El precio de la originalidad

Muchos viajeros que acumulan fotografías de diferentes lugares del mundo desean, además de mostrarlas a sus amistades, colocarlas en un banco de imágenes. Pero venderlas no es tarea fácil, pues las agencias sólo admiten fotografías de calidad y con un alto potencial sugestivo.

El precio de la originalidad
El precio de la originalidad

Para ganar dinero con los derechos de reproducción de una fotografía hay que tener ante todo imaginación y estilo. La primera es imprescindible para encontrar temas atractivos que seduzcan a potenciales clientes, sobre todo en publicidad, un mercado en el que una simple fotografía puede devengar cantidades astronómicas. El estilo consiste en mostrar las cosas desde un prisma original. Existen millones de fotógrafos en el mundo, pero pocos son capaces de crear imágenes que sugieran, que evoquen y que aporten una marca de la casa. Se calcula que cada ser humano posee unas tres mil habilidades, pero se necesita mucha práctica antes de reconocer las que puede aplicar con éxito cada persona cuando fotografía.

Mediante un símil literario es más fácil entenderlo. El público compra una novela de García Márquez o de Saramago porque, con independencia del argumento, la prosa de ambos es magnífica. Pero un lector avezado no confundiría sus estilos. Los dos tienen una manera característica de narrar. En fotografía pasa lo mismo. Cada autor debería esforzarse por aportar un punto de vista original que le diferencie de los demás.

Para empezar, olvídese de las eternas discusiones sobre cámaras y objetivos. Nadie se preocupa si García Márquez o José Saramago escriben con un PC, un Mac o con pluma. Sólo se evalúan los resultados. Un fotógrafo con imaginación puede crear imágenes de gran poder evocativo con una máquina de fotos de usar y tirar o incluso con su teléfono móvil. Técnicamente sólo deben tener cuatro megapíxeles para que una agencia las acepte, aunque algunas prefieran un mínimo de seis. Con cámaras de mayor resolución aportará mejor calidad técnica, pero recuerde que fotografiar a 16 megapíxeles no significa tener buenas ideas. Sólo indica que utiliza un equipo costoso. Muchos profesionales o aficionados avanzados producen bellas fotos que son inútiles para una agencia. "No hay nada malo en sacar postales o incluso imágenes de cerdos y vacas -apunta Alfonso Gutiérrez, director de AGE Fotostock y uno de los más reputados directores gráficos del mundo-, pero si lo único que te interesa es que las cuatro patas del cerdo o de la vaca estén nítidas, tu inversión en el desarrollo de un estilo resulta algo limitada".

Ilustrar conceptos

En fotografía de viajes, además de imágenes sugerentes de lugares conocidos obtendrá buenos resultados si busca rincones o situaciones que sirvan especialmente para ilustrar conceptos. Una playa paradisíaca, sin referencias geográficas, responde bien al concepto "escapada romántica". Si además dispone de una pareja abrazándose en el encuadre, seguro que aumentará mucho su potencial evocativo.

Los paisajes son más comerciales si muestran tormentas, lluvias, arco iris o incluso desastres como incendios, inundaciones, tornados... además de las consabidas imágenes tomadas con el sol bajo y luz cálida. Es bueno que en las fotografías aparezca gente, aunque, si son reconocibles, deberían firmar un permiso autorizando el uso de su imagen con plena libertad a efectos editoriales y publicitarios. De lo contrario, no sólo se expone a una demanda sino que ninguna agencia de stock aceptará esa fotografía. Busque, además de chicos y chicas guapos, otras tipologías, como gordos, taxistas, camareros, mujeres con burka, emigrantes trabajando... Procure que sus fotos expresen sentimientos. Y no deje de tomar imágenes de su lugar de residencia. Allí tendrá más oportunidades de obtener fotos comerciales que en un viaje de pocos días. Es el mejor campo de entrenamiento que existe para desarrollar un estilo personal.

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