Un pavo real y otras curiosidades a bordo de un avión
Hay quien viaja con una maleta y hay quien lo hace con una tarántula, una palmera y hasta una vaca muerta. Estas son las cosas más raras que se han visto como equipaje.

Sucedió hace apenas un mes en el aeropuerto de Newark, en Nueva Jersey (EEUU). Una pasajera se disponía a subir a su avión con destino a Los Ángeles acompañada de su mascota, de nombre Dexter. Pero a ambos les prohibieron la entrada. Y es que su animal de compañía, que también había pagado el billete, era un exótico pavo real que, según la dueña, le servía “de apoyo emocional”.
De esta estrafalaria escena no quedó más que una anécdota que se extendió como una mancha de aceite por las redes sociales. Y es que Dexter, a quien esgrimieron como motivo “incumplir con los parámetros de peso y tamaño”, contaba con un propio perfil de Instagram con el que relató su aventura: “Pasé seis horas intentando coger un vuelo a Los Angeles. ¡Mis amigos humanos me llevarán en coche a la otra punta del país!”, decía, quejoso, en una de sus publicaciones.
Viajar con acompañantes extraños puede parecer una locura, pero es mucho más común de lo que podría imaginarse. Porque si hay aerolíneas que permiten la entrada de mascotas para aquellos pasajeros con problemas psiquiátricos, ¿dónde debería ponerse el límite? Sirva como ejemplo ilustrativo el que aconteció el pasado año en los Emiratos Árabes. Un príncipe saudí compró 80 asientos de un avión para sus 80 halcones, que viajaron en clase turista con el resto de pasajeros.
Menos gracia debió de hacerle a los empleados del aeropuerto JFK de Nueva York la mascota con la que una mujer intentó (sin éxito) subir al aparato: nada menos que una tarántula que llevaba oculta dentro de su abrigo. O en Miami, aquel otro caso del hombre que trataba de viajar a Brasil con nada menos que siete serpientes y tres tortugas en sus pantalones (por supuesto, le fueron confiscados). Y ello por no hablar de aquel pasajero de Bangkok al que le encontraron varias crías de leopardo y pantera agazapadas en su maleta. O aquel otro del un vuelo de Atlanta que llevaba carne podrida como equipaje de mano… y estaba llena de gusanos.
Más allá de los animales, hay una lista increíble de artilugios extraños que se han visto a bordo de un avión. Tanto que la compañía aérea Virgin Atlantic elaboró hace unos años un informe en el que daba cuenta de estas curiosidades. Para ello, encuestó al personal encargado de recibir el equipaje en sus 32 aeropuertos alrededor del mundo. Los resultados fueron poco menos que desternillantes.
Desde aquella mujer que se presentó en la taquilla de facturación con una bañera (sí, pretendía mudarse con ella a otro país) hasta el hombre que trató de viajar con una palmera con cocos en el avión. También aquella pareja que, en un alarde de romanticismo, llenó su maleta con arena de playa y agua de mar procedente del Caribe. Al parecer, se habían conocido en una isla remota y quisieron llevarse este escenario hasta su propia casa.
Pero tal vez lo que más llama la atención es el caso de otro pasajero al que el escáner detectó en el interior de su maleta una vaca muerta envuelta en plástico. Lo contó un empleado de la aerolínea sin especificar el motivo, dejándolo a la imaginación de cada cual.
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