21 alojamientos donde nos hubiera encantado pasar la nevada del siglo

La caída de los primeros copos de nieve es una de las noticias más esperadas por todos aquellos que sueñan con deslizarse ladera abajo por las estaciones de esquí, caminar con raquetas o, simplemente, contemplar el paisaje que de pronto ya no es verde sino blanco. Para todos ellos, y también para quienes disfrutan de las noches al calor de la chimenea, estas casas y hoteles serán su mejor guarida.

Hotel Piornedo, Lugo

Hotel Piornedo, Lugo

/ Carlos F. Turienzo

Lo primero que hay que hacer es elegir bien el destino. Si pasear entre caminos nevados y practicar un poco de esquí está entre nuestros planes, un buen centro de operaciones será la comarca de Gúdar-Javalambre, al sur de la provincia de Teruel. Allí abre sus puertas La Posada de Mosqueruela, desde donde resulta muy fácil acceder a la estación de Valdelinares. La villa medieval amurallada que le da nombre y acoge es un punto de partida excelente para pasear entre bosques de pinos y construcciones en piedra seca, reconocidas como Patrimonio de la Humanidad.

Hotel Piornedo, Lugo

Hotel Piornedo, Lugo

/ Juan Jose Seijas

Aunque quedarse a descansar en la habitación es otra buena idea. Quizá en la suite Portal de la Vistorre, con chimenea y altísimos techos forrados de madera que recuerdan a los de una cabaña. Perfecta para desconectar, sin salir de la región, es también La Casa de los Moyas, en Olba, un pueblo de poco más de 200 habitantes, no demasiado lejos de la estación de Javalambre. Según el número de huéspedes es posible escoger uno de sus tres espacios —La Casa, La Casita y El Ático—, todos con chimenea, eso sí, que el invierno aquí es bastante fresquito.

En esta época del año en la que los paisajes se pintan de blanco muchas más zonas aparecen, tentadoras, en el mapa. Entre ellas, la comarca de La Ribagorza (Huesca), en el Pirineo Aragonés, donde nos espera el Hotel Terra Bonansa, un alojamiento muy a tener en cuenta para quienes quieran deslizarse por las pistas de Baqueira Beret o Boí Taüll. Las vistas al valle lo convierten en un privilegiado lugar que invita a relajarse y a disfrutar del entorno, en el que podemos realizar desde senderismo a rutas en BTT (bicicleta todoterreno).

La Cassa de Ribes, Girona

La Cassa de Ribes, Girona

/ D.R.

Sus propietarios no solo ejercen de anfitriones: ellos mismos han diseñado todo el edificio, una construcción bioclimática que utiliza los recursos naturales para optimizar los consumos energéticos y el impacto medioambiental. Es, por tanto, un ecohotel, algunas de cuyas habitaciones disponen de jardín privado. Los más deportistas hallarán la calma total tras una jornada de acción en el spa, con piscina de agua caliente. Aunque aquí el día concluye siempre degustando la cocina de proximidad por la que apuestan en su restaurante. En la misma localidad los periodistas Mercè Gili y Javier Ricou decidieron dar un cambio radical a su vida. Aquí dieron forma a sus sueños. O, lo que es lo mismo, crearon el muy especial Bonansa Country Hotel, el sitio indicado para evadirse del mundo perdidos entre las montañas. A eso ayudan mucho sus habitaciones —La Suite tiene jacuzzi privado—, el spa, con ventanas abiertas al horizonte, y el gastrobar, un rincón estupendo para brindar con una copa de cava por lo que está por venir.

Hotel Terra Bonansa, Huesca

Hotel Terra Bonansa, Huesca

/ D.R.

A menos de una hora, Benasque, en el corazón del Parque Natural Posets-Maladeta, es el más agreste de los valles pirenaicos, protegido por las cumbres de mayor altura de la cordillera, a los pies del Aneto y de otras cimas por encima de los 3.000 metros. Descubrirlo, sin itinerarios preestablecidos, cada uno a su aire, es lo que pueden hacer quienes se alojen en el Hotel Selba D’Ansils, casa construida en piedra, madera y pizarra en medio de un bosque, con solo 13 habitaciones, cada una con su propio nombre (Queixigo, Nuguero, Albá…).

