La playa más bonita de Brasil tiene al agua dulce
Alter do Chao es una playa fluvial de arena blanca y aguas turquesas en pleno Amazonas
Brasil cuenta con magníficas playas como Copacabana en Río de Janeiro, Morro Branco al norte del país o Arraial Do Cabo más al sur, todas ellas bañadas por las aguas del Atlántico. Pero al contrario de lo que se pueda pensar, la playa más bonita del país no tiene mar ni está en la costa. Se trata de Alter do Chao, ubicada en un rio en plena selva amazónica y nombrada por el diario inglés The Guardian como la mejor playa de Brasil.
Alter do Chao es un pueblo en el medio de la región amazónica ubicado a unos 38 km de la ciudad de Santarém. Esta pequeña población cuenta con hermosas playas de arena blanca bañadas por el agua dulce azul verdosa del río Tapajós, un afluente del Amazonas. Pero entre ellas, la que más destaca es la playa que comparte nombre con el pueblo.
La playa de Alter do Chao es un paraíso en plena jungla, una playa fluvial de arenas blancas y agua turquesa. Y es que según cuenta The Guardian, “es el lugar perfecto para relajarse”. Cuando baja el nivel del agua aparece una franja de tierra en el río que forma un banco de arena llamado Ilha do Amor (Isla del Amor), aunque solo podrás visitarlo entre septiembre y febrero, ya que desaparece por completo durante la temporada de lluvias.
Esta playa ofrece el plan perfecto para pasar unos días tranquilos de completo relax. Por las mañanas puedes descansar y tomar el sol en la arena mientras te das algún que otro chapuzón. Y a la hora de comer, no hay mejor opción que disfrutar en algún restaurante de la zona del pescado local u otros platos como el strogonoff de anacardo y el pato no tucupi. Además, también se pueden hacer otro de actividades como excursiones de senderismo en la selva, rapel canyoning y pesca deportiva.
Después de disfrutar de la playa, vale la pena visitar el Museo João Fona, en la cercana ciudad de Santarém. El edificio de estilo colonial alberga una hermosa colección de cerámica arqueológica, creada por las primitivas poblaciones indígenas. Incluso se exhiben fósiles de peces, imágenes talladas en madera, colecciones de monedas antiguas y todo tipo de muestras sobre la historia de Santarém.
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