La suite, recién estrenada el 1 de marzo, ha sido íntegramente diseñada por el prestigioso artista británico Damien Hirst, que no ha reparado en gastos, tamaños ni extravagancias para decorar los 900 metros cuadrados de esta "choza". Por si fuera poco, la estancia mínima es de dos noches (o bien pagando los 200.000 o bien gastándose 1 millón de dólares en el Casino del hotel, dos posibilidades muy lejos del alcance del común de los mortales).

Algunas de las extravagancias o servicios que ofrece son dos tiburones disecados suspendidos en una gran urna de cristal que da a al comedor, una zona de lounge o para medios de comunicación que puede albergar cerca de 50 personas, servicio de mayordomo las 24 horas del día, coche con chófer a disposición de los huéspedes, acceso vip a los espectáculos del resort y un crédito de hasta 10.000 dólares para gastar en el Casino.
Dentro de la suite también hay una barra de bar curvada con capacidad para hasta 13 personas, sala de juegos, un enorme salón y también una increíble terraza con piscina privada desde donde admirar el apabullante skyline de Las Vegas.


Hirst ha creado para esta suite seis obras de arte o piezas exclusivas, con lo cual será como estar durmiendo en un museo de arte contemporáneo. Además, el artista ha colaborado con el estudio de arquitectos Bentel & Bentel para diseñar otros aspectos de la lujosa estancia como los muebles, las alfombras y un enorme botiquín de medicinas lleno de diamantes.


El Palm de Las Vegas ha gastado ya cerca de 690 millones de dólares en su renovación: nuevos bares, nuevos restaurantes, una enorme piscina con una escultura gigante también diseñada por Hirst. El hotel ha apostado fuerte por el arte contemporáneo y ha invertido en obras de prestigiosos artistas como Andy Warhol o Jean-Michel Basquiat, entre otros.
