Liérganes, el pueblo cántabro de la leyenda del hombre pez
Y uno de los enclaves más idílicos de los Valles Pasiegos.
Las leyendas y el misterio son dos de las cosas que más viajeros atraen. Nos gusta saber cuáles son los secretos y las historias que convierten un lugar en algo casi mágico. Pues bien, existeen los Valles Pasiegos un pueblecito con una leyenda centenaria, la historia de un vecino del pueblo que cayó al río y se convirtió en pez. Hablamos de Liérganes, un municipio de enorme valor histórico artístico en Cantabria.
La leyenda del Hombre-pez
Enclavado a los pies de dos pequeñas elevaciones, los montes Marimón y Cotillamón, conocidos coloquialmente como 'las tetas de Liérganes', este pueblo puede presumir de tener una de las historias más contadas en toda Cantabria que dice así. Corría el año 1674, cuando el joven Francisco de la Vega, pasaba un día con sus amigos nadando en la río Miera. Quiso el destino que la corriente se lo llevase y se perdiera en el mar Cantábrico. Cinco años después, en la bahía de Cádiz unos pescadores se encontraron un extraño ser surgido de las aguas. Parecía un hombre, pero había algo extraño en él, había desarrollado escamas por buena parte de su cuerpo.
En el convento de San Francisco, intentaron conversar con él, pero el hombre había perdido la razón y el habla. Solo consiguieron sacarle una palabra: Liérganes. ¿Qué era aquel lugar? Descubrieron al tiempo que era un pueblo de Cantabria y que años atrás, allí había desaparecido Francisco. ¿Sería él? Decidieron llevarlo de vuelta al pueblo, pero apenas comía, seguía sin hablar... En toda leyenda hay una parte de ficción, como el final de De la Vega, por el que un pescador de San Vicente de la Barquera, que un buen día afirmó que vio como Francisco se adentraba en el mar acompañado de delfines, para perderse para siempre...
Verdad o leyenda, caló hondo en el imaginario del pueblo, tanto que hoy cuenta con un centro de interpretación y una escultura de bronce bajo el Puente Mayor, que representa al joven minutos antes de sumergirse en las aguas del Miera para perderse rumbo al mar.
El Mercadillo, la parte vieja de Liérganes
El encanto de Liérganes es innegable. Rodeado de mil y un tonos de verde, fue declarado como uno de los Pueblos más Bonitos de España en 2016. Y hay mucho más, porque su centro histórico está considerado como conjunto de interés histórico artístico nacional.
Durante el siglo XVII Liérganes gozaba de muy buena economía, gracias a que en el mismo pueblo, se situó la primera Real Fábrica de Artillería conocida en España. Rodeada de bosques y aprovechando la fuerza del río, la industria de fabricación de cañones prosperó y con ella, el barrio del centro, conocido como El Mercadillo, vio como se levantaban casonas populares y palacios indianos de gran interés arquitectónico y artístico.
Cantabria de punta a punta, de puente en puente
Vale la pena dar un paseo por allí, descubriendo a cada paso los espacios más interesantes, como el Palacio de Rañada, también llamado Cuesta-Mercadillo, las Casas de Rañada y Portilla, con sus balcones engalanados con plantas y flores, la de los Cañones o la Casa Setién, la más antigua de Liérganes, construida en 1565 en estilo renacentista y con detalles en su fachada del plateresco.
No muy lejos de allí, a la altura de la población de Pámanes, se encuentra otro de los edificios de más valor, el elegante Palacio-museo de Eseldo, donde además de admirar la belleza de su construcción, se encuentra una importante colección de arte español contemporáneo a partir de 1900.
Un importante balneario desde 1717
En Cantabria proliferaron los balnearios y ya en 1670 eran conocidas las aguas de la Fuente Santa de la localidad que se utilizaban para curar el reumatismo y diversas patologías de las vías respiratorias, cutáneas o estomacales. Desde tiempo inmemoriales, los cántabros utilizaban las aguas de esta zona, y en 1869, abrieron las puertas de su Balneario, al que pronto añadieron una fonda y hotel.
Todos quería visitarlo y pueden jactarse de haber tenido visitantes ilustres, tanto como cuando los Reyes de España, Alfonso XIII y Victoria Eugenia, fueron allí a tomar los baños mientras pasaban unos días en el Palacio de la Magdalena de Santander. En su honor, hoy sigue habiendo una 'piscina del rey' en la que los viajeros modernos pueden sumergirse y relajarse, al igual que lo hizo antaño su majestad.
Un municipio gastronómico
Hablar de Cantabria y no hacerlo de su gastronomía, no podría entenderse. Liérganes puede presumir de tener productos propios, como las truchas del río Miera o las carnes procedentes de los pastos pasiegos, que se utilizan en muchos de sus restaurantes.
Su ubicación en los Valles Pasiegos, la convierten en cuna del queso, en especial del queso de Nata de Cantabria, que se elabora en el barrio de Rubalcaba, con leche de vaca de raza frisona. Y también de los sobaos y las quesadas, que pueden adquirirse en muchas de las tiendas del pueblo donde comprar un souvenir gastronómico.
El punto dulce lo ponen su tradición de tomar churros con chocolate, que se sirven en casi todas las cafeterías de merienda y dulces propios como los sacristanes, unos lazos de hojaldre horneado, los corazones con sabor a canela o las rocas del río Miera, elaboradas con hojaldre y almendra.
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