Costa Brava: la ruta de los pescadores

De Palamós a Llançà, pasando por Pals y l’Escala, recorremos los encantos de la Costa Brava siguiendo la red de pesca.

Turismo pesquero, Costa Brava
Turismo pesquero, Costa Brava / D.R.

Destino predilecto para los amantes de la naturaleza, el sol y la buena comida. La Costa Brava nunca defrauda, con infinidad de rincones donde sentir la paz, con calas y playas abrazadas por una frondosa vegetación que le aporta un 'plus' de belleza y, sobre todo, con lugares inesperados que nos acercan a las costumbres de este territorio de España. Tan inesperado como esta ruta, que sigue la tradición pesquera de la Costa Brava, y que recorre los encantos marineros (y su deliciosa gastronomía) con el mar siempre de cara.

Barcas varadas en El Port de la Selva

Barcas varadas en El Port de la Selva

/ Getty Images

Día 1

El mar de cerca

El recorrido comienza en Palamós, un precioso pueblo pesquero célebre por su codiciada gamba roja. Aquí se ubica el Museo de la Pesca, donde el visitante podrá descubrir la relación básica entre el ser humano y el mar a través de la historia. Es el lugar perfecto para conocer qué se pesca en la Costa Brava, dónde y cómo se hace, cómo es la vida de los pescadores y cuál es el futuro de la pesca: con una visión en la que se prima la biodiversidad de los hábitats.

Lonja y subasta de pescado en Palamós

Lonja y subasta de pescado en Palamós

/ Álvaro Martínez Fernández

Del mar al plato

Una de las mejores formas de descubrir un territorio es saboreándolo. En Palamós, por ejemplo, el Espai del Peix es un lugar en el que disfrutar de showcookings y degustaciones en directo elaboradas con pescado fresco de la lonja. Al terminar de comer lo mejor es disfrutar de la llegada de los pescadores al puerto con el pescado y marisco del día y fascinarte viendo una subasta en directo.

Entre arrozales

Una buena forma de terminar el día es... entre arrozales. Una buena elección es el Hotel Boutique Es Portal, una masía del siglo XVI de estilo gótico renacentista. Un coqueto alojamiento con todos los lujos ubicado en Pals, conocido por sus famosos arrozales y por ser ejemplo de un pueblo fortificado medieval perfectamente preservado.

Exterior del Hotel Boutique Es Portal

Exterior del Hotel Boutique Es Portal

/ D.R.

Día 2

Despertar inesperado

Para vivir una auténtica experiencia pesquera es imprescindible desayunar en un restaurante de pescadores. La mejor opción es dirigirse hacia L’Escala, donde encontramos un atípico restaurante a los pies del puerto, La Llar dels Pescadors, frecuentado en las primeras horas de la mañana por los marineros que trabajan de noche en busca del pescado azul, producto que se desayuna a la brasa acompañado por pa amb tomàquet.

Fama mundial

Si por algo es conocida L’Escala, es por la salazón de anchoas. De hecho, cada año se celebra la Fiesta de la Sal, en homenaje a los orígenes pescadores y salazoneros de la localidad. Un amor por las tradiciones que se materializa en el Museo de la Anchoa y la Sal, donde se puede descubrir la historia de la salazón de pescado azul desde el siglo XVI hasta la actualidad.

Desayuno típico de los pescadores

Desayuno típico de los pescadores

/ D.R.

Una cena con estrellas

Despedimos el día en el Restaurante Miramar de Paco Pérez, ubicado en Llançà, que cuenta con dos estrellas Michelin. Recomendamos dejarse cautivar con el menú degustación 'Nuestro mar, un viaje culinario' por el cosmos marino más creativo de un chef que cuenta en su palmarés con un total de cinco de estas prestigiosas estrellas.

Día 3

Rozando el mar

Llançà, ubicada a tan solo 14 kilómetros de Francia, es el punto de partida perfecto para hacer un paseo por el conocido Camino de Ronda. Este recorrido nos permite disfrutar de un paseo en contacto con la naturaleza mientras descubrimos calas salvajes e inhalamos el inconfundible aroma del Mediterráneo.

Belleza románica

Siguiendo la ruta del Camino de Ronda hacia el sur, y tras una travesía de siete kilómetros, encontramos El Port de la Selva, un encantador pueblo pesquero en el que la tranquilidad es religión. Esta localidad, cuya arquitectura sigue anclada en el pasado, se deja ver como una delicada joya en la que destaca su coqueto casco antiguo. En sus alrededores es imprescindible visitar el Monasterio de Sant Pere de Rodes, un fiel testigo de la arquitectura románica catalana que domina la bahía de la localidad.

Chef de Els Pescadors, en Llançà

Chef de Els Pescadors, en Llançà

/ Kirs Ubach

Delicia final

La escapada termina de vuelta en Llançà, donde paramos a degustar el plato estrella del restaurante Els Pescadors, ubicado en una de las zonas más privilegiadas de la localidad. Aquí podrás deleitarte con auténticas delicias como la langosta frita con huevos fritos de corral, a la andaluza, criolla o en un espectacular arroz seco de Pals con alcachofas.

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