Comporta: el paraíso está más cerca de lo que imaginas

Comporta lleva ya bastantes años estando de moda. La afluencia de famosos internacionales y gente de dinero hace que la fama de este paraje no deje de crecer año tras año..tanto, que de la antigua villa de pescadores queda ya poco, sobre todo en los precios. Hasta el New York Times destacó en su día la playa de Comporta como una de las mejores del mundo.

Llegar allí no es difícil. Se puede acceder en Ferry desde Setúbal o por la A2 desde Lisboa en dirección al Algarve. Para moverse bien por la zona el coche se hace necesario, a no ser que estemos en el mismo pueblo de Comporta.

En Comporta no hay mucho más que una inmensa playa virgen llena de dunas, arrozales y humedales y un pequeño pueblo de varios cientos de habitantes, que, lógicamente, se quintuplican en los meses estivales. Este pequeño pueblo portugués con su inmensa playa atlántica está situado en el estuario del río Sado. Hay poco alojamiento, y el que hay en la misma playa es bastante exclusivo así que una buena solución sería quedarse en la localidad grande más cercana que es Alcácer do Sal, apenas a 20 minutos de Comporta. Allí encontramos multitud de opciones de alojamiento y restaurantes.

Qué hacer en Comporta

No hacer nada es una estupendísima idea, o más bien disfrutar de la playa y de la la naturaleza en un entorno absolutamente virgen y privilegiado en donde siempre o casi siempre hace buen tiempo. Sin duda una de las atracciones que más llama la atención es Cavalos na Areia (www.cavalosnaareia.com) una empresa turísitica que se dedica al alquiler de caballos para dar larguísimos paseos por la playa o kayak para recorrer los humedales.

Otra de las atracciones es el Puerto Palafítico de Carrasqueira, un sitio súper instagrameable que parece anclado en el tiempo. Se trata de un enrevesado puerto realizado a la manera artesanal entre marismas y arrozales que más recuerda a algún lugar remoto de Asia que a Europa. Por supuesto está en funcionamiento y se pueden ver las pequeñas barquitas de pesca al lado de las casetas donde se guardan los aperos de pesca.

También puedes ir a Alcácer do Sal, la población más cerca de la playa de Comporta, y que aunque no lo parezca, es una de las poblaciones más antiguas de Europa, ya que fue una ciudad fenicia que está en pie desde el 1000 antes de Cristo. Actualmente tiene un bonito puente de hierro, un buen puñado de edificios interesantes, callejuelas para perderse y desde luego la mayor oferta de restauración y hotelera de esta parte del Alentejo.

Comer y Dormir

En la misma playa de Comporta, a la entrada hay dos exclusivos chiringuitos, Comporta Café e Ilha do Arroz, en los que se come muy bien pero que no son baratos, o al menos, no del estilo de nuestros chiringuitos playeros más informales.

También muy famoso y muy cerca de la playa y entre los arrozales se encuentra uno de los más famosos: Museo do Arroz, en donde lo mismo podrás disfrutar con los mejores arroces de la zona con vistas a los arrozales que tomarte una copa por la noche o visitar su "museo" dedicado al arroz.

Las opciones de alojamiento en la playa de Comporta y alrededores son pocas y exclusivas; domina sobre todo el turismo eco, con opciones muy respetuosas con el medio ambiente y que tienen como leiv-motiv la conexión con la naturaleza, la paz y el ralax total. Uno de los alojamientos preferidos de los vip esCasas na Areia, unas cabañas de paja eco-chic en la misma playa en las que incluso dentro de la habitación pisarás la fina arena de la playa de Comporta.

También con espíritu eco, encontramos Cocoon Lodges, unos exclusivos apartamentos en forma de cubo (de una o varias habitaciones) en medio de la naturaleza en los que querrás quedarte para siempre y que venden también el lujo de lo simple y la conexión con el entorno. Ofrecen actividades como paseos en bici, a caballo...una opción ideal para vacaciones en familia o en pareja para olvidarse del mundanal ruido y dedicarse a la vida contemplativa aunque sólo sea por unos días.

Igual de eco pero quizá con un punto más tradicional y portugués y menos sofisticado que los anteriores está la Casa da Seiceira, entre el litoral del Alentejo y el comienzo ya del Algarve, lo que se llama la Costa Vicentina en una casa rural típica alentejana cuya enorme finca perteneció a la celebérrima fadista Amalia Rodrígues y que respira todo el encanto de las casas de aldea del Alentejo, incluidos muebles realizados a mano por artesanos locales.