Los 10 cementerios más visitados del mundo

Para algunos pueblos, como el mexicano, el recuerdo de los muertos es motivo de alegría y celebración, y acuden en masa a los cementerios. También hay cementerios en el mundo que se han convertido por sí mismos en atracciones turísticas por su belleza o por las ilustres personalidades que en ellos descansan.

Los 10 cementerios1
Los 10 cementerios1 / Ximena Maier

Declarado Monumento Histórico Artístico en 1972, el cementerio Presbítero Maestro, en Lima (Perú), contiene una amplia exposición escultórica de estilo europeo del siglo XIX. El esplendor económico de una nueva clase social, que llenó sus bolsillos con la extracción del guano y el salitre, y el renacimiento de una vieja aristocracia hacen que en 1847 encarguen sus monumentos funerarios a los mejores artistas del Viejo Continente. Esta necrópolis alberga 766 mausoleos que combinan obras neoclásicas con otras realistas o de decoración exuberante e incluso figuras de origen pagano. En su suelo están enterrados trece virreyes que gobernaron Perú, que se pueden visitar con guías turísticos que explican la historia de las famosas plañideras, mujeres contratadas para llorar a los difuntos. El cementerio se encuentra en la zona de Barrios Altos y ocupa una superficie de 20 hectáreas.

La colonial Cienfuegos extiende su belleza hasta el cementerio de la Reina. Construido en 1836, se eligió el oeste de la urbe para que los vientos barrieran hacia la bahía los posibles olores de esta necrópolis decadente. Aquí se alza la escultura de la Bella durmiente, que, según una leyenda, es el homenaje amoroso de un empresario hotelero a su esposa fallecida en el siglo XIX. Tras visitar el cementerio se debe continuar el recorrido por las calles de la ciudad, llamada la Perla del Sur y declarada Patrimonio Mundial por la Unesco.

Carlos Gardel, Enrique Santos Discépolo (el creador de Cambalache), Waldo de los Ríos o Miguel de Molina son algunas de las personalidades, junto con políticos y deportistas, que duermen en el cementerio bonaerense de la Chacarita, también conocido como del Oeste. Con 95 hectáreas, es una de las necrópolis más grandes del mundo, que nació a partir de una epidemia de fiebre amarilla que asoló Buenos Aires en 1871. Años después fue refundado y desde entonces acoge una impresionante muestra escultórica y arquitectónica, sobre todo la escena del Juicio Final del pórtico de la entrada. Sus puertas están abiertas todos los días del año y dispone de visitas guiadas.

En el cementerio de Montparnasse, al sur de París, se pueden descubrir las tumbas de ilustres moradores: poetas, músicos, filósofos, escritores y artistas. La doble sepultura de Simone de Beauvoir y Jean Paul Sastre, o los sepulcros de Ionesco, Baudelaire o Cortázar descansan a la sombra de los 1.200 árboles que desde 1824 oxigenan uno de los distritos parisinos más animados.

Un pespunte de bocas de colores decoran el lugar de reposo de Oscar Wilde, porque, entre quienes visitan su tumba, es costumbre besarla con lápiz labial. El dramaturgo es uno de los personajes que hacen del cementerio de Père-Lachaise una de las principales atracciones turísticas de París. Inaugurado por Napoleón, en sus 108 hectáreas, con más de 5.000 árboles, se pueden visitar los sepulcros de Jim Morrison, Chopin o Edith Piaf.

La lápida más antigua del cementerio judío de Praga se remonta a 1439 (el poeta y traductor Avigdor Karo), y ahora contiene más de 12.000 lápidas, que se extienden de manera desordenada. Aunque bajo la capa actual de tierra existen otros estratos que contienen miles de tumbas más, con lo que se ha conseguido que el camposanto esté más alto que las calles de alrededor. Como destino turístico, es una de las joyas del antiguo Barrio Judío, que comparte con la Sinagoga. Como es costumbre entre los judíos, piedras con notas escritas en papel sustituyen a las flores. Aunque desde el siglo XVIII no hay enterramientos, existe un pequeño museo con un placa que exhibe los nombres de 75.000 judíos exterminados en el campo de concentración de Terezin y los dibujos de los niños que sufrieron ese terror.

