Miguel Ángel: genial escultor, pintor... y grafitero

Un nueva teoría sobre quién realizó el famoso relieve que hay en una piedra del florentino Palazzo Vecchio coloca a Miguel Ángel como el grafitero más genial del Renacimiento

Dibujo Miguel Ángel Palazzo Vecchio

Posible dibujo realizado por Miguel Ángel en el Palazzo Vecchio. 

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Se ha considerado a las pinturas rupestres los primeros grafitis de la historia. Desde los griegos y romanos, que también dejaron sus marcas en los muros de sus construcciones, hasta los grafiteros contemporáneos, que algunos sitúan en los años 60 en Estados Unidos, muchos creadores han dejado su impronta, sin autorización, en paredes u otras superficies. Pero, ¿y si uno de esos grafiteros fuera Miguel Ángel, el genio del Renacimiento?

Es la hipótesis lanzada por Adriano Marinazzo, conservador de iniciativas digitales en el Muscarelle Museum of Art de Virginia, en su artículo 'Una nuova possibile attribuzione a Michelangelo. Il volto misterioso' (Una nueva posible atribución a Miguel Ángel. El rostro misterioso), que se acaba de publicar en el número 379 de la revista italiana Art e Dossier.

Marinazzo, que es historiador, arquitecto, artista y especialista en reconstrucción virtual de monumentos históricos, disciplina que enseña en el departamento de Historia de la Arquitectura de la Universidad de Florencia, compara en su artículo un dibujo de Miguel Ángel conservado en el Louvre con un retrato en una piedra de la fachada del Palazzo Vecchio de Florencia. En el dibujo del Louvre, en el que aparecen Santa Ana y la Virgen con el niño y que los estudiosos fechan a principios del siglo XVI, Miguel Ángel añadió un rostro muy peculiar: un rostro de hombre, con una nariz aguileña, ojos grandes y hundidos, labios carnosos y una nuez muy marcada. Estos rasgos coinciden totalmente con los del retrato que alguien hizo en la piedra del Palazzo Vecchio. ¿Son de la misma persona? Marinazzo propone que sí y apunta a un nombre: Francesco Granacci. Este pintor renacentista era muy amigo de Miguel Ángel y Marinazzo cree que pudo hacerle un homenaje en la piedra del palacio.

Dibujo de Miguel Ángel en el Louvre

Dibujo de Santa Ana y la Virgen con el niño, de Miguel Ángel.

/ DEA PICTURE LIBRARY / GETTY

Además, un retrato de Granacci incluido en el libro Le Vite, una compilación biográfica de artistas que Giorgio Vasari publicó en 1550, parece guardar cierto parecido con los dos dibujos de Miguel Ángel, el del Louvre y el de la piedra del palacio.

Comparativa dibujos de Miguel Ángel Buonarroti

Comparativa del dibujo de Miguel Ángel en el Louvre y del dibujo en piedra del Palazzo Vecchio. 

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Granacci formó parte del comité que decidió en 1504 dónde había colocar la estatua del David de Miguel Ángel. Comité en el que se encontraban también Leonardo da Vinci y Sandro Botticelli, por cierto. Granacci fue quien sustituyó a Miguel Ángel en dicho comité porque este no podía formar parte de él. El comité decidió que la estatua se colocara en la puerta de entrada del Palazzo Vecchio y curiosamente el relieve en piedra en la fachada del palacio parece mirar al David (hoy es una réplica de la estatua la que está colocada en ese lugar, el original se encuentra en la Galería de la Academia).

Estatuas delante del Palazzo Vecchio en Florencia

Estatuas de David y de Hércules y Caco en la Piazza della Signoria de Florencia, ante la fachada del Palazzo Vecchio. 

/ engineervoshkin / ISTOCK

Durante años, los estudiosos del arte han dado de lado, sin embargo, a esta idea de que el dibujo en la piedra del Palazzo Vecchio pudiera ser de Miguel Ángel. Pero Marinazzo aporta varios datos más para creer que sí. Si realmente el dibujo hubiera sido una travesura de cualquiera, ¿no se habría eliminado de la fachada por parte de sus conservadores? ¿Hubieran dejado estos que cualquier dibujo ensombreciera la vista de los grandes viajeros que hacían el llamado Grand Tour por Europa en los siglos XVII y XVIII? "Cabe recordar que el Palazzo Vecchio era el edificio cívico más importante de Florencia, símbolo y orgullo de la ciudad", expone el experto en su artículo.

Además, en el siglo XIX se hicieron diferentes restauraciones en el Palazzo Vecchio, ¿por qué entonces no borraron el dibujo o quitaron la piedra marcada? A pesar de todas las intervenciones en la fachada y en el edificio, este perfil en la piedra ha sobrevivido hasta nuestros días. ¿Casualidad? Y por si fuera poco, el artículo de Marinazzo también destaca que el perfil fue tallado en una piedra en bruto, nada fácil de modelar, por lo que la ejecución de este sencillo perfil esconde una mano experta y capaz.

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