la Comunidad: montañas, valles, ríos, lagunas, bosques, tierras de cultivo… Y la primavera es el momento perfecto para salir a descubrirlos, con la vegetación en plena explosión de verdes y flores silvestres, los ríos y arroyos estruendosos con las aguas de las últimas nieves del invierno y una enorme diversidad de aves poniendo la banda sonora.
En la Comunidad de Madrid hay bosques míticos, como el Hayedo de Montejo, el Bosque Finlandés o el Bosque de la Herrería, pero hoy queremos ir más allá y sorprender incluso a aquellos que crean que ya lo han visto todo. Este es el plan: preparamos la mochila, unas botas cómodas y todoterreno y salimos a disfrutar de 5 paisajes naturales de la Comunidad de Madrid que merecen (y mucho) la pena.
El Abedular de Canencia
Entre los municipios de Canencia y Miraflores de la Sierra está el Puerto de Canencia, punto de partida de la primera ruta que proponemos. Aquí podemos dejar el coche y emprender la marcha por la llamada Senda Ecológica o Senda del Arroyo del Sestil del Maíllo que comienza ahí mismo, junto a la Fuente de la Raja, en la que el agua mana entre grandes rocas. Se trata de un recorrido sencillo y de gran belleza en cualquier estación, que nos permitirá contemplar mucho más que abedules de troncos blanquecinos, porque aquí, al cobijo de las laderas de la Sierra Norte de Madrid, las condiciones de temperatura y humedad han permitido que se conserven los llamados bosques-isla, más propios de otras latitudes.
Así, esta ruta circular de poco más de siete kilómetros transcurre entre abedules, tejos, acebos, melojos y pinos silvestres que alcanzan alturas infinitas. Uno de los puntos más impresionantes de la caminata es el mirador de la Chorrera de Mojonavalle, que permite admirar una cascada de 30 metros de altura y que debe sus aguas al arroyo del Sestil del Maíllo, que nace un poco más arriba, en a ladera del pico Perdiguera. ¡Un auténtico regalo de la primavera!
La Dehesa Bonita de Somosierra
El nombre no engaña. De hecho, tras recorrer este itinerario circular de 4,4 kilómetros, podremos afirmar que, si acaso, se queda corto. La dehesa boyal que se extiende en la vertiente oeste del Pico Cebollera se considera uno de los bosques más hermosos de la Comunidad de Madrid. Y adentrarse en este rico paisaje de acebos, robles, cerezos, avellanos y abedules es, por la sencillez de su trazado, un lujo al alcance de toda la familia.
Para ello tendremos que llegar hasta Somosierra, el pueblo con mayor altitud de la Comunidad de Madrid. Junto a la estación de Aguas Residuales, cruzando la antigua N-I y traspasando un portillo, parte un camino que pronto se divide en tres. Habrá que tomar el sendero central, que transcurre entre cambroños y avellanos y que nos conduce al arroyo de la Dehesa. Al otro lado, el camino desemboca en una pista, hacia la izquierda, que nos lleva a la fuente de la Fuentefría. Allí se concentran los árboles de mayor porte y espectacularidad, muchos de ellos centenarios y con ramas de crecimiento horizontal que los convierten en inmensos candelabros arbóreos. El camino continúa hasta un bonito mirador, donde se nos muestra una magnifica panorámica de la Dehesa. Lo dicho: bonita es poco.
La Tejeda de Valhondillo
Situada en un paraje de extraordinaria belleza de la Sierra de Guadarrama, en el Valle Alto del Lozoya, Rascafría siempre es una buena idea cuando el calor aprieta y el cuerpo y la mente necesitan un respiro. Hoy ponemos rumbo a esta localidad para emprender desde allí una excursión que nos llevará a rendir honores al ser vivo más longevo de la Comunidad de Madrid, que vive aquí en el parque natural de Peñalara. Hablamos del Tejo del Arroyo de Barondillo que, con alrededor de 2.000 años de edad, es un gigante de 15 metros de altura. Su tronco exhibe escultóricos recovecos en un perímetro de casi 10 metros.
Partimos del área recreativa de la Isla, perteneciente al municipio de Rascafría, y siguiendo siempre el curso del arroyo de la Angostura llegaremos hasta el embalse de la Presa de Pradillo. Aquí, el salto del agua embalsada, abundante en esta estación del año, con el telón de fondo de un frondoso pinar, nos regalará una de las mejores fotos del día.
El camino continúa hasta el Puente de la Angostura, que data de la Edad Media y, tras él, dejando a un lado el río Lozoya nos incorporarnos a una pista que, a través de un paisaje magnífico, nos guía hasta nuestro objetivo: el majestuoso Tejo milenario.
Los Sotos de Villamanrique de Tajo
Antes de que el verano dispare las temperaturas, es el momento de descubrir todo lo que la comarca de Las Vega del Tajo tiene que ofrecer. Más allá de lugares imprescindibles como Aranjuez, Chinchón o Colmenar de Oreja, hoy recomendamos descubrir Villamanrique de Tajo. A lo largo de su vega se pueden visitar parajes y lugares llenos de encanto como las Salinas de Carcaballana o el Palacio de Buenamesón.
Entre las diversas rutas que parten desde aquí, elegimos esta, que nos permitirá descubrir dos paisajes claramente diferenciados: el del soto, poblado de la vegetación propia de ribera (álamos blancos, sauces, olmos, tarayes...); y el de los campos de cultivo de la vega, donde crecen maíz, cebada, melones y espárragos. El recorrido circular arranca y finaliza en el centro del pueblo, la Plaza de la Constitución. Se trata de un itinerario muy sencillo, de poco más de cuatro kilómetros y perfectamente señalizado, que discurre paralelo al cauce del río Tajo. Además, esta ribera es un refugio de aves como el ánade real, la garza real o la focha común.
El Castañar de Las Rozas de Puerto Real
¡El único bosque de castaños de Madrid bien merece una escapada! Se encuentra en la Sierra Oeste de la región, entre los valles de los ríos Tiétar y Alberche, en las estribaciones de la Sierra de Gredos. Son las particulares condiciones climáticas de ese enclave las que hacen posible la existencia de este bosque singular.
La caminata, de algo menos de 10 kilómetros, nos llevará hasta el Embalse de los Morales, donde los castaños dejan paso a la vegetación de ribera, además de melojares, pinares y abundantes zarzamoras. En el entorno acuático del embalse se podrán admirar ejemplares de ánades reales, cormoranes, garzas... De hecho, el territorio que iremos atravesando paso a paso, forma parte de la Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) Encinares de los ríos Alberche y Cofio, un área de alto valor ecológico que es clave para la conservación de diversas especies, como el águila imperial ibérica, el buitre negro o la cigüeña negra. ¡Todo un espectáculo natural que nos espera sin salir de la Comunidad de Madrid!