Estambul, las mezquitas de Sinán
Por encargo del sultán Solimán el Magnífico, el arquitecto Sinán construyó el perfil de la ciudad de Estambul introduciendo minaretes y cúpulas inspiradas en la Basílica de Santa Sofía.
Primero se llamó Bizancio, una pequeña ciudad griega situada en la punta de una península triangular limitada por el mar de Mármara, el estrecho del Bósforo y el Cuerno de Oro. Después fue Constantinopla, fundada por el emperador romano Constantino. Con la división del imperio se convirtió en capital del mundo bizantino, la Roma de Oriente, hasta la toma por los turcos otomanos en 1453 que la llamaron Estambul. En el siglo XVI competía por el poder en el mundo con el Imperio español de Felipe II y el Vaticano del papado.
El sultán buscaba un estilo que representase este nuevo Imperio otomano y eligió para su implantación a Sinán, un arquitecto maduro y leal educado en su ejército. Sinán buscó la inspiración en la Basílica de Santa Sofía, construida mil años antes y trató durante toda su vida de superar las dimensiones de la cúpula de esta espectacular edificación. El Escorial, la Basílica de San Pedro y el complejo de Solimán el Magnífico en Estambul fueron los edificios emblemáticos que reflejaron esta lucha de poderes.
Intrigas en palacio
Sinán trabajaba para los sultanes y sus familias que vivían en el palacio de Topkapi. El sultán Solimán tenía ya un hijo, Mustafá, cuando conoció a Hürrem (Roxelana), una esclava ucraniana odalisca de su harén. Se casó con ella y la hizo Haseki o única esposa legítima. Tuvieron una hija, Mihrimah Sultán (Sol y Luna) y varios hijos, entre ellos el príncipe heredero Mehmed. Por un ataque de viruela Mehmed murió joven y el sultán nombró como nuevo heredero a su primer hijo Mustafá. La leyenda cuenta que Roxelana y el marido de su hija Mihrimah, el visir Rüstem Pasha, idearon un plan para hacer creer a Solimán que su hijo quería matarle para arrebatarle el trono.
Solimán cayó en la trampa y mató a su propio hijo haciendo heredero a otro hijo de Roxelana convertido al final en sultán con el nombre de Selim II. Otra leyenda cuenta que el arquitecto Sinán estaba enamorado de la princesa Mihrimah, encargada de las artes y las construcciones de su padre el sultán Solimán, y como muestra de su amor construyó la mezquita de la princesa en la puerta de Edirne, en la muralla de Estambul, alineada con la mezquita que ya le había construido años antes en Ushkudar (ver números 2 y 8 del mapa) de tal forma que el 19 de marzo, equinoccio de primavera y día del nacimiento de la princesa llamada Sol y Luna, a la vez que se ponía el sol por el minarete de la nueva mezquita salía la luna por el minarete de la antigua.
La obra de Sinán
Sinán estableció un estilo que configuraría el perfil de la ciudad de Estambul y del Imperio otomano reconocible aún hoy día. A él debemos la colocación de altos minaretes en las mezquitas, cuatro para los sultanes y dos o uno para sus hijos y visires, o las mezquitas de planta centrada y espacio cúbico cubiertas con cúpulas descargadas con semicúpulas.
También la introducción del concepto de Kulliye o complejo de distintos edificios con funciones variadas. En su etapa inicial construyó el complejo de Mihrimah en Ushkudar y el del príncipe Mehmed conmemorando su prematura muerte. Su etapa madura cuenta con el complejo de Solimán el Magnífico, probablemente su mejor obra, los baños Roxelana y la sutil mezquita de Rüstem Pasha.
En su etapa final destaca la mezquita de Mihrimah en Edirnekapi, la de los visires Sokollu y Shemsi y su última gran obra en Edirne, la mezquita del sultán Selim II donde superó las dimensiones de la cúpula de Santa Sofía. Sinán vivió casi 100 años y sus discípulos realizaron obras tan importantes como la Mezquita Azul de Estambul o el Taj Majal en la India, obra cumbre de la arquitectura islámica.
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