Ni un rascacielos, ni un hotel: el mejor edificio del mundo en 2024 está en los suburbios más famosos de Australia
El World Architecture Festival, que comparte la excelencia arquitectónica de todo el mundo, ha premiado un edificio que se integra en el entorno y tiene un enfoque sostenible.

Tan solo 4 kilómetros separan uno de los suburbios más famosos de Australia de la archiconocida Ópera de Sídney, edificio declarado Patrimonio de la Humanidad en 2007 y diseñado por el arquitecto danés Jørn Utzon en 1957. Y, precisamente de arquitectura magistral va hoy la cosa, puesto que se acaba de celebrar recientemente el World Architecture Festival, un certamen que premia la excelencia arquitectónica.

El mejor edificio del mundo: un colegio en las afueras
Entre los aspirantes a mejor edificio del mundo en 2024 se encontraba el rediseño de la terminal dos del aeropuerto Changi de Singapur, el Observatorio Nacional de Estrellas de Chipre o la torre de viviendas con forma de doble hélice de México, entre otros. Y, sin embargo, ha sido un pequeño colegio público el que ha conseguido alzarse con el galardón. Hablamos de la Escuela Pública Darlington, situada en Chippendale, suburbio que hoy en día constituye el núcleo cultural y creativo de Sídney.
La escuela necesitaba un lavado de cara y la comunidad escolar realizó un informe en el que proponía un nuevo espacio funcional que proporcionara un entorno de aprendizaje inclusivo. Diseñado por el estudio de arquitectura fjcstudio y bajo la batuta creativa de Elizabeth Carpenter, el colegio Darlington ha conseguido, además de un centro totalmente renovado para sus alumnos, un premio de arquitectura que les sitúa en el mapa como un ejemplo de arquitectura integrada en el ambiente y con enfoque sostenible.

Conociendo el colegio Darlington
El colegio cuenta con diversos espacios más allá de las aulas: rincones para presentaciones, salas de relax, áreas de aprendizaje informal, centro para profesores y terrazas al aire libre conectadas.
La zona de preescolar está unida al resto de las instalaciones, pero se mantiene aislada para que los más pequeños puedan aprender en un ambiente más seguro.

El proceso de diseño priorizó un enfoque colaborativo, crucial para integrar el edificio con el paisaje, resolviendo importantes desniveles de terreno y creando una verdadera simbiosis con el entorno natural.
Las obras se han llevado a cabo en dos etapas, lo que ha permitido el funcionamiento continuo de la escuela, sin necesidad de reubicar a los alumnos en otros colegios. Y la selección de materiales se ha centrado en la rentabilidad y la durabilidad.
El diseño de esta escuela muestra una profunda conexión con el paisaje y el país, abrazando tanto la rica cultura indígena como el patrimonio artístico de la escuela, tan importante para la comunidad.
La extensa colección de obras de arte aborígenes se ha conservado y se muestra a lo largo de toda la escuela. Los murales pintados en las paredes demolidas fueron fotografiados y se han reproducido en el revestimiento, preservando así la historia de este colegio de los suburbios de Sídney para las generaciones futuras.

Y es que los aborígenes australianos, en particular el pueblo Gadigal, son los custodios tradicionales de las tierras donde hoy se encuentra Chippendale y el colegio público Darlington.
Por último, el World Architecture Festival también ha valorado la integración con el entorno. Y es que el paisaje contribuye también a las oportunidades de aprendizaje con códigos QR que describen los nombres y usos de las plantas autóctonas, lo que refuerza el compromiso de la escuela con una educación holística.
Síguele la pista
Lo último
