5 pueblos desconocidos para una Navidad diferente
Ideas para perderte en todo lo mejor de una experiencia rural
Mary Ellen Chose, la prolífica escritora estadounidense que destacó en la primera mitad del siglo XX, nos legó para el recuerdo la frase: “La Navidad no es una fecha, es un estado de la mente”.
Un estado mental que aviva nuestra esencia como seres humanos y nos remite a menudo a nuestra más tierna infancia, cuando todo era más límpido y cercano. No es casualidad, por tanto, que entre nuestros recuerdos de niñez aparezcan los pueblos, donde las experiencias se fraguaban a fuego lento y se volvían próximas y familiares.
Anhelamos aquellas sensaciones y es por eso que traemos aquí algunos de esos pueblos, muchas veces relegados al olvido pero aún muy vivos, demostrándonos que son capaces de hacernos pasar una Navidad diferente.
1. Curiel de Duero, Valladolid
Dormir como un rey
Dormir como un reyA poca distancia de la célebre localidad de Peñafiel y de la reputada Milla de Oro de la Ribera del Duero, aparece una pequeña población de origen milenario llamada Curiel de Duero, de poco más de una centena de habitantes.
Situada en el valle del Cuco, franja destacada del pueblo prerromano de los vacceos, cuenta con el castillo más antiguo de entre la cincuentena que alberga la provincia de Valladolid.
Documentado desde el siglo XI - aunque se estima que fue levantando mucho antes -, domina todo el entorno de manera imponente desde lo más alto de un cerro cuya prominencia lo convierte en uno de los más espectaculares de las tierras castellanas.
La fortuna ha querido que esta vetusta fortaleza medieval, propiedad en su tiempo de monarcas tan importantes como Fernando III “El Santo”, Alfonso X “El Sabio” o Pedro I “El Cruel”, haya sido convertida en Residencia Real, brindándonos la magnífica oportunidad de dormir en alguna de sus 23 habitaciones y suites y sentirnos como reyes.
2. Folgoso do Courel, Lugo
Un cuento de Navidad entre bosques
Un cuento de Navidad entre bosquesEn plena sierra de O Courel y bajo la jurisdicción de la comarca de Quiroga, al sureste de la provincia de Lugo, Folgoso do Courel es un municipio que cuenta con algunas de las aldeas más aisladas y genuinas de Galicia.
Dentro de sus límites administrativos se encuentra la Devesa da Rogueira, una de las reservas botánicas mejor conservadas de la región y de todo el noroeste peninsular que, con sus escasas 200 hectáreas, está considerada una de las forestas mejor conservadas de toda Europa.
Caminar por este espacio natural supone vivir la experiencia de sumergirse en el corazón de un bosque atlántico, a través de senderos que se difuminan entre la vegetación mientras pequeños regatos aparecen ante nuestras miradas o hace acto de presencia la bruma creando un ambiente de puro cuento.
3. Mura, Barcelona
Viviendo la Fiesta del Tió
Viviendo la Fiesta del TióMura es uno de los pueblos más bonitos de la provincia de Barcelona. Una joya medieval de sobra conocida en Cataluña pero que aún permanece sin ser descubierta para una gran parte del resto de España.
Ubicado en la comarca del Bages, esta pequeña localidad es seguramente uno de los mejores lugares donde celebrar la Fiesta del Tió, una de las tradiciones navideñas más representativas y populares del folclore catalán.
El tió no es sino un tronco de árbol al que se pinta una cara humana en uno de los lados y se viste con una pequeña manta y una barretina – el típico gorro de lana de Cataluña -, golpeándolo los niños con un palo durante la Nochebuena para que “cague” regalos.
Mura ensalza esta celebración decorando con tions sus calles y plazas, durante un mes entero, entre diciembre y enero, llenando de magia el ambiente de esta población de apenas 200 habitantes.
4. Taganana, Tenerife
El primer chapuzón del año
El primer chapuzón del añoCasi en el extremo del Macizo de Anaga, en el nordeste de la isla de Tenerife, en un sector de escarpados barrancos y fuera de todo rastro de las aglomeraciones de turismo de otras partes de las Canarias, aparece Taganana, uno de los pueblos más antiguos de Tenerife.
Fundado en los albores del siglo XVI, esta población de nombre guanche es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura tradicional de estas islas. Un precioso conjunto de casas blancas y calles empedradas que se encuentra a poca distancia de dos de las playas más espectaculares de todo Tenerife: Almáciga y Benijo.
Playas en las que, gracias al excelente clima de las Islas Afortunadas, podremos disfrutar, en pleno invierno, del primer chapuzón del año, una tradición arraigada en Canarias que muchos llevan a cabo tras la fiesta de Fin de Año.
5. Serón, Almería
Entre secaderos de jamón serrano
Entre secaderos de jamón serranoSerón es un pueblo almeriense situado en la cara norte de la sierra de Los Filabres. Una localidad que goza de un microclima que ha favorecido la existencia de una actividad ligada a la curación de jamones. El aire serrano, cargado en este municipio de una humedad relativa media anual baja, es el elemento fundamental encargado de dar como resultado unos de los mejores jamones serranos de España.
Mucho menos conocido que otras zonas de producción del país, a pesar de contar con una Indicación Geográfica Protegida, Serón nos permite disfrutar de una estancia con el acicate de una experiencia gastronómica y cultural ligada a uno de los productos estrella durante la Navidad.
Una práctica de curación que se remonta varios siglos atrás, hasta la época de los Reyes Católicos, y que ha sido refinada por empresas jamoneras cuya actividad continúa, en algunos casos, desde el último tercio del siglo XIX.
Un plan excelente para estas fechas en un escenario que ancla sus raíces en el siglo XIII, como es la población de Serón, en la que sobresale por encima de todo su hermoso castillo nazarí.
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