¿Viajas en crucero? Esto es lo que no te puedes perder
Cenas exóticas, compras, tratamientos, espectáculos… Más allá de los destinos, hay todo un mundo de posibilidades para exprimir al máximo el tiempo a bordo.
Dicen los folletos turísticos que son dos viajes en uno: el de la magia de los destinos y el del encanto del trayecto sobre el mar; el de las ciudades en las que se recala y el de las horas de navegación. Así son las vacaciones en estos buques mastodónticos, donde nunca faltan propuestas divertidas para exprimir las horas a bordo. Aquí van algunos planes básicos del mundo cruceril para que no te pierdas ningún detalle:
1. La foto con el Capitán en la Noche de Gala
Un clásico entre los clásicos es este momento inolvidable que acontece en todos los cruceros. ¿Recuerda aquella mítica escena de Vacaciones en el mar con la máxima autoridad del buque y sus oficiales de blanco inmaculado? Pues algo parecido, con menos pompa quizás es la famosa cena con el capitán. Arreglados para la ocasión, los pasajeros disfrutan de un cóctel mientras contrastan experiencias. Quedará como testimonio la foto, recuerdo de estas vacaciones en modo navegación.
2. Los espectáculos al más puro estilo de Broadway
Música, magia, chistes, coreografías y una interpretación excelente. Y, en ocasiones, con carácter interactivo para que el espectador también participe. Son los espectáculos de las navieras que compiten en su despliegue de color, imaginación y magia. Cada noche tiene lugar uno diferente que puede ir desde un musical infantil hasta una producción contemporánea pasando por una reinterpretación de teatro clásico o un vistoso número de cabaret. Sorprende su profesionalidad al más alto nivel de entretenimiento.
3. Los tratamientos en el spa
También un crucero da para darle un capricho al cuerpo mientras se avanza por alta mar desde uno a otro destino. Porque estos barcos disponen de fantásticos spas con programas de salud y belleza para todos los gustos y presupuestos. Chocolaterapia, por ejemplo, para estimular los sentidos; oroterapia para hidratar y nutrir la piel, y hasta tratamientos de belleza con toxina botulínica y relleno facial. Que no se diga que uno no queda completamente renovado.
4. Cenas a golpe de sushi, tacos o pizza
¿Por qué no aprovechar la navegación para disfrutar de experiencias exóticas? De camino a una isla griega o a una fría capital báltica, la gastronomía asiática puede desentonar, pero nunca decepcionar. Y es que los restaurantes orientales son un elemento imprescindible en el universo cruceril. Junto a ellos también se hacen hueco otras cocinas del mundo como las de México, Italia y Francia. Y siempre, claro, quedará el buffet para los menos exigentes.
5. Un paseo por las tiendas duty free
Las vacaciones nunca quedarán completas sin esa dosis de shopping… Los cruceros lo ponen muy fácil. Joyerías, perfumerías, tiendas de ropa deportiva… y hasta exquisitas firmas se suceden a bordo, con la inestimable ventaja de unos precios libres de impuestos y alguna que otra oferta irresistible.
6. Tentar a la diosa fortuna
Ya puestos a probarlo todo… probemos también la suerte. En los barcos existen casinos de lo más completo para entregarse a los juegos de Black Jack, la Ruleta Americana, el Póker y, por supuesto, las máquinas recreativas. Quién sabe si una noche cualquiera puede convertirse en la gran noche.
7. Empaparse del romanticismo del mar
Es, tal vez, lo más fácil y maravilloso. Disfrutar del horizonte azul allá por donde se mire. Devorar una buena lectura mientras se toma el sol en la cubierta con el océano de fondo, admirar la estela blanca de espuma desde la popa del barco o asistir a una puesta de sol en alta mar bajo el frescor de la brisa. Estos momentos constituyen el mejor regalo de un crucero, el más sencillo y natural.
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