Durante los inviernos, una capa de nieve cubre las lápidas del cementerio de Westminster, en Baltimore (Estados Unidos), pero desde hace 60 años, cada 19 de enero sobre la tumba de Edgar Allan Poe también reposan tres rosas rojas y media botella de coñac en homenaje a su cumpleaños. Ofrendas que coloca un misterioso admirador que se esconde en la noche bajo capucha y bufanda. Pero en 2009 ocurrió un hecho insólito: por primera vez, este fantasma de carne y hueso faltó a su cita. Este año, el ritual se ha recuperado gracias a la iniciativa de otros admiradores de Poe que han vuelto a colocar en su sitio las flores y el licor.

Desde la colina del barrio Eyüp, en Estambul (Turquía), se divisa una espectacular vista del llamado Cuerno de Oro, mientras se disfruta de un té en el famoso Café de Pierre Loti. Muy cerca de allí se extiende el cementerio de Eyúp, donde está enterrado uno de los hombres de confianza del profeta. Las lápidas más antiguas tienen forma cilíndrica o plana, según el sexo del morador, y están coronadas por turbantes esculpidos (hombres), diademas (princesas) y velo (mujeres). Es la necrópolis más grande de la ciudad turca y un lugar de peregrinación para sus habitantes, que en las tumbas de las madres mantienen la costumbre de depositar una cantidad de flores igual al número de hijos que ha criado.

El Cementerio de los Poetas es un secreto que hay que descubrir. Está repleto de altos cipreses, pintorescos mausoleos, angostos caminos y asombrosas esculturas que protegen el último descanso de artistas extranjeros ajenos al catolicismo, de ahí su verdadero nombre: Cementerio Acatólico. Antonio Gramsci, fundador del Partido Comunista de Italia, es uno de los escasos italianos enterrados en este museo al aire libre, compartiendo honores con los escritores británicos John Keats y Percy Shelley, poeta que dejó escrito la siguiente reflexión: "Saber que puedo ser enterrado en un lugar tan dulce, hace que me enamore de la muerte".

El territorio de Highgate comienza en lo alto de un cerro y se extiende hasta el parque Waterlow, en Londres. Debido al exceso de tumbas que abarrotaban los alrededores de los cementerios, en 1839 nace esta necrópolis, que pronto alcanza gran popularidad entre los londinenses. Reyes, artistas y políticos son sus principales pobladores, que descansan en mausoleos de estilo victoriano con la compañía de zorros, árboles, aves y plantas silvestres. En la zona Este conviven las lápidas más rancias con las más modernas. El creador del socialismo científico, Karl Marx, los padres de Dickens o la novelista George Eliot son los residentes más visitados de este cementerio. Las visitas pueden realizarse con un guía o por libre, según la zona que se quiera conocer.

Lejos del dolor y de las emociones tenebrosas, los mexicanos celebran las dos jornadas del Día de los Muertos como una fiesta de alegría y recuerdo, ya que las creencias dicen que el 1 de noviembre regresan las almas de los niños fallecidos y el día 2, la de los adultos. Graciosos epitafios que bromean con las personas aún vivas acerca de su muerte, gastronomía especial para compartir con los difuntos, máscaras, canciones y flores han hecho que esta celebración haya sido declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

San Andrés de Mixquic

Está considerada la necrópolis más célebre de México y se encuentra cerca de la capital. A partir de la caída del sol del 1 noviembre, el cementerio se llena de familias que minutos después convierten la noche en un espacio repleto de velas y cirios. En las lápidas emplean el mismo ritual que en las casas, convertidas en jardines de flores llamativas que expresan la alegría de reencontrarse con los seres amados ya desaparecidos.

Cementerio de Naolinco de Victoria

Las tumbas cuentan con espacios en forma de habitación para agasajar al difunto en un ambiente hogareño. Las paredes están pintadas de colores cálidos y alegres, con ventanales en los laterales, e incluso instalan una mesa cubierta con mantel. Naolinco, centro espiritual de Veracruz, mantiene el antiguo rito de las Cantadas, que se inicia en la noche del 1 de noviembre y se desarrolla durante la madrugada. No faltan altares coloristas, disfraces alusivos a la muerte y "catrinas"-muñecas de papel blanco en las entradas de casas y edificios-.

Cementerio civil de Dolores

Construido hace cien años en México D.F., sus 200 hectáreas le convierten en el cementerio más grande del país y de Latinoamérica. Además de ser morada de algunos miembros del Escuadrón 201 caídos durante la Segunda Guerra Mundial, existen lápidas gremiales de tramoyistas, panaderos o maestros.

Síguele la pista

  • Lo último