6 playas de agua dulce olvidadas: todos los secretos naturales de las Tierras del Ebro
Descubre uno de los rincones más sorprendentes de España y empápate de esta zona bañada por el Ebro
En el transcurso de los 930 kilómetros que tiene el Río Ebro es muy difícil que falten cosas que hacer. Como dato, este torrente de agua es el más grande en desembocar en el Mediterráneo después del Río Nilo. Es por eso que, a lo largo de su cuenca, uno puede encontrar lugares que se adapten a todo tipo de gustos.
Desde la revista viajar queremos presentarte uno de estos lugares. En la provincia de Tarragona, hay una zona que es un regalo para los amantes de la naturaleza, el turismo rural, las actividades de playa y, en definitiva, descubrir nuevos rincones del mundo. Si te pica la curiosidad visitarlo, solo pregunta por les Terres de l’Ebre.
Una recorrido por el Ebro
Ubicado al sur de Cataluña, este lugar comprende las comarcas del Bajo Ebro, el Montsiá, Tierra Alta y la Ribera del Ebro lo que, en otras palabras, comprende a más de la mitad de la provincia de Tarragona y es el lugar donde se concentran algunas de las maravillas naturales mejor conservadas de toda la comunidad.
En este lugar el visitante podrá pasar de las playas paradisíacas en las que poder disfrutar de la tranquilidad y los días soleados, pasando por parques naturales como el Parque Natural de los Puertos o el del Delta del Ebro, en donde experimentar un acercamiento con la naturaleza, hasta llegar a turismo rural en lugares como Amposta, Tortosa o La Almetlla de Mar. Llegamos entonces al momento de empezar este recorrido por algunos de estos lugares idílicos, con los que descubrir las Tierras del Ebro.
Tortosa
Es la capital de la comarca del Bajo Ebro y la primera parada de esta ruta. Con un conjunto histórico que llama la atención desde la lejanía, Tortosa es un buen lugar en el que establecerse una base desde la que visitar el resto de lugares. En sí mismo, es un buen lugar para perderse por sus calles y su recinto amurallado, aunque también son recomendables el parque natural de los Puertos de Tortosa-Beceite y la Reserva Nacional de Caza.
Miravet
A 45 minutos en coche río arriba se encuentra este lugar sacado de una película de fantasía. La colina en la que se sitúa el pueblo baña las casas de piedra de varios colores. En lo más alto, coronando la villa, se alza una fortaleza islámica reconvertida en castillo templario que despierta la curiosidad de más de uno. Compra tu billete para dar un paseo en barca o alquila un Kayak con el que navegar el río, desde donde disfrutarás vistas inmejorables del lugar.
Amposta
Como uno de los últimos municipios antes de adentrarse en el Delta de Ebro, Amposta destaca por ser un destino preferente para los amantes de la naturaleza. Las calles de su casco antiguo conservan ejemplos de arquitectura modernista y a orillas del río podrás encontrar una de las construcciones más emblemáticas del lugar: la torre de la Carrova. A partir de otoño, puedes unir este destino con Miravet a través de la “Gran Ruta del Ebro”.
L'Ametlla del Mar
Subiendo por la costa aparece este pequeño pueblo costero, también conocido como La Cala. Este típico pueblo de pescadores cuenta con playas de arena fina blanca. Lugares como la escondida Cala Ambrosía son zonas de difícil acceso, pero en las que podrás disfrutar de una tranquilidad que es difícilmente superable. También es un lugar ideal para los amantes del submarinismo, en donde se organizan inmersiones para disfrutar de los fondos marinos del lugar.
La Ràpita
Linadno con la parte más meridional del delta nos encontramos con el sueño del rey Carlos III por crear uno de los mayores puertos del Mediterráneo terminó por convertirse en un punto de interés para cualquier viajero interesado por la naturaleza, la historia y las actividades al aire libre. A tiro de piedra del Delta del Ebro, no te pierdas la Playa del Trabucador, el Mirador de la Guardiola o el Parque de Esculturas.
Parque del Delta del Ebro
En el final de nuestro recorrido, poco queda por decir de este parque que no se haya dicho ya. Es una de las reservas naturales más emblemáticas de España y no faltan cosas que hacer. Desde la fina línea de costa que es la Playa del Trabucador, pasando por la Isla de Buda hasta llegar a la desembocadura del Río Ebro. Un lugar familiar en el que terminar este viaje por las playas olvidadas de les Terres del Ebre.
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