Tampoco tendrá secretos este idílico entorno si nos decantamos para nuestra estancia por Casa Mingot, una casa señorial del siglo XVI dividida en apartamentos, o si nos desplazamos hasta Cerler, un pueblo casi de cuento con un casco antiguo muy bien conservado. Entre sus calles se esconde Casa Cornel, un hotel de ambiente familiar, con habitaciones que ofrecen magníficas vistas a la estación de esquí y un restaurante con chimenea, La Solana, con una carta cien por cien de la tierra.

Hotel Selba D'Ansils, Huesca

Hotel Selba D'Ansils, Huesca

/ D.R.

En un lugar retirado del valle de Ribes, en la comarca del Ripollès (Girona), justo a las puertas del Parc Natural de les Capçaleres del Ter i del Freser, La Casassa de Ribes, es perfecta para los amantes de la naturaleza y la tranquilidad. Rodeada de prados de pasto con vistas a la cima del Taga, la casa es una masía típica catalana del siglo XVII totalmente rehabilitada y dividida en apartamentos de diferentes capacidades, cuatro en total, de estilo rústico. Nada más despertarse toca decidir: o bien desayunar en la sala del Forn o pedir una cesta repleta de productos artesanos y embutidos del Ripollès para disfrutar al aire libre o en el interior de la estancia.

Rodeada por picos de casi 3.000 metros de altura, en el mismo Pirineo Oriental, la estación de esquí y montaña de la Vall de Núria está siempre muy concurrida. Para llegar hasta ella hay que desplazarse hasta el término municipal de Queralbs, un racó de món, lugar olvidado del mundo, según el padre de los propietarios de la Masía Can Constans, a las afueras del pueblo, siguiendo la carretera de Fontalba.

Molino del Feo, Segovia

Molino del Feo, Segovia

/ CASILDAPISA

Amanecer con vistas hacia el Balandrau o hacia el Torreneules con el sonido de fondo del tren cremallera de Núria mientras asciende lentamente por la colina es uno de los placeres sencillos que brinda esta casa, que en realidad no es una sino dos, La Cabana y El Porxo, divididas, a su vez en otros tantos apartamentos. Son un buen ejemplo de las típicas construcciones pirenaicas, con interiores de madera, elemento que predomina también en La Vella Farga , en el Solsonès (Lleida), a 25 kilómetros de la estación Port del Comte. Una masía, del siglo XI, que hoy acoge 13 habitaciones de aires medievales decoradas con muebles y otras piezas procedentes de anticuarios. Dos de ellas, Gisela y Martí, cuentan con chimenea de leña propia frente al sofá. ¿Algo más? Sí, un restaurante con una carta de lo más sabrosa, con delicias como la coca de escalivada con butifarra del perol o el meloso de ternera con membrillo, uvas y salsa de asado.

La Casa de los Moyas, Teruel

La Casa de los Moyas, Teruel

/ D.R.

Al norte del valle del Roncal, en pleno Pirineo Navarro, Isaba es un pueblo de lo más fotogénico, con calles empedradas y casas de tejados a dos o cuatro aguas sobre los que se deposita la nieve en invierno. Los amantes del esquí nórdico conocen bien este lugar, por su proximidad con la estación de Larra-Belagua. A todos ellos, y a otros muchos entusiastas de la vida al aire libre, aguarda el hostal Onki Xin, que quiere decir bienvenidos en la vieja lengua del euskera roncalés. Hay mucha madera en sus habitaciones, además de lavabos de piedra, baldosas hechas a mano y pequeñísimos detalles que hacen que todo aquí resulte cálido. Una sensación similar podrán experimentar los huéspedes del vecino Hostal Lola, un hotel boutique que aúna tradición y vanguardia. Dan ganas de no salir nunca de sus suites abuhardilladas, Paula y Andrea, pero no nos quedará más remedio si lo que queremos es disfrutar de auténtica cocina local en su restaurante, con una carta en la que mandan las carnes y los platos de puchero. Para la copa de después queda el Gin Lounge Bar.

Onki Xin, Pamplona

Onki Xin, Pamplona

/ Onki Xin

A 30 minutos de la estación de Valdezcaray existe un pueblo medieval, Cuzcurrita de Río Tirón, en La Rioja Alta, que es “el mejor del mundo para refugiarse”. Así lo creen Laura y José, responsables de haber convertido un antiguo palacio del siglo XVII en un hotel con mucha personalidad: la Hospedería Teatrisso. Situado junto a la Plaza Mayor, el edificio funcionó, allá por los años 20, como teatro, cine y sala de baile. Por eso, el arte, en sus más variadas manifestaciones, lo inunda todo. Los nombres de sus habitaciones y estudios son de lo más evocadores, como Comediantes y Troupé, Western, Divos y Divas o Roma, París, Nueva York.

Y lo mejor es que la decoración está acorde con los sueños, con muchos tonos dorados y rojo pasión. Este color pinta también las paredes de la suite principal del Ellauri Hotela, construido sobre los cimientos de una torre medieval en la Reserva Natural de Gorbeia (Vizcaya). Piedra, madera y vidrio han servido para dar una nueva vida a este exclusivo alojamiento, con nueve habitaciones —todas con terraza o grandes ventanales con vistas a las montañas—, un restaurante de cocina tradicional vasca y un spa en medio de la naturaleza, del que es posible disfrutar incluso cuando los copos de nieve comienzan a caer a nuestro alrededor.

A 12 kilómetros de la estación de esquí de Alto Campoo y a solo 10 de la entrada de la Reserva Natural del Saja-Besaya, en Cantabria, la posada Lindos Sueños propone inviernos de leña y nieve en una construcción típica montañesa, rodeada de bosques de robles y hayas. Cuenta con siete habitaciones abuhardilladas y un comedor con chimenea en torno a la que surgen cada noche conversaciones espontáneas. El calor de las llamas se siente también en los salones de las Casucas La Guariza, muy cerca, en Fontibre, donde nace el río Ebro.

Hotel El Castañiu, Asturias

Hotel El Castañiu, Asturias

/ El Castañiu

Son en total tres casas (Eva, Susi y Marta) con capacidad para cuatro o seis personas, con habitaciones de lo más coquetas y tejados completamente blancos en esta época del año. Diciembre, enero y febrero son los meses más solicitados en el hotel El Castañíu, en Asturias, apenas a 20 minutos de las estaciones de Fuentes de Invierno y Valgrande-Pajares. Esquí, snowboard, paseos en raquetas… cualquier actividad deportiva se puede realizar en las inmediaciones del hotel, cuyas habitaciones tienen los nombres de los puntos cardinales. En ellas destacan los detalles artesanos y muebles antiguos restaurados con mimo.

En la parte más occidental de la cordillera Cantábrica, en el corazón de la Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses, El Rincón del Cuco es estupendo para una escapada romántica. Dispone de siete habitaciones, todas con vistas al valle y a la montaña. Hacia ellas mira el inmenso ventanal, frente a una moderna chimenea, del Hotel Piornedo también en los Ancares, pero en el lado gallego. Un lugar lleno de encanto, ideal para desconectar y olvidarse del estrés de las ciudades, donde el aire puro y una buena comida casera están garantizados.

Bonansa Country Hotel, Huesca

Bonansa Country Hotel, Huesca

/ Bonansa Country Hotel

De un ambiente sereno es de lo que presumen en el Molino del Feo, en Segovia, formado por dos casas independientes entre bosques de sabinas y robles. La principal es un molino de agua del siglo XIX; la secundaria, un antiguo telar. Visitar el acebal de Prádena, uno de los bosques de acebos más importantes de Europa, es una de las muchas actividades que se pueden hacer desde aquí. Nuestra última recomendación nos lleva hasta una casona solariega del siglo XVII de la sierra de Gredos (Ávila), La Casa de Arriba, hoy transformada en posada real. Las vigas de madera de los techos, la chimenea del salón y la piedra de las paredes sirven para abrigar los primeros sueños del año.